De todas las gambas, ninguna es tan apreciada como la roja. Nemine discrepante: todo el mundo está de acuerdo. En los mercados de pescado, la gamba roja mediterránea se paga a menudo por encima de los cincuenta euros el kilo. Eso es porque nuestra gamba roja, además de escasa, es especialmente fina y sabrosa
Los humanos, en concreto, nos helamos o nos abrasamos por encima o por debajo de un miserable intervalo de una veintena o treintena de grados. De aquí la importancia de este súbito calentamiento global que experimenta la Tierra desde la Revolución Industrial.