Zootoponimia

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26-78Amat Bellés Roig. Penyagolosa (detalle, obra inacabada), 2013. Óleo sobre lienzo, 41 x 27 cm.

Vistabella, Atzeneta, Benafigos y Xodos son pueblos que pertenecen actualmente a la mal delimitada comarca del Alcalatén, pero si atendemos a la historia convendremos que sólo Xodos forma parte de ella, el resto lo es del Maestrat. Los cuatro términos se encuentran entre el Penyagolosa y el arco que describe el río Montlleó. Conviene aclarar que Vistabella y Xodos se encuentran en la frontera lingüística con pueblos de habla castellanoaragonesa.

En cuanto a la zootoponimia, la base de datos que hemos recogido nos ofrece una interesante pero escasa proporción de los nombres. De 7.595 topónimos, podemos considerar 178 (el 2,34%) motivados por el mundo animal.

Zoonimia y antroponimia

Los nombres que designan animales son, evidentemente, muy utilizados para el erróneo nombramiento de personas porque aportan características que creemos, o sabemos ciertamente, que son propias de un animal en concreto. La fortaleza del toro, la astucia del zorro, la tozudez de la burra… Más aún, dentro de nuestro ámbito hay apellidos que tienen su origen ahí, como Bou (toro), Llop (lobo), Colom (paloma), Colomer (palomar) o Falcó (halcón). Habrá que tener cuidado entonces a la hora de determinar el origen de un topónimo. En Puerto, ya dentro de Aragón, encontramos un ejemplo magnífico, la Griva de los Gatos. Las Grivas es un conocido cortijo que tiene como origen el nombre del ave. Como la mayoría de los cortijos, tiene varias casas y propiedades y una de estas pertenece a unos hermanos que responden al mote de Los Gatos; zoonimia y antroponimia, pues, en un mismo topónimo.

  «Los nombres que designan animales son muy utilizados para el erróneo nombramiento de personas porque aportan características que creemos propias de un animal en concreto»

28a-78Diseño, El Tossal Cartografies
La zona de estudio, entre el río Montlleó y el Penyagolosa, donde se encuentran los municipios de Vistabella, Atzeneta, Benafigos y Xodos. En esta zona, de los 7.595 topónimos estudiados, podemos considerar 178 (el 2,34%) motivados por el mundo animal.

   

Paleobiogeografía y nuevas especies

El topónimo, en muchos casos un fósil lingüístico, nos aporta también información añadida, la existencia pretérita de animales, hoy inexistentes. El oso, el ciervo y el lobo son especies desaparecidas en estas tierras. La frecuencia, sin embargo, de loberas o topónimos que tienen como específico el lobo nos informa de la antigua presencia de este mamífero en una geografía hoy despoblada. El oso, tan extraño hoy, aparece en Xert (Barranco del Oso) y en el término de Vistabella se encuentra el valle de Ossera (Osera), de paisaje bien salvaje y propicio en la antigüedad para albergar a los plantígrados. El ciervo, por su parte, si bien sólo nos aparece hoy con la forma diminutiva «cerebro», está presente en varios topónimos en la vecina Benassal. Por otra parte, de la misma manera que encontramos topónimos de especies desaparecidas, también constatamos hoy el retorno de otras que, hasta ahora, habían dejado una escasa huella toponímica. Así, podemos constatar que la cabra hispánica o el corzo, hace veinte años apenas observables en el macizo de Els Ports, han recorrido el Alt Maestrat y ya llegan a la bifurcación del río Montlleó con la rambla de la Viuda. No debería de extrañarnos, pues, que aparecieran neo-topónimos relacionados con estos mamíferos.

   
28b-78Francesc Igual
El lagarto («sarvatxo» en catalán) o lagartija. El Cap del Sarvatxo (Atzeneta) es el nombre de una roca prominente, un puntal hoy cubierto de pinos, donde alguien vio la cabeza de un lagarto.28c-78Jesús Bernat Agut
Cabras fotografiadas recientemente en la entrada del pueblo de Vistabella. No nos debería de extrañar que aparecieran neo-topónimos relacionados con la cabra hispánica o el corzo, mamíferos que están ganando presencia en esta zona. 
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A menudo encontramos alguna perdiz luciendo sus colores. Este animal dejó, junto al nombre de su cría, el perdigón (perdigó en catalán), dos topónimos con motivaciones diferentes: fuente del Perdigó y el mas de Perdigó, en la sierra del Boi (Vistabella).
  29b-78Joan Florit
Una abubilla bien encrestada. Es un error pensar que la fuente del Poput (abubilla en castellano) hace referencia a esta ave. En realidad su nombre es la fuente de los Molinos, pero la Conselleria de Obras Públicas, Urbanismo y Transporte situó allí un letrero con el nombre «Fuente de la COPUT», origen de la confusión.

