«Eso tiene mucha química, yo de ti no me lo comía.» «Ve con cuidado, que eso no es natural, no abuses.» ¿Cuántas veces habremos oído estos comentarios en relación a ciertos productos químicos? Centenares. ¿Pero por qué? Pues porque, generalmente, cuando pensamos en algo químico lo tildamos en seguida de antinatural, de artificial e, incluso, de tóxico.