Responde INMACULADA PASCUAL VILLALOBOS:
Un espejismo es ver objetos donde no los hay, es una ilusión óptica que se observa en días muy calurosos y en lugares como los desiertos.
Se trata de un fenómeno producido por la diferente temperatura a la cual se encuentran las distintas capas de la atmósfera. Esta diferencia de temperatura genera variaciones en el índice de refracción de las diversas capas atmosféricas, de modo que la luz no se propaga en línea recta, sino que se va curvando gradualmente. El espejismo se produce, finalmente, porque el ojo sitúa la imagen en la prolongación rectilínea de los rayos que inciden en él.
Este fenómeno es más acusado en los lugares donde el suelo, fuertemente recalentado por los rayos solares, eleva la temperatura de las capas inferiores de la atmósfera, disminuyendo su densidad y aumentando la velocidad de los frentes de onda que viajan próximos al suelo. Así, las partes del frente de onda cercanas al suelo se mueven con mayor velocidad y adelantan a las partes que están más altas, originando la curvatura de los rayos que inciden al observador. Como resultado, el observador ve el objeto y su imagen reflejada en el suelo. Esto le lleva a pensar, si se encuentra en el desierto, que existe una masa de agua que origina esta reflexión, o una zona mojada en el pavimento si se conduce por carretera; ambas desaparecen cuando se les da alcance.
También es común el espejismo de barcos fantasma navegando por las nubes en las costas nórdicas. Es el efecto Fata Morgana. En este caso el mar está muy frío mientras que las zonas más altas tienen mayor temperatura y la curvatura de los rayos de luz se produce en sentido contrario, originando el espejismo en las zonas de menor densidad que ahora se sitúan en las capas más altas de la atmósfera.
Inmaculada Pascual Villalobos es profesora del Departamento de Óptica, Farmacología y Anatomía de la Universidad de Alicante.