Darwin a la consulta del médico

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© Marina Sanjuán
David Comas y Joan Brines, los dos participantes del Bar de Ciencias, dedicado a Darwin y la medicina.

El pasado doce de febrero, Charles Darwin habría celebrado su 204º cumpleaños. Este naturalista inglés dejó como legado la brillante teoría de la evolución mediante el mecanismo de selección natural que aún tenemos que agradecerle, porque revolucionó y enriqueció la ciencia y se mantiene todavía vigente en nuestros días. Por este motivo la Universitat de València ha organizado una celebración especial, llenando la semana de actividades en honor al Día Darwin. La primera de ellas fue el Bar de ciencias que el Centre Octubre de Cultura Contemporània organizó el día trece, un debate titulado ¿Tendría mi médico que saber de evolución?.

Conversacioness sobre Darwin en el Octubre

Como en cada sesión, la filosofía de este Bar de ciencias es presentar la ciencia sin ornamentos, en una debate entre iguales, y para conseguirlo, el público se ha de sentir como en casa. No hay que preocuparse, porque el ambiente próximo y tenue del Centre Octubre ayuda a los asistentes a sentirse cómodos. Y comienza el diálogo. Joan Brines y David Comas son los contertulianos, los invitados de honor de esta reunión.

«El médico es un ser fundamentalmente antinatural y antiselección natural.» Esta es la primera afirmación de Joan Brines, director del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Valencia. Gracias a la acción de la medicina, explica Brines, la selección natural no campa a sus anchas en nuestra sociedad, de manera que los diferentes individuos obtienen las mismas oportunidades de tener descendencia. El doctor aprovecha para criticar la veneración de las causas naturales, en contraposición al temor que implican las intervenciones «artificiales» al entorno, como por ejemplo las técnicas médicas. El ambiente primitivo, natural e idílico, ya no existe, recuerda Brines. «Nuestro entorno natural es el de la medicina, la higiene y la cultura. Y nos hemos adaptado a él» El ejemplo irónico que pone este doctor divierte a su auditorio: los miopes. Los avances médicos actuales hacen que la gente que sufre miopía —rasgo que supondría una desventaja frente a otros individuos en términos evolutivos— tenga las mismas posibilidades de procrear que los no-miopes. Entonces, permitiendo esto, ¿no estamos yendo en contra de la selección natural? La inocuidad de las intervenciones queda patente con este ejemplo, ya que la «propagación de los miopes» no es un problema de nuestro entorno. Gracias a la medicina, explica Brines, «la diferencia existe y no nos hace ni mejores, ni peores».

La palabra la tiene ahora David Comas, profesor de Evolución Humana y Salud en el grado de Medicina de la universidad Pompeu Fabra. Su testimonio resulta esencial para responder a la pregunta que se plantea la sesión: «¿Tendría mi médico que saber de evolución?». Un sí rotundo es la respuesta del contertuliano: «No podemos entender la enfermedad sin saber su historia, su evolución». Y es que la evolución influye en todos los organismos, también en los patógenos, causantes de las enfermedades. Un ejemplo muy claro es el virus de la gripe, para el que cada año se ha de sintetizar una nueva vacuna, porque éste adquiere resistencias, es decir, evoluciona.

Una vez dibujadas estas ideas en las breves intervenciones, el micrófono cambia de manos y navega por el auditorio. Un brazo se alza, pidiendo la palabra y plantea la primera duda: cuando estos estudiantes de medicina que saben de evolución desarrollan «el oficio de curar» ¿qué aplicaciones tendrá esta teoría en su trabajo? David Comas toma la palabra: «Tendrán a su alcance más herramientas para diagnosticar enfermedades. Podrán interpretar mejor los estudios genéticos y saber qué fármacos son más apropiados según las variantes genéticas de cada paciente. La medicina personalizada está por llegar».

La conversación continúa ininterrumpidamente y muchas manos continúan en el aire cuando se anuncia el fin del debate. Entre los asistentes, la mayoría jóvenes estudiantes de medicina, el Bar de ciencias siembra nuevas dudas sobre las aplicaciones de las teorías del joven Darwin, que como ellos se hizo preguntas y sintió curiosidad por el mundo que nos rodea. Ahora, sin embargo, es hora de irse, aunque el aniversario de Darwin no ha hecho más que comenzar en la Universitat de València.

Marina Sanjuán Sánchez. Estudiante de Periodismo de la Universitat de València.
© Mètode 2013.

 

«El virus de la gripe obliga a los médicos a sintetizar una nueva vacuna cada año, porque éste adquiere resistencias, es decir, evoluciona»

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

«Gracias a la acción de la medicina la selección natural no campa a sus anchas en nuestra sociedad, de manera que los diferentes individuos obtienen las mismas oportunidades de tener descendencia»

 

 

© Mètode 2013