Ciencia para romper estereotipos de género

El Jardín Botánico organiza la tercera edición del ciclo «Dones i Ciència»

Dones i ciència al Botànic

¿Hay un cerebro masculino y uno femenino? ¿Por qué las matemáticas parecen difíciles? ¿De qué sirve ser botánica? ¿Qué estereotipos de género son más comunes en ciencia? Preguntas como estas son las que se respondieron durante la tercera edición del ciclo «Dones i ciència al Botànic», que, además, estableció las líneas de debate sobre el camino que debería tomar la investigación científica actual y la renovación pedagógica desde la escuela hasta la universidad para conseguir una ciencia con más mujeres y más humana.

El Jardín Botánico de la Universitat de València ha acogido, un año más, el ciclo que organiza con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Así, desde el martes 11 hasta el jueves 14 de febrero, el Jardín recibió la visita de expertas de disciplinas muy diferentes que se reunieron para hablar de su profesión y de la manera como viven la ciencia.

De izquierda a derecha, Ana Juan y Carmen Agustí, dos de las participantes en el ciclo «Dones i Ciència al Botànic». / Foto: Diana Moret i Soler

Ana Juan, botánica y profesora de la Universidad de Alicante, inauguró el ciclo y explicó que a lo largo de su carrera ha tenido que sobreponerse a situaciones difíciles por el hecho de ser mujer: «Después de que los hombres se me acercaron en la montaña, dejé de disfrutar de mis salidas durante un tiempo. Pero llegué a la conclusión de que nadie lo haría por mí. Así que continué yendo a por plantas sola hasta que superé el miedo y acabé la tesina ». Finalmente, la profesora Juan quiso destacar el papel de su madre a la hora de apoyarla en sus proyectos como científica, hasta el punto que reconoció que sin ella nunca habría sido botánica.

Con este agradecimiento, la profesora de la Universitat de València Carme Agustí tomó el relevo de la charla y comenzó su intervención recordando a sus compañeras de investigación sobre el síndrome de Rett, una enfermedad del desarrollo neuronal que afecta a las niñas y provoca la muerte de los niños antes de nacer. Hubo tres puntos clave en su discurso: ciencia más «humana», más investigación en enfermedades para personas de corta edad y mayor apoyo institucional para hacer avanzar la ciencia.

Y esta distinción entre pacientes hombres y pacientes mujeres fue la que recogió Dolores Corella en su intervención, donde habló sobre la nutrición personalizada enfocada a las mujeres. La catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universitat de València investiga el uso de la alimentación para luchar contra el determinismo genético y las enfermedades hereditarias como la obesidad o el cáncer. ¿Se pueden solucionar problemas de salud sólo a través de la alimentación? Según la profesora Corella, si se realiza una dieta en función de las características genéticas de cada paciente, puede ayudar en el tratamiento y abre la puerta a una medicina que centra el foco en las características individuales y no en estudios, generalmente hechos con hombres, o medias que no se adaptan a los casos particulares.

Más mujeres y menos prejuicios

Una de las frases más repetidas durante el ciclo fue que se necesitan más mujeres en la ciencia, y a partir de esto, María Asunción Menargues, profesora del área de Didáctica de las Ciencias Experimentales de la Universidad de Alicante, presentó su proyecto «Ciencia en Acción para las escuelas del siglo XXI». Según explicó, las profesiones técnicas y las materias de ciencias comienzan a rechazarse desde la escuela, especialmente las niñas, porque los propios profesores no se sienten seguros para impartir los conocimientos científicos a sus alumnos.

Dones i Ciència al Botànic

Mª Asunción Menargues participó en el ciclo «Dones i Ciència al Botànic» para hablar de su proyecto «Ciencia en Acción para las escuelas del siglo XXI». / Foto: Diana Moret i Soler

El proyecto educativo representa una renovación pedagógica que supone aplicar la teoría a través de experimentos en el aula y utilizar las fórmulas de manera práctica. La científica planteó el aprendizaje a través de la construcción de conocimiento y no de la memorización. Según la profesora Menargues, esta manera de enseñar ha causado una muy buena aceptación en los colegios con los que ha trabajado. Porque son estos proyectos los que acercan la ciencia a los niños y rompen las barreras de asignaturas como matemáticas o física, incomprendidas tantas veces en las aulas.

En la mesa redonda «La brecha de género en ciencia», actividad coordinada por la revista Mètode, las expertas reivindicaron la necesidad de vencer los estereotipos de género construidos a lo largo de la historia y los prejuicios contra la mujer como forma de combatir las desigualdades en la ciencia. Cinco expertas de diferentes ámbitos trataron la problemática de género en su campo. Participaron Pas García, catedrática de óptica de la Universitat de València; Mónica Bolufer, catedrática de Historia Moderna de la Universitat de València; Carla Sanchis, profesora de Psicobiología de la Universtat Jaume I de Castelló; y Anna Mateu, jefa de redacción de la revista Mètode, moderadas por la periodista Kristin Suleng. Las participantes hicieron aportaciones sobre temas como la mujer actual como construcción social y los valores de la familia o el amor, la evidencia de que no hay un cerebro masculino o uno femenino, o la importancia de humanizar a los científicos y hacer divulgación para crear referentes femeninos en la sociedad.

Lynn Margulis

Firma de Lynn Margulis en el Libro de Visitas del Jardín Botánico de la Universitat de València, con motivo de su visita a Valencia el 1998. / Foto: Jardí Botànic de la Universitat de València

Las jornadas «Dones i ciència al Botànic» acabaron con la proyección de la película sobre la bióloga Lynn Margulis, Symbiotic Earth: How Lynn Margulis rock the boat and started a scientific revolution. En el largometraje, la reconocida científica expone su visión de la vida y de la ciencia como mecanismo evolutivo interconectado y cooperativo, frente a la visión exclusivamente mecanicista de la vida que había durante el siglo XX, opinión que la llevó a ser rechazada por una parte de la comunidad científica.

Un año más, la semana para reivindicar a la Mujer y la Niña en la Ciencia se despide con propósitos para el año que viene: acercar la ciencia a la sociedad a través de la divulgación para poder normalizarla, compartirla y construirla de manera más libre e igualitaria para todos.

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Periodista, revista Mètode.