El 5 de junio se celebra el Día Internacional del Medio Ambiente. Este día nace con la intención de incentivar al público en general a interaccionar con el medio ambiente mediante la prevención del aumento de la presión sobre los sistemas naturales de la Tierra.
Este año el Día Internacional del Medio Ambiente cuenta con Angola como país anfitrión. Es justo por este motivo que la temática de 2016 es la lucha contra el comercio ilegal de fauna salvaje, la devaluación del valor de la misma y la superviviencia de ciertas especies emblemáticas: elefantes, rinocerontes y tigres, entre otras. El eslogan para esta campaña es «Go wild for Life» –«Vuélvete loco por la vida»– y anima a difundir información sobre el maltrato de la vida salvaje y a desafiar todo aquello que la pueda perjudicar.
En Mètode hemos querido consultar a un conjunto de especialistas en distintas ramas relacionadas con el medio ambiente para mostrar diferentes perspectivas de lo que este día representa: Carmen Rojo, profesora titular del grupo de Ecología Integrativa de la Universitat de València; José Moya, técnico del departamento de Árboles Monumentales de IMELSA de la Diputación de Valencia; Albert Palanques, director del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona; Eva Tudela, presidenta de la asociación Acció Ecologista-Agró, y Montserrat Vilà, investigadora del CSIC en la Estación Biológica de Doñana.
¿Qué supone la celebración del Día Internacional del Medio Ambiente?
Carmen Rojo: La banalización de un problema grave. Vivimos el día mundial de tantas cosas que estas fechas han perdido su eficacia para llamar la atención. Dicho esto, cualquier actividad de pedagogía y sensibilización frente a cualquiera de los problemas que amenazan al medio ambiente tiene que ser bienvenida.
José Moya: Es una festividad necesaria para concienciar de la importancia de la protección y conservación del medio ambiente en general y, dentro de mi área de trabajo, de los árboles monumentales en particular.
Albert Palanques: Es una celebración muy importante que nos ayuda a informar y concienciar al público en general, a las administraciones y a los diferentes agentes sociales.
Eva Tudela: Esta fecha está marcada principalmente por instituciones políticas y gubernamentales. En nuestro caso, que trabajamos día a día en este campo, no es especialmente significativa. De todas formas, como trabajamos la educación ambiental y la concienciación cívica, también realizamos actividades durante todo este día.
Montserrat Vilà: Es un día para concienciar de la importancia que tiene el medio ambiente –el aire, el sol, la flora, la fauna…– en todos los aspectos de nuestras vidas.
¿Cómo ve la implicación de la sociedad con el medio ambiente?
C. Rojo: La veo lejos de ser un comportamiento natural, donde el gasto medioambiental sería asumido y defendido como el de la sanidad o el de la enseñanza pública. Pero si estos últimos han llegado a instalarse, quizás veamos el día que los ciudadanos se impliquen con impuestos, actitudes y exigencias en el medio ambiente.
J. Moya: La implicación de la sociedad últimamente ha aumentado de manera notable, en gran medida por el mayor esfuerzo divulgativo que se está realizando por parte de la administración. En nuestro campo se ha incrementado especialmente desde la aprobación de la Ley 4/2006, de Patrimono Arbóreo Monumental de la Comunidad Valenciana, hace ahora diez años.
A. Palanques: La veo muy buena en casos individuales y demasiado pobre en general. Necesitamos un mayor apoyo de la administración para que el público adopte comportamientos limpios ambientalmente hablando. En el caso del mar, todavía se siguen utilizando bolsas de plástico, botellas y latas no reutilizables que acaban contaminándolo.
E. Tudela: AE-Agró trabaja en la defensa del territorio proclamando formas de hacer las cosas más ecológicas. Por ello, nos consideramos parte de esta sociedad activa y preocupada por el medio ambiente. Pero continúa existiendo una gran parte de la sociedad valenciana que no se preocupa por estos temas.
M. Vilà: Muy baja. Todavía vemos el medio ambiente como algo que hay que conservar solo si hay dinero, como si fuera un lujo, cuando la realidad el medio ambiente determina que pueda haber vida en nuestro planeta. Además, hay una relación muy estrecha entre nuestra salud y bienestar y la calidad del medio ambiente.
¿Qué medidas cree que podrían suponer una mejora del medio ambiente?
C. Rojo: Educación y propaganda –pedagogía– sobre el gasto ambiental de nuestros hábitos como medida para lentificar el deterioro. Inversión económica útil, no puramente estética, para ayudar a su recuperación. Hay que intentar que «el dinero» se interese por el medio ambiente.
J. Moya: Volviendo a citar la Ley 4/2006, de Patrimonio Arbóreo Monumental de la Comunidad Valenciana, es satisfactorio ver cómo un pueblo puede decidir cuáles son sus árboles monumentales, qué interés histórico y cultural tienen… Por lo tanto, hay que intentar establecer leyes claras de protección y hacer una buena difusión de estas para una mayor implicación social.
A. Palanques: Verdadera voluntad política para efectuar medidas eficientes medioambientalmente hablando, asumiendo costes y mentalizando al público para contrarrestar la impopularidad que los agentes económicos difunden de ciertos aspectos ambientales para sus propios intereses.
E. Tudela: Las medidas para mejorar el medio ambiente varían desde las pequeñas acciones individuales –cómo compramos, cómo consumimos– hasta nuevas leyes promovidas por la administración. Si se quiere ir un paso más allá se puede colaborar con una asociación y emplear las herramientas que el gobierno autonómico oferta.
M. Vilà: Una mayor concienciación de lo que el medio ambiente nos aporta y al mismo tiempo mayores responsabilidades por los bienes no tangibles de la Tierra. Al final, es solamente una cuestión de adquisición de valores medioambientales.