Jesús Mosterín, el filósofo que amaba la ciencia
En recuerdo de la figura del pensador
Ha fallecido Jesús Mosterín (1941-2017). No estaba al corriente de su enfermedad. Tan es así que el 13 de septiembre de 2017 propuse a la Fundación Gadea Ciencia que entrara a formar parte del Comité Científico, compuesto por un número creciente de científicos del más alto nivel en nuestro país que trabajan en todas las áreas de la ciencia. La petición fue aceptada por la Comisión de Accesos en su reunión del 20 de septiembre. En mi carta de motivos expresaba que Jesús Mosterín era uno de los grandes intelectuales de nuestro país para el que la ciencia tenía un papel esencial como eje de transformación de la sociedad.
Consustancial a su pensamiento fue la eliminación de las ambigüedades. Ha sido el gran sistematizador de la ciencia y el pensamiento en nuestro país, reclamando desde siempre la claridad conceptual como herramienta para el entendimiento humano. Solo hay que echar una ojeada a cualquiera de sus libros para poder apreciar su enorme capacidad didáctica en los argumentos que esgrimía para defender sus tesis. En modo alguno se le puede considerar como un filósofo académico. La racionalidad con la que siempre dotó a su obra le llevó por los lugares más diversos del repertorio de asuntos que nos interesan.
Su trayectoria profesional, su formación en lógica y matemáticas, su imparable devoción, pasión y estudio de la ciencia, su labor divulgadora, su participación en múltiples foros de debate y su posicionamiento, por ejemplo, en defensa de la naturaleza y el derecho de los animales, hacen de Mosterín un filósofo singular y necesario. De manos de la ciencia era cómo pensaba que podríamos llegar a justificar cambios en los presupuestos éticos y morales sobre los que se fundan las sociedades. Ciertamente Jesús Mosterín ha sido el Bertrand Russell español, su filósofo de devoción, y con el que guardaba un estrecho paralelismo en la forma de pensar e, incluso, de vivir.
Jesús, la parca vino a por ti; ya sé que hubieras preferido hablar con ella para elegir el fin de tus días, pero, conociéndote como te conocía, sé que estabas preparado.