«Anfibios y reptiles de la península Ibérica, Baleares y Canarias», de Albert Masó y Manuel Pijoan
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Estamos ante una obra que, sin lugar a dudas, será un referente para numerosos trabajos posteriores pues los autores han sabido condensar una gran cantidad de información en un solo volumen que, aunque grueso, por sus reducidas medidas todavía se mantiene en la categoría de «guías de campo». El resultado es una obra única con 110 mapas de distribución (muy precisos), 120 dibujos y espectrogramas, así como las 112 especies que viven en el área geográfica que abarca. Se ha de remarcar el enorme repertorio de fotografías que incluye esta guía –nada menos que 1.550–, lo que la convierte, con gran diferencia, en la guía mejor ilustrada hasta la fecha. Además, la mayoría tienen una calidad excepcional y muchas constituyen elementos ilustrativos muy interesantes; y han sido realizadas por ¡162 fotógrafos diferentes! Además, los autores han consultado a 14 herpetólogos, especializados en diferentes grupos, lo que sin duda ha conferido a esta obra el máximo rigor científico, así como una total actualización de datos. Después del prólogo de Jacint Nadal y de la introducción, el primer capítulo explica «cómo usar esta guía». Los capítulos dos y tres, extensos apartados donde se trata la biología de ambos grupos, resultan especialmente interesantes para las personas que se inician en el tema. Destacan las excelentes imágenes, que en muchos casos son por sí mismas todo un documento gráfico de situaciones difíciles de observar en la naturaleza, como por ejemplo ciertas instantáneas de alimentación de reptiles. El cuarto capítulo –«Observación»– nos enseña«cuándo, dónde y cómo ver anfibios y reptiles». El siguiente se refiere al «Estudio y conservación» y el sexto («Los diez grandes grupos de especies») sustituye las claves dicotómicas (muy engorrosas en el campo), y con él empieza la identificación. El séptimo contiene las check-lists, de gran utilidad porque indican las especies con que te puedes tropezar en la zona geográfica en la que te encuentres. En el octavo y noveno, que constituye el núcleo de la guía, se tratan las fichas de las especies de anfibios y reptiles. Cada una empieza indicando la familia, los nombres común y científico y las denominaciones en catalán, vasco, gallego, portugués, francés, italiano, inglés y alemán. Siguen los apartados de «Identificación», «Larvas» (en los anfibios), «Juveniles» (en los reptiles), «Variabilidad», «Dimorfismo sexual», «Voz» (en los anuros), «Especies similares», «Hábitat», «Distribución», «Actividad», «Fenología» y «Conservación». No se olvida ningún aspecto, ya que, previendo que el naturalista pueda encontrar ejemplares en fase de huevo o larva, están los capítulos noveno y décimo, también profusamente ilustrados. Y por si no se llega ni a verlos, la guía también incluye un CD de Eloïsa Matheu (Alosa) con los cantos de todos los anuros que, junto a los espectrogramas, permite la identificación por la voz. El siguiente incluye árboles filogenéticos, listas de sinónimos y denominaciones antiguas (para los que se extrañen con el nombre correcto actual), así como las especies introducidas y las presentes en Ceuta y Melilla. Después viene el extenso glosario y una larga lista de direccionesútiles: centros de interés, asociaciones herpetológicas, entidades locales, revistas y webs. Al final, el lector encontrará 500 referencias bibliográficas y un índice de más de 2.000 términos que incluyen todas las denominaciones de las especies en los diez idiomas de las fichas. Aunque ya viene resultando habitual que, tras la publicación de una nueva guía de cualquier grupo, se haga referencia a la necesidad que había de reflejar los nuevos cambios taxonómicos, en esta ocasión podemos decir que pocas veces ha sido tan real como ahora. Esto es debido principalmente a la irrupción en la taxonomía de herramientas moleculares. Aunque esta técnica empezó hace ya unas décadas, en los últimos años se ha incrementado exponencialmente, proporcionando un mejor conocimiento taxonómico y biogeográfico de nuestra herpetofauna. En este sentido, son muchas las novedades que esta guía aporta respecto a obras similares anteriores. Por ejemplo, ahora sabemos que nuestras especies de salamanquesas se subdividen en dos familias diferentes, no como hasta ahora, que se agrupaban todas en la misma familia; también sabemos que en la Península Ibérica podemos encontrar dos especies diferentes de culebrillas ciegas; que nuestra culebra bastarda no es un representante de la familia Colubridae como el resto de las culebras ibéricas; que los tritones ibéricos, hasta hace poco clasificados en el género Triturus, ahora se desglosan en tres: Triturus, Lissotriton e Ichthyosaura; que en el macizo del Montseny habita una especie de tritón, Calotriton arnoldi, exclusiva de unos pocos tramos de torrentes de estas montañas y que es una de las especies de anfibios más amenazada de Europa; o que la ranita de San Antonio ibérica no pertenece a la especie europea Hyla arborea sino al endemismo H. molleri. Y esto solo es una pequeña muestra de los profundos cambios taxonómicos que en esta guía se recogen. Por todo lo expuesto anteriormente, se puede decir que, a día de hoy, si a nivel íbero-balear-canario alguien recomienda otra guía diferente a esta, quizás sea por un romanticismo poco práctico. Sin duda hay que felicitar a Albert Masó y Manuel Pijoan por la realización de esta obra tan completa, porque han sabido combinar el carácter divulgador con el rigor científico, por lo que será muy útil tanto para aquellos naturalistas y aficionados que comienzan a introducirse en estos grupos como para los profesionales de la herpetología, ya que esta guía también les aporta datos hasta ahora inéditos. Remarcaremos que, a diferencia de otras guías, que incluyen unas pocas ilustraciones por ficha, la que reseñamos contiene una enorme cantidad de fotografías, que en algunas especies llega a 25, y que representa un amplio abanico de subespecies, formas, variaciones cromáticas, etc. Gracias a ello, siempre que se pueda observar lo suficiente, esta obra garantiza una identificación fiable ante cualquier ejemplar que nos podamos encontrar en el campo. Salvador Carranza. Investigador del Instituto de Biología Evolutiva, CSIC-UPF (Barcelona) |
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Anfibios y reptiles de la Península Ibérica, Baleares y Canarias