CORRESPONDENCIAS ENTRE EL REFERENTE Y EL NOMBRE

Con la desaparición del mundo rural, toda la riqueza léxica ligada a la vida cotidiana se ha empobrecido. También los zoónimos han sufrido un retroceso que se manifiesta en el desconocimiento de muchas especies o en la utilización de hiperónimos, palabras donde se engloba toda una serie de animalitos parecidos o de órdenes enteros (pájaro, insecto, bicho, animalito…). Resulta, pues, muy enriquecedora la aportación de la zootoponímia para el conocimiento de los propios animales y para destacar la riqueza del léxico de estas tierras. Trataremos, en todo caso, de anotar las dificultades que presentan las variantes léxicas de cada especie o la confusión lograda que sólo puede resolver el nombre científico. Así, a modo de ejemplo, cualquier pajarraco negro puede ser bautizado como cuervo por el visitante urbano; los cortijeros, sin embargo, distinguirán entre cuervo (Corvux corax), y la corneja (Corvus corone), que aquí es la grajilla. Sin embargo, también serán grajillas aquellas que en bandada sobrevuelan el plano, que «graznando» anuncian cambios de tiempo y lluvia (Corvus monedula)

 

«Con la desaparición del mundo rural, toda la riqueza léxica ligada a la vida cotidiana se ha empobrecido. También los zoónimos han sufrido un retroceso»

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Ovejas «navegando» (como dicen los pastores) por el Pla de Vistabella. La oveja (Ovis aries), a pesar de ser el animal más conocido y fuente económica de los últimos siete siglos, no ha bautizado prácticamente ningún espacio, salvo una sima de las Ovejas (Xodos).

   

LOS ZOOTOPÓNIMOS

El mundo de los artrópodos encuentra en Los Abellarets y en el camino de los Abugots muestras de Apis mellifera, en el primer caso como colectivo o conjunto de colmenas y en el segundo referido a la abeja macho. La loma de La Caparra nos habla de Ixodes ricinus, parásito que espera entre las hierbas altas para adherirse a algún mamífero y chuparle la sangre. Dentro del orden Siphonaptera encontramos otro parásito que suele ir ligado a la basura de los animales, la pulga; la Coveta de les Puces (Cuevita de las Pulgas) responde al hecho de que muchas cuevas han sido empleadas como corral de ovejas. El Bancal de la Mosca y El Olivar de les Txitxarres (Cicadidae, cigarra en castellano) son otras muestras de topónimos que toman algún insecto como especificativo. El hecho de que el grillo, nombre genérico de diferentes géneros de insectos, origine algunos apodos, pone en duda la procedencia zoonímica de los tres ejemplos encontrados: Corral del Grill, Roca del Grill y Les Pallisses del Grill. Entre los anélidos sólo localizamos unos bancales con el nombre de la Furga (género Lumbricus), lombriz muy amada por los agricultores. 

El mundo de los peces tiene poca presencia en un espacio lleno de barrancos de muy escasa escorrentía y de un río, el Montlleó, que rara vez vierte el agua de sus depósitos en la rambla Carbonera, a partir de este «forcall» rebautizado como de la Viuda. Sin embargo, encontramos dos ejemplos: la sardina y la anguila. Lejos del mar se hace difícil justificar la presencia de Sardina pilchardus. Se trata, sin embargo, de casos anecdóticos: la lastra de la Sardina tiene en el hambre de la posguerra el origen del topónimo. Parece que fue una lastra arrebatada en 1941 y donde se pagaba el trabajo con sardinas de cubo. La artiga de Les Sardines es hoy un pinar, pero quizás fue roturado en su momento siguiendo el sistema de la lastra, o bien responda a una nominación errónea de los propietarios. En cuanto a la anguila (Anguilla anguilla), a pesar de la dificultad actual para remontar los ríos, debemos pensar en la antigüedad de los topónimos. El charco de L’Anguila, en el río Montlleó, ya lo recogían viejos documentos. 

