De la orina al grifo, recorrido de las drogas de abuso

Maria Teresa Galceran, catedrática emérita de Química Analítica, ofrece una conferencia dentro del ciclo 'Las fronteras de la ciencia'

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Agencia SINC
Una de las sustancias tóxicas presentes en los ríos que más preocupan a los expertos es la benzoilecgonina, el principal metabolito de la cocaína. Pero también aparecen en el mercado nuevos productos estupefacientes, de los cuales se desconoce la procedencia.

«Probablemente sabéis que las drogas de abuso son un problema social, pero quizás no conocéis que también son un problema medioambiental». Así abrió Maria Teresa Galceran Huguet la conferencia «Les drogas de abuso i la química analítica. Un ejemplo de intersección». La ponente es catedrática emérita de Química Analítica en la Universidad de Barcelona y con esta conferencia participó en el ciclo «Las fronteras de la química», organizado por la Facultad de Química de la Universitat de València con la colaboración de la Real Sociedad Española de Química. Todo, con motivo del Día Oficial de la Química y de la celebración de la Semana de la Ciencia.

Por un lado, la conferencia estaba enfocada a la problemática del análisis y la presencia de drogas de abuso en el medio acuático (aguas residuales, superficiales y potables). Por otro lado, también se habló de la aplicabilidad de métodos de reciente implantación para identificar nuevos productos estupefacientes.

«Probablemente sabéis que las drogas de abuso son un problema social, pero quizás no conocéis que también son un problema medioambiental»
(Maria Teresa Galceran)

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Un estudio realitzado por un equipo investigador de la Universidad de Barcelona y publicado el año 2008 reveló que las concentraciones de cocaína y éxtasis llegar a asimilar los niveles más altos después de las celebraciones de Nochebuena y Nochevieja. En la imagen, el río a su paso por Navarcles.

Según datos del Informe Mundial sobre Drogas de la ONU, en 2007 al menos el 5% de la población global de entre 15 y 64 años admitía haber consumido drogas en los últimos doce meses. Además de la problemática social, está la medioambiental: estas drogas de abuso no se quedan en el organismo de quien las consume, sino que son expulsadas mediante la orina, llegan a la depuradora, de aquí van al río, más tarde a la potabilizadora y finalmente al grifo de casa.

Una de las sustancias tóxicas presentes a los ríos que más preocupan a los expertos es la benzoilecgonina, el principal metabolito de la cocaína. Pero también aparecen en el mercado nuevos productos estupefacientes, de los cuales se desconoce su procedencia, «subproductos con impurezas y que sufren adulteraciones, e incluso compuestos con efectos sinérgicos», como explicó Galceran. Así, indicó que entre los que se encuentran con más frecuencia hay la fenacetina, un analgésico actualmente retirado, y el levamisol, un antiparásito veterinario. «Muchos de estos compuestos han sido sintetizados en la propia investigación de laboratorios o han surgido como derivados de otros psicoactivos, pero son vendidos como fitosanitarios y así evitan el control de sanidad», apuntar Galceran. Esto también dificulta los tests reactivos de drogas, puesto que como máximo se puede conocer la familia a que pertenece, pero no la sustancia exacta.

«Las drogas de abuso no se quedan en el organismo de quien las consume, sino que son expulsadas mediante la orina, llegan a la depuradora, de aquí van al río, más tarde a la potabilizadora y finalmente al grifo de casa»

 

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A la derecha de la imagen, Maria Teresa Galceran.

El análisis de las aguas da pistas sobre el tipo de consumo que hace la población. Por ejemplo, los estudios Occurrence of psychoactive stimulatory drugs in wastewaters in north-eastern Spain i Stimulatory Drugs of Abuse in Surface Waters and Their Removal in a Conventional Drinking Water Treatment Plant sacaron a la luz una alta concentración de drogas en Barcelona y los Pirineos. En el caso de la capital, se puede explicar para ser un lugar grande con locales nocturnos y discotecas. En los Pirineos se detectó que los picos correspondían a la temporada de invierno y sobre todo a las semanas de vacaciones, detalló Galceran.

Cuando se analizan aguas residuales se encuentra con mucha frecuencia codeína y metadona, además de éxtasis y cocaína. En algunos casos, como puede ser la codeína c6, es posible que en lugar de eliminarse se genere más. Así lo contó Galceran: «En la tarea de eliminar y hacer una descomposición para evitar que llegue al agua aparecen nuevas sinergias y hay compuestos en mayor proporción en la salida que en la entrada». Para aclararnos algunos de los conceptos, entrevistamos también a Guillermo Ramis, catedrático de Química Analítica de la Universitat de València. Según Ramis, en el proceso de eliminación de las sustancias tóxicas «quizás se generan metabolitos secundarios más tóxicos que el original», cosa que representa un problema adicional para el mismo proceso y para el medio ambiente, y añadió que «siempre queda una parte que está sin depurar, y esta sale al medio ambiente». «No se conocen los efectos a largo plazo de estas sustancias sobre el medio ambiente», sentenció Ramis.

Lucía Coll. Estudiante de Biología de la Universitat de València.
© Mètode 2016.

«En los Pirineos se detectó que los picos de concentración de drogas correspondían a la temporada de invierno y sobretodo a las semanas de vacaciones»

 

 

© Mètode 2016

Estudiante de Biología de la Universitat de València.