‘Del Saler al Túria’, de Carles Dolç

Memoria de una lucha ciudadana

Del Saler al Túria. Els primers moviments ciutadans que van dissenyar València
Carles Dolç
Pruna Llibres / El Magnànim. Valencia, 2021. 162 páginas.

Hace ya algunos años, documentándome sobre el movimiento ciudadano que había salvado la Dehesa de El Saler –y la Albufera de Valencia– de una urbanización proyectada en los años sesenta del siglo pasado en este espacio natural, apenas encontré algunas referencias a la cuestión en unos pocos libros. Ramon Folch detallaba lo que habría significado esta urbanización para el ecosistema albuferenco en su obra Ús o abús?, cuando hablaba de las zonas amenazadas del litorial, y algunos estudiosos del ecologismo español, como Joaquín Fernández, hacían referencia al movimiento «El Saler per al poble» como pionero del ecologismo europeo. Pero en todos los casos se trataba de unas pocas líneas o de una simple nota al pie.

El libro que ahora publica el arquitecto y activista Carles Dolç, Del Saler al Túria, llena este vacío y nos ofrece un recorrido fiel y minucioso –fruto de un trabajo de documentación, pero también de su propio conocimiento y experiencia en primera persona– sobre la defensa de la Dehesa de El Saler, y sobre la reivindicación de otro espacio verde en la ciudad de Valencia: los movimientos «El Saler per al poble» y «El riu és nostre i el volem verd». Dos iniciativas ciudadanas que confluyeron en el tiempo y en los objetivos: la concepción de los espacios naturales y las zonas verdes como bienes comunes y públicos.

Decía Carles Dolç en una de las presentaciones de la obra que este libro nace de la necesidad de responder a dos olvidos: uno, el individual, el suyo propio, aquel que nos ocurre a todos sobre nuestras vivencias conforme van pasando los años; el otro, el olvido colectivo. Es lo que pasa cuando no hay documentación escrita sobre un hecho, que corre el peligro de ser olvidado, o, peor aún, tergiversado y reapropiado.

A aquellos dos movimientos que ocurrieron en los setenta, durante los últimos años de la dictadura franquista, les debemos hoy en día la existencia del Parque Natural de la Albufera de Valencia –que incluye esta franja boscosa que estuvo a punto de desaparecer durante la etapa del boom turístico y el desarrollismo franquista–, y también de un parque urbano que vertebra la ciudad de Valencia, que sería sin duda muy diferente de haberse llevado a cabo el plan original de utilizar el antiguo cauce para construir una red de vías rápidas. Como apunta Carles Dolç en el subtítulo del libro, estos movimientos diseñaron la Valencia actual.

Hoy, casi cincuenta años después, las problemáticas que abordaron aquellas reivindicaciones ciudadanas aún tienen aspectos sin resolver. El Parque Natural de la Albufera es un ecosistema frágil y sometido a múltiples presiones. Sin ir más lejos, sus playas se ven amenazadas por el aumento de los temporales pero también por la falta de sedimentos. Un problema que se verá agravado de llevarse a cabo la ampliación del puerto de Valencia que se pretende acometer. Por otra parte, el diseño urbano, no solo el de Valencia, tiene por delante el reto de recuperar el espacio, durante tantos años reservado al automóvil, para las personas. Y el papel de la ciudadanía y de los movimientos sociales puede ser clave en la resolución de estas cuestiones: si ya lo fue en los años setenta, ¿por qué no ahora?

© Mètode 2022 - 112. Zonas áridas - Volumen 1 (2022)