Dentro de los reptiles, el lagarto ocelado (Lacerta lepida), sarvatxo en esta región, y la serpiente (diferentes géneros de ofidios sin especificar) nos dejan sendas muestras. El Cap del Sarvatxo es el nombre de una roca prominente, un puntal hoy cubierto de pinos, donde alguien vio la cabeza de un lagarto. El ofidio, posiblemente del género Natrix, se encuentra recogido en una de las fuentes del Mançanar, en Vistabella, la Font de la Serp.

Sí que encontramos mayor variedad en el mundo de las aves, donde las rapaces cuentan con varias muestras. En cuanto al águila, hemos podido observar el vuelo de una especie que aquí conocen como sarvatxera y, curiosamente, en Galicia como lagarteira, que se corresponde con Hieraetus pennatus. En cambio, no descartamos que algunos de los topónimos fueran bautizados a raíz de otra especie. Clotxa de l’Àguila, roca de l’Àguila (varias) y pino de l’Àguila son ejemplos. Los buitres (voltors en catalán) son aquí «buitres» de la especie Gyps fulvus, de los cuales encontramos numerosos ejemplos como morral del Buitre, ciénaga de la Buitrera, roca de la Buitrera y la Buitrera, paraje alto y rocoso de difícil acceso donde suelen hacer nido. El cárabo (Strix aluco, gamarús en catalán) es una pequeña rapaz nocturna que recibe el nombre de cárabo o carbo en tierras aragonesas. En el barranco del Carbo es frecuente su presencia nocturna. De Falco peregrinus encontramos la roca del Falcó (halcón en castellano) y Falco tinnunculus (cernícalo en castellano, xoriguer en otros lugares del dominio catalán) bautiza el risco de la Muixeta. Añadamos Athene noctua (mochuelo común en castellano), ave nocturna que da nombre al Barranc dels Mussols.

Los córvidos, ambos han dejado huella: el cuervo (Corvus corax) y la corneja (Corvus corone). En Vistabella encontramos la Roca del Corb y el Barranquet del Corb. En cuanto a la corneja, gralla en el habla local, ha bautizado una de las cuevas más conocidas del valle de Ossera, la Cova de les Gralles. Si bien esta cueva antiguamente tenía también algún uso ganadero, actualmente no conoce ninguna presencia humana y se encuentra habitada por cabras hispánicas y la majestuosidad del búho real.  

 

«El topónimo, en muchos casos un fósil lingüístico, nos aporta también información añadida, la existencia pretérita de animales, hoy inexistentes»

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Toros y vacas, seculares labradores del Pla de Vistabella. En la actualidad, estos animales han ido incrementando su presencia mientras descienden los rebaños de ovejas.

   

El género Columba nos aporta varios topónimos. Además del Racó del Colom y el Cantal del Colom, encontramos tres lugares bautizados como El Colomer y un caserón conocido como La Paloma. Más grande que la paloma y con dos plumas blancas en cada ala, como nos lo explicaba un informador, se nos muestra la paloma torcaz, que bautiza un paraje conocido como El Turcàs. 

Más ligados al mundo de la caza encontramos el zorzal charlo (Turdus viscivorus, griva en catalán), comedor de muérdago que da nombre al agujero de la Griva y al pozo de la Griva. En otro caso, el mas de Griva (renombre del propietario) tiene en la antroponimia su motivación. También la perdiz (Alectoris rufa) dejó, con el nombre de la cría, perdigón, dos topónimos con motivaciones diferentes: Fonteta del Perdigó y el mas del Perdigó (nuevamente habría que buscar el mote del propietario). Observemos la diferencia de estos topónimos si atendemos a la presencia/ausencia del determinante y la consiguiente información que nos aporta el artículo sobre el origen zoonímico o antroponímico de cada uno de ellos. Añadimos aún dentro de este grupo, el cuquello (Cuculus canorus, cuco común en castellano). Dos concurrencias para carrasca del Cuquello y una para pino del Cuquello. Imaginamos que es su canto característico y su forma de vida «okupa» en nidos ajenos lo que le otorga la propiedad del árbol.

Nos queda un ave doméstica, la gallina (Gallus gallus domesticus). Seguramente, el uso de gallinero que se le dio a la cueva justificaba su nombre: Coveta de les Gallines.

