El error del pavo inglés
Antonio José Osuna Mascaró
Universidad de Granada. Granada, 2012. 269 páginas.
¿Qué es la vida? ¿Quién soy yo y qué es la conciencia? ¿Es la moral algo exclusivamente humano? ¿Existe el libre albedrío? ¿Es simular distinto a ser? ¿Es el azúcar energético porque es dulce, o es dulce porque nos aporta mucha energía? El libro El error del pavo inglés tiene muchas virtudes, pero la mejor es, sin duda, plantearse las preguntas adecuadas. La ciencia, al fin y al cabo, trata