La prensa en un callejón sin salida

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seminariAnna Sanchis

Durante la semana pasada se celebró en la UIMP, organizado por la revista Mètode, el seminario titulado La prensa y la ciencia. Participaron especialistas en la comunicación científica del ámbito académico (como Hans Peter Peters, Susanna Priest y Dominique Brossard) y periodistas en activo de los principales medios y revistas del área española como La Vanguardia, El Mundo, Muy Interesante, Quercus, Investigación y Ciencia, Materia, etc. Con el coloquio se intentaba encontrar respuestas a la crisis actual del periodismo y, en especial, a la prensa científica. ¿Cuál es el futuro del periodismo científico? ¿Hay un lugar para la ciencia en los medios generalistas? Con la llegada de la crisis económica la primera cosa que desapareció de los medios son los contenidos científicos y tecnológicos. Los diarios han prescindido de buena parte de la plantilla, y entre estos han caído casi por completo los periodistas de la sección de ciencia.

Por otro lado, las revistas con contenido científico también han ido desapareciendo de los quioscos (como NAT o Mundo Científico), y no ha existido ninguna contrapartida verdaderamente plausible. La revista electrónica Materia es quizá la gran excepción: creada por los periodistas científicos despedidos del diario Público, se afana en ser rentable y hacerse un hueco entre la actualidad. Pero es demasiado pronto para saber si lo conseguirá y, sobre todo, si los periodistas que la hacen podrán vivir de ello. Sea como sea, la sensación general que impregnó el seminario fue la incertidumbre: nadie sabe muy bien hacia donde va el periodismo, ni qué es necesario hacer con el modelo comunicativo actual.

¿Poner los contenidos en abierto? Luc Allemand, redactor jefe de La Recherche, se mostró contrario a regalar contenido e, incluso, manifestó su escepticismo ante las nuevas tecnologías. A su parecer, La Recherche tiene más de cuarenta años de existencia y sobrevivirá a las modas, al odioso Twitter y al aburrido Facebook. Un periodista no puede hacer buen periodismo, sugirió, y pasar el día enganchado a los Twitter y los blogs (a su parecer, una buena información nunca aparecerá en un blog). En cambio, Dominique Brossard, de la Universidad de Wisconsin-Madison, dijo que menospreciar las nuevas tecnologías es como ir a caballo pudiendo ir en coche, una absurdidad que hará que inevitablemente te quedes atrás y que, cuando quieras reaccionar, sea demasiado tarde y estés obsoleto. ¿Qué hacer, entonces? ¿Cuál es la mejor estrategia para no extinguirse? ¿La información de calidad cerrada (Investigación y Ciencia, Quercus, La Recherche…) o bien la gratuidad absoluta y apelar a la benevolencia y la generosidad de los lectores (Materia)?

Es bien sabido que la gente no quiere pagar nada por Internet y que en tiempos de crisis se hace todavía más duro encontrar un mecenas. Pero la información de calidad solo se puede hacer desde la comprobación de las fuentes, desde el tratamiento informativo cuidadoso y reposado, y todo eso es sinónimo de tiempo y dinero. El periodismo recuerda cada vez más a la paradoja de la Reina Roja de Alicia en el país de las maravillas: o un medio generalista gratuito o uno especialista de pago. Porque no se pueden querer las dos cosas y sobrevivir al intento.

Martí Domínguez. Director de Mètode.

Texto publicado orginalmente en catalán en el Quadern del diario El País.

 

 

«Con la llegada de la crisis la primera cosa que ha desaparecido de los medios son los contenidos científicos y tecnológicos»

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