En 1998 me hice cargo de la revista, cuando se acababa de publicar su número 17 y se había convertido en una destacada publicación de difusión de la investigación universitaria, dirigida por la periodista Olga Dénia. Ya bajo mi dirección, decidí centrar los contenidos exclusivamente en la difusión de la ciencia (entendiendo la ciencia de la manera más amplia posible), y así poco a poco ir fidelizando a los lectores. Hasta el número 25, Mètode fue una revista de difusión interna, sin precio, y sin poder competir con otras publicaciones en la arena de la comunicación. Pero en la primavera del año 2000 dimos un paso importante, y Mètode cambió la maquetación, empezó a publicarse en color y se puso a la venta. A partir de entonces se inició lo que entendemos actualmente por Mètode: una revista de contenidos de alta divulgación, con vocación universitaria, con una suscripción muy asequible y con una importante diversidad de temas.
Desde aquel día, la revista ha ido creciendo, en un festina lente que ha sido verdaderamente apasionante. El año 2000 empezamos a traducir los contenidos al castellano, para ampliar la audiencia y el impacto (y así Mètode recibió el premio Prisma en 2009, el Sacyr-Vallehermoso en 2014 y el Ciencia en Acción en 2018). En 2003 pusimos en marcha la web, que ahora cuenta unas cien mil visitas mensuales, y unos años después, en 2005, se iniciaron las monografías de Mètode, con un primer título dedicado a Einstein, del profesor José Adolfo de Azcárraga, que tuvo la generosidad de entregarnos un manuscrito muy valioso. Aquel título fue el acicate para una colección de libros de divulgación asociada a la revista (y que se reparte entre los suscriptores), y en la cual este año publicaremos el décimo volumen, una compilación de los artículos de «La ciencia en la mesa», del querido y añorado profesor Fernando Sapiña.
Finalmente, Mètode se empezó a publicar en inglés a partir del año 2011, y bajo el formato de Mètode Science Studies Journal. Actualmente, se encuentra indexada en importantes repertorios, como por ejemplo Scopus o Emerging Sources Citation Index. Cuando los evaluadores de Scopus nos enviaron la aceptación, vino acompañada de una elogiosa carta que definía a Mètode como la versión europea de Scientific American. Aquel fue un día de alegría y celebración para toda la redacción, que vio recompensados todos los esfuerzos dedicados durante tantos años, y de una forma a veces tan abnegada.
«Mètode es una revista de contenidos de alta divulgación, con vocación universitaria, y con una importante diversidad de temas»
Una redacción que es la verdadera responsable de la calidad de la revista. En primer lugar, el director de arte José Luis Iniesta, que ha dedicado toda su carrera profesional a hacer de Mètode lo que es: un modelo de síntesis de belleza y rigor; la jefa de redacción de Mètode, Anna Mateu, que con su capacidad para el trabajo y su talante tranquilo es el eje sobre el cual bascula todo lo que afecta a la revista, y que es una infinidad de cosas. Junto con Anna quiero destacar el trabajo de dos brillantes periodistas: Lucía Sapiña, encargada de los contenidos de salud, y que es el alma del Observatorio de las Dos Culturas, y Susanna Ligero, que no solo aporta sugerentes contenidos periodísticos, sino que a la vez, con su mirada de filóloga concienzuda, es un paso muy importante para la edición. Por otro lado, quiero destacar al conjunto de lingüistas que trabajan y asesoran en la revista: Manuel Gil carga sobre sus espaldas toda la traducción al inglés y castellano de Mètode, y lo hace como si nada, con una diligencia y efectividad admirables; y Josep Agustí ha sido desde los inicios nuestro traductor y corrector de catalán, y ha sabido conferir criterio lingüístico a la publicación. Finalmente, los lectores externos han sido fundamentales para mantener la calidad durante todos estos años: en este sentido, quiero recordar el profundo trabajo de revisión realizado en los inicios por el profesor Jesús I. Català, y proseguido por la profesora Tatiana Pina, que pone la lupa (o el microscopio) hasta en la última coma. Y por supuesto también quiero agradecer el trabajo de todos los colaboradores (Íngrid, Maria, Nuria, Andrea, Rebeca, Felip y tantos otros) que durante tantos años han participado activamente en los contenidos de la revista.
Pero Mètode, sobre todo, es lo que es gracias al respaldo de la Universitat de València. Y en este sentido no quiero dejar de agradecer el apoyo entusiasta de los diferentes equipos rectorales, y en especial de los vicerrectores de Investigación con los que he tenido la fortuna de trabajar (Juli Peretó, Francisco Tomás, Maria Josep Cuenca, Esteban Morcillo, Pedro Carrasco, Pilar Campins y Carlos Hermenegildo), que siempre nos han dado libertad para llevar adelante este apasionante proyecto editorial.
Bien, y ahora, y dicho todo esto, ¡a por 100 números más de Mètode!