Dentro del grupo de los mamíferos tratamos primeramente los domésticos, con la advertencia, sin embargo, que algunas especies como el cerdo o la cabra podrían situarse también entre los animales salvajes. La oveja (Ovis aries), a pesar de ser el animal más conocido y fuente económica de los últimos siete siglos, no ha bautizado ningún espacio salvo un Alvenc de les Ovelles, eventual foso ovino, y la suerte del Borrego, que nos habla del macho de la oveja. Del cerdo (Sus scrofa y Sus scrofa domestica, porc en catalán), encontramos diversidad de topónimos que se derivan, y ninguno de ellos, excepto La Porcà, tienen mote en el origen. La única duda que se nos plantea es la posibilidad de que alguno de los cerdos sea salvaje, un jabalí, como el Forat del Porc y la Roca del Porc. Del doméstico, tan aprovechado, localizamos una partida llamada La Porcella, con la Caseta de la Porcella y la umbría de la Porcella, un subidero dels Porcs, lugar por donde accedían a la loma de la Picossa cuando los llevaban a vender hacia los pueblos de la Plana, y ejemplos de aragonés en La fuente de la Puerca y Solano de la Puerca. Bos taurus se nos muestra a través del toro, la vaca y su cría. En la actualidad, vacas y toros, más independientes en el pasto, han ido incrementando su presencia mientras descienden los rebaños de ovejas. Por un lado tenemos unos topónimos relacionados con el ganado, como Assester dels Bous, corral dels Bous y Cova dels Bous.  De manera más singularizada encontramos Fonteta del Bou, planet del Bou, roca del Bou y roca dels Bous.  En el barranco Fondo localizamos un lugar conocido como la Vaca y en el Mas de Racó, el pozo de la Vaca.  La Jònega (becerra en castellano), cría de la vaca, también ha bautizado una artiga.

Dentro del género Equus encontramos nombres de lugares con caballo, yegua, burro, burra y mulo. Equus asinus aparece en el Tossal de la Burra, mas de la Burra (quizás ligada a un nombramiento erróneo), roca del Burro (de puesto fálico evidente), y camino de los Burros. Una nítida granja de Cavalls (Equus caballus) es el topónimo que encontramos en el Pla de Vistabella y en el término de Atzeneta. La afección creciente por los caballos de paseo y la idoneidad de estos parajes quizás posibilite algún neotopónimo. Si bien en La Plana el castellanismo yegua ha ido imponiéndose, en esta zona aún se mantiene egua (yegua en catalán) como nombre genérico. El Barranc de les Egües y un Xargallar (derrubio en castellano) de les Egües lo demuestran. El mulo, híbrido de caballo y burra o yegua y burro, ha sido el équido más empleado en las tareas de arado en las masías. Las variadísimas funciones de las cuevas como hábitat alternativo, tanto humano como ganadero, también incluyen el establo. En este caso el uso fue coyuntural, la necesidad de esconder unos mulos durante la Guerra Civil bautizó la Cova dels Matxos (mulo en catalán), situada a orillas del río Montlleó. Muy de cerca, el colmillo de la Cova dels Matxos. 

   
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Los perros guardan aquí los rebaños de ovejas. El perro (gos en catalán), empleado como vigía en las masías, en las cacerías o como pastor de rebaños, también tiene en la toponimia algunos ejemplos como la roca dels Gossos (Benafigos).
   

El perro (Canis lupus familiaris, gos en catalán), empleado como vigía en las masías, en las cacerías o como pastor de rebaños, tiene en la toponimia algunos ejemplos. La Caseta del Gos Negre, la Roca dels Gossos (tal vez como lugar donde se despeñaban algunos animales no deseados) y el Pixador (meadero en castellano) dels Gossos, cerca del cerro del Mas de Monçó. Por su capacidad como productor de motes, hay que tener cuidado a la hora de establecer la relación directa de topónimos con el gato (Felis silvestris catus). El Mas del Gat podría relacionarse con un antropónimo. L’Ombria del Gat, también en el mismo término, o el Rincón del Gato, de la vecina Mosqueruela, nos dejan la duda. Mientras que la Coveta dels Gats parece tener la motivación zoonímica directa.

En cuanto a los mamíferos salvajes, es aquí donde encontramos muestras de los aspectos mencionados en el apartado de la paleobiogeografía. Relacionamos la Roca de les Cabres con Capra pyrenaica. Resulta muy interesante, desde un punto de vista léxico, la segalla, cabra joven entre uno y dos años, que bautiza dos rocas prominentes, morral de la Segalla de Baix y morral de la Segalla de Dalt. El ciervo (Cervus elaphus) patente su existencia pretérita en topónimos históricos aparecidos tanto en la visura de Benassal, mallada del Cervo y sierra del Servo, como por la mención que hacen los Establecimientos de la Villa de Benasal: «algú no gos pendre lenya dels alars qui són fets ho.s faran per atota salvaguia com cervos, corços ho altres…» (Barreda, 1999). También la toponimia actual de Benassal nos regala varios topónimos con el ciervo como especificativo. Creemos que cervell es el diminutivo. El Cervell de Baix y el Cervell de Dalt son dos rocas cercanas a la fuente del Cervell, en la sierra del Boi de Vistabella. De Oryctolagus cuniculus, además de la Lloma del Conill (conejo en castellano), encontramos un curioso topónimo, Tancat dels Conills. Se trata de un extenso paraje rodeado, no de piedra seca como es habitual en esta región sino de malla metálica, con la intención de criar conejos. Lepus europaeus nos regala los Pradets de la Llebre. La fagina (Martes foina), garduña en castellano, es muy similar y de fácil confusión con la marta (Martes martes). Es un mustélido suficientemente conocido y escudriñador que agujerea los vasos para extraer la miel. Alrededor de la Font de la Marta y a lo largo del Barranc de la Marta, están los cingles (riscos en castellano) de la Marta, las rocas de la Marta y la partida conocida como Les Martes. Un poco alejado de este lugar también hay un pozo de la Marta. El artículo nos hace desconfiar de origen antroponímico. Del oso (Ursus arctos), queda la presencia toponímica. La extensa partida del Valle de Ossera y una Cova de l’Ós (Cueva del oso).

El mítico lobo (Canis lupus), desaparecido hoy de esta región, permanece muy vivo en una quincena de topónimos. El Tossal del Llop (cerro del lobo) es uno de los puntos más elevados de la sierra de la Nevera, que, con sus respectivas laderas separa los términos de Vistabella y Atzeneta. Este último término también cuenta con la Artiga del Llop, situada en Les Roques Pardes, y el Llobo, nombre de una masía situada en el Tossal de les Llastres, que habría que relacionar con la antroponimia evidente que presenta la –o, tan productiva como formadora de apodos, tal vez del apellido Llop o proveniente del zoónimo. Vistabella cuenta con la Portera del Llop, paraje cercano a Sant Joan y muy querido por su pinar y rebollar, la roca del Llop y un risco Lobo que justifica la castellanización por su situación delante del santuario de la Estrella (Mosqueruela), posiblemente de donde le viene el bautizo mixto. Aunque en el mismo término encontramos un metafórico Quixal (muela en castellano) del Llop, cantal o tormo que sobresale del relieve de la cuesta que baja hacia el barranco. El término de Xodos nos regala un pozo del Llop y la Clotxa (agujero en castellano) dels Llops, donde se acercarían a beber. Nos sorprende, sin embargo, que con tanta riqueza lobera no aparezca el clásico Cantallops, que tampoco lo hace en los términos vecinos de Benassal y Culla, más presente en Els Ports. Quizás la roca y el risco hagan el papel. Ya en el Alcalatén, en el término de Costur, se nos regala un sugerente Escoltador del Llop (Escuchador del lobo). Abundan, eso sí, las madrigueras de los lobos, Les Llobateres, La Llobatera y Barranc de la Llobatera. 

Sin duda el animal más abundante en nuestra toponimia es el zorro (rabosa en catalán, Vulpes vulpes). Localizamos varios ejemplos repetidos de Cau (madriguera en castellano) de la Rabosa, cueva de la Rabosa, Cova de la Rabosa, Barranc de la Rabosa, Fonteta de la Rabosa y tres ejemplos de Clotxa de la Rabosa, lugar donde acudían a beber. Resultan curiosos dos salientes, el de La Rabosa y el de La Rabosa de Baix, en la sierra del Boi. Además, sin embargo, encontramos veinte ejemplos más con la variante rabosera y rabosero. Entendemos que son equivalentes, con un cambio de género que no exige pensar en oficio y antropónimo; sencillamente son sinónimos. El Barranc de la Rabosera y Barranc del Rabosero, Artiga de la Rabosera, Bancal de la Rabosera, Bancals de la Rabosera, Tossalet de la Rabosera, Pou de la Rabosera, Cova Rabosera y diversas la Rabosera. Por último, rabosero aparece con las variantes: El Rabosero, Pont del Rabosero y Roques del Rabosero. 

   

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La abeja chupa la miel de la estepa blanca. El mundo de los artrópodos encuentra en Els Abellarets (Xodos) y el Camí dels Abugots (Atzeneta) muestras de Apis mellifera, en el primer caso como colectivo o conjunto de colmenas y en el segundo, referido a la abeja macho.

   

ZOOTOPÓNIMOS EN TRAMPAS

Queremos, finalmente, mencionar algunos casos de confusión. La Roca dels Pericos se encuentra claramente fuera de la zoonimia porque era el mote de los propietarios, posiblemente derivados de un Pedro, sin exóticos pájaros que hablaran. Ahora bien, hemos anotado tres topónimos que nos abocaban a ver animalitos en los cuales, con rascar un poco, descubrimos motivaciones totalmente diferentes, como antropónimos «fabulados» o arabismos atrapados por la graciosa trampa de la etimología popular. Ya hemos hablado de ello en el caso de la anguila. 

La Porcà es el nombre que recibe un pozo situado junto al camino Real de Mosqueruela. Los informadores nos aseguran que es agua de mal gusto, sólo buena para los cerdos. Los papeles antiguos nos aclararon, sin embargo, que este es el pozo de En Porcar. Un antropónimo, pues, que no pretendía menospreciar el agua. ¡Hasta qué punto puede influir el topónimo sobre el sabor del agua!

En la zona de estudio, como en el resto del dominio en el norte del Penyagolosa, no se pronuncia la -r final, salvo en aquellos monosílabos que a todos nos vienen a la cabeza. No era, pues, Accipiter gentilis, ave de nidificación arborícola, lo que había que buscar detrás de los topónimos Pou de l’Assor o Barranc de l’Assor, pronunciados con -r final. La castellanización en la cartografía, establecida como normal durante tantos años, nos aclaraba que el barranco del Azor, si bien no era capaz de posibilitar la navegación del yate del Caudillo, nos prometía un paraje lleno de nidos de esta rapaz. Dicho pozo tiene un muro de considerables dimensiones y el barranco se humaniza con un molino precioso (molino del Azor en la cartografía estatal) que precisa un azud para girar el agua. Parece, pues, que más que en el ave hay que pensar en un arabismo: Assor, muro en castellano, construcción que llena topónimos tan nuestros como Almassora.

Finalmente, recordemos en las encuestas la aparición de una Font de la Poput. Si bien cuando el informante nos anunció la existencia de esta fuente nos alegró poder contar con un ave tan nuestra y onomatopéyica como Upupa epops para bautizar una fuente, pronto comprobamos -el rótulo allí estaba- que aquello era la Fuente de la Coput. La Conselleria de Obras Públicas, Urbanismo y Transporte había hecho suya la secular Font dels Molins. 

Bibliografía
Barreda, P. E., 1999. «Els Establiments de la Vila de Benassal». In Romero Martínez, P. V.; E. Barreda y P. E. Barreda. Cooperativa Agrícola Benasalense. 50 Aniversari, 1949-1999. Cooperativa Agrícola Benasalense. Benassal.
Barreda, P. E. y J. Peraire, 1999. «Toponímia de Benassal». In Romero Martínez, P. V.; E. Barreda y P. E. Barreda. Cooperativa Agrícola Benasalense. 50 Aniversari, 1949-1999. Cooperativa Agrícola Benasalense. Benassal.
Bernat, J., 2000. Toponímia rural d’Atzeneta del Maestrat. Estudi primerenc i recull toponímic. Diputación de Castellón. Castellón.
Bernat, J., 2004. Xodos. Toponímia dels pobles valencians. Acadèmia Valenciana de la Llengua. Valencia.
Bernat, J. y C. Canós, 1997. Mapa toponímico de Atzeneta del Maestrat. Escala 1:20.000. Diputación de Castellón. Castellón.
Fuster, P. y J. Bernat, 2008. Mapa del término municipal de Xodos. Escala 1.15.000. Comisión de Fiestas de Xodos. Xodos.
Fuster, P. y J. Bernat, 2010. Vistabella del Maestrat, entre el Penyagolosa i el Montlleó. Escala 1:25.000. El Tossal Cartografies, Gràfiques Vimar. Picanya.

Jesús Bernat Agut. Toponimista y profesor de Lengua y Literatura del IES Álvaro Falomir de Almassora. Miembro de la Sociedad de Onomástica, Barcelona.
© Mètode 78, Verano 2013.

 

«La necesidad de esconder unos «matxos» durante la guerra civil bautizó la «Cova dels Matxos», situada al lado del río Montlleó»

© Mètode 2013 - 78. La luz de la evolución - Verano 2013

Toponimista y profesor de Lengua y Literatura del IES Álvaro Falomir de Almassora. Miembro de la Sociedad de Onomástica, Barcelona.

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