La epistemología queda lejos de la experiencia de la gente, como los ensayos doble ciegos o la necesidad de incluir muchas muestras en las estadísticas.
La retórica es inseparable de cualquier forma literaria que intente influir. Los científicos de todas las épocas han usado recursos retóricos para reforzar sus argumentos.
Antes de los sudokus, nos hicieron creer que éramos unos cracks del cálculo mental. Los quiscos y librerias estaban llenos de divertimentos matemáticos.
La literatura científica de viajes comienza y acaba con la antropología. Eso sí, no es hasta finales del siglo XIX que se da el cruce entre la literatura científica y la de viajes.