«10.000 años mirando estrellas», de Fernando J. Ballesteros y Bartolo Luque

10.000 años mirando estrellas
Fernando J. Ballesteros y Bartolo Luque
Alianza Editorial. Madrid, 2011. 314 páginas.

Uno de los factores indicativos de una sociedad avanzada es la valoración que los ciudadanos otorgan a la ciencia en sus vidas. Para aproximarse a la ciudadanía, los científicos deben comunicarla, explicar los hechos científicos con un lenguaje llano. Eso es lo que han hecho durante años los investigadores Fernando Ballesteros y Bartolo Luque en varios medios de comunicación escritos, así como en Radio Nacional de España. El libro 10.000 años mirando estrellas recoge los pequeños ensayos que han ido publicando aquí y allá y ahora los hacen accesibles a todo el mundo, actualizándolos, fusionándolos y enriqueciéndolos para la ocasión. Inspirándose en el gran divulgador Carl Sagan, a quien dedican el volumen, no solo nos explican los grandes temas de la astronomía y la exploración espacial, sus especialidades, sino que además, siguiendo la maestría de este astrofísico americano, muestran la relación del ser humano con el universo.

Sin embargo, ¿cómo empezó el cosmos? La aventura del descubrimiento de la radiación fósil del fondo de microondas del universo y la confirmación del inicio explosivo, si bien es apasionante, no es fácil de entender por el lector medio. Por eso mismo los autores han hecho el esfuerzo de usar objetos cotidianos, como el horno de microondas, para explicar los procesos físicos. Y el resultado ha sido satisfactorio.

Nuestro planeta es nuestro hogar y, si somos capaces de conservarlo, nos continuará proporcionando un entorno adecuado para la vida. Sin embargo no está exento de peligros que la humanidad, de momento, no puede evitar. Peligros que el cine y la prensa sensacionalista han magnificado últimamente, como las tormentas solares o los meteoros que caen del cielo y pueden ser los causantes del final de nuestra civilización. Los autores dedican varios capítulos a explicar y desmentir estas teorías catastrofistas y añaden que estos fenómenos han existido siempre y que, incluso, como en el caso del impacto de asteroides sobre la Tierra, son moduladores de la evolución de las especies.

En 10.000 años mirando estrellas, capítulo que da nombre al libro, se nos presenta el ser humano observador del cielo por motivos religiosos, prácticos o científicos. Desde los observatorios más antiguos, como el de Stonehenge, hasta los más modernos situados en Canarias o Chile, los astrónomos han visto las estrellas como cuerpos inalcanzables pero regulares hasta que han conseguido entenderlas. Y este conocimiento celeste ha sido muchas veces fuente de polémica, como en las primeras observaciones lunares con telescopio con consecuencias para la ciencia, la religión y también el arte.

Nuestro futuro está en el espacio. Primero tímidamente, con satélites y sondas planetarias, con aciertos y errores; después colonizaremos el Sistema Solar y quizá la galaxia. Mientras tanto, la detección de una señal extraterrestre inteligente puede cambiar nuestra sociedad. Pero también podemos mirar a nuestro alrededor y darnos cuenta de que realmente no estamos solos, ya que delfines, sepias y calamares, también inteligentes, nos acompañan en este viaje cósmico. ¿Quién osará pedir sepia a la plancha después de leerse el libro?

© Mètode 2012 - 72. Botánica estimada - Invierno 2011/12
Departamento de Astronomía y Astrofísica de la Universitat de València.