¿Quién habla en nombre de la Tierra?

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El título que encabeza la sección de hoy es el mismo que el del último capítulo de la mítica serie Cosmos, en el cual Carl Sagan se planteaba lo siguiente: «Sabemos quién habla en nombre de las naciones. Pero, ¿quién habla en nombre de la especie humana? ¿Quién habla en nombre de la Tierra?» Su conclusión al final del capítulo era que nosotros, la Humanidad, debemos ser los que hablemos en nombre de la Tierra. Pero planteémonos aquí la cuestión: en el supuesto de contactar con inteligencias extraterrestres, ¿quién representaría a la Tierra? ¿Quién es o debería ser ese nosotros de Sagan, el portavoz de la Humanidad en esta eventualidad? ¿Hay algo ya dispuesto al respecto?

Cuando he realizado esta pregunta a mis conocidos, he obtenido distintas respuestas: «¿Ha de haber un representante? No creo que nadie deba representar a toda la Humanidad» o «Debería someterse a referéndum mundial» (si bien es difícil pensar cómo articular algo así); o también «Deben ser los científicos; de hecho ya lo fueron en el caso de las Voyager, Pioneer, el mensaje de Arecibo, etc.» Sin embargo, la respuesta más frecuente ha sido: «Ha de encargarse la ONU, claro.»

Esta última parece que fue también la conclusión a la que llegó el pasado año 2010 la Royal Societyde Londres, en una reunión que mantuvo para estimar las consecuencias de la posible detección de vida extraterrestre (y cuyas actas han sido publicadas en febrero de este año, en su revista Philosophical Transactions). La conclusión a la que se llegó fue que es necesario un plan mundial para posibles contactos con extraterrestres, advirtiendo que los gobiernos del mundo han de prepararse para un encuentro con una civilización extraterrestre. La reunión terminaba con un llamamiento a las Naciones Unidas para desarrollar un grupo de trabajo dedicado a «asuntos extraterrestres».

De hecho, en septiembre del año pasado saltaba a los medios una llamativa noticia que parecía indicar que la ONU había hecho caso de esta petición. La noticia era el nombramiento de la astrónoma malasia Mazlan Othman ¡como embajadora de las Naciones Unidas para el espacio! Su tarea, coordinar la respuesta de la Humanidad en caso de un contacto con alienígenas. Sin embargo, la noticia fue desmentida inmediatamente por la ONU y la propia Othman. El origen del malentendido parece estar en el cargo que realmente ostenta la doctora Othman, que no es otro que el de directora de la UNOOSA, la Oficina de la ONU para Asuntos del Espacio Exterior, que, a pesar de su pomposo nombre, se encarga de implantar políticas para el uso y desarrollo de tecnología espacial en países en desarrollo, mantener la cuenta de los objetos lanzados al espacio, asegurar su uso pacífico y mediar en los conflictos entre agencias espaciales. Como dijo con sorna un delegado de la ONU «nadie ha planteado aún ampliar las competencias de la UNOOSA».

  «Sabemos quién habla en nombre de las naciones. Pero, ¿quién habla en nombre de la especie humana? ¿Quién habla
en nombre de la Tierra?»
Carl Sagan
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¿Quién representaría a la Humanidad ante un posible contacto alienígena? El cine y la ficción televisiva ya han planteado varias hipótesis en películas y series de televisión. Es el caso de la serie V, en la página de la izquierda, de la que se ha estrenado recientemente un remake. Arriba, varios telescopios espaciales que serían capaces de captar la hipotética señal extraterrestre.
   

Con todo, dado el éxito que últimamente está teniendo la ONU en la mediación de los asuntos de los terrestres, que no haya un embajador de la ONU para el espacio tal vez no sea mala cosa. Pero en ese caso, ¿no hay nadie que hable en nombre de la Tierra? 

Tal vez. El organismo más conocido en este asunto del contacto con civilizaciones alienígenas es, sin duda, el Instituto SETI. Este instituto cuenta ya con un protocolo para el caso de que encuentren una señal alienígena. Primero, verificación: se descarta que la señal proceda de nuestra civilización. Segundo, alerta: se informaría al presidente de los Estados Unidos, luego al secretario general de la ONU, y se pediría restringir el uso de la frecuencia con que se captó la señal. Tercero, anuncio: tras un periodo prudencial, se comunicaría en rueda de prensa el hallazgo. Cuarto, divulgación: se distribuiría toda la información a los principales organismos científicos internacionales. Quinto, restricción: se prohibiría contestar el mensaje en esta fase inicial.
Y sexto, comité: el Instituto SETI propondría un comité de gestión para el «día siguiente», que fuera independiente de la ONU (al parecer, su opinión respecto a la eficacia de la ONU tampoco es muy alta).

Por otro lado, el Instituto SETI no deja de ser una organización privada, y para más inri, estadounidense. ¿Por qué deberían ser ellos los que propongan ese comité? Uno quizás esperaría que el encargado de elaborarlo fuera un organismo científico internacional, que represente a todos los países, tal vez la Unión Astronómica Internacional (IAU). Pero entre los múltiples comités que ya tiene la IAU no hay ninguno que se relacione ni remotamente con la vida extraterrestre (no digamos ya con la inteligencia extraterrestre). El tema cae fuera de sus intereses. 

Pero no está todo perdido. Afortunadamente contamos con otro organismo internacional, la Academia Internacional de Astronáutica (IAA), que sí se interesa por el contacto con extraterrestres. De hecho ya cuenta con un comité internacional de científicos (el único del mundo que yo conozca) dedicado al tema del «día siguiente»: el Grupo Post-Contacto SETI, presidido por el físico británico Paul Davies, archiconocido divulgador científico. 

Paul Davies es hoy por hoy ese nosotros de Sagan que queríamos identificar. Él hablaría en nombre de la Tierra, aunque no parece que la «importancia» del cargo tenga un reflejo económico. En las minutas de la última reunión del Grupo Post-Contacto SETI, la mayor preocupación de este grupo ha sido la falta de presupuesto, que les impide incluso tener una web propia, y es una asociación amateur de radioaficionados colaboradores de SETI, la SETI League, la que les tiene que mantener la página.

En fin, al final aún tendrá que ser Obama el que hable en nombre de todos…

Fernando Ballesteros. Observatorio Astronómico de la Universitat de València.
© Mètode 69, Primavera 2011.

   
© Mètode 2011 - 69. Afinidades electivas - Número 69. Primavera 2011
Investigador del Observatorio Astronómico de la Universitat de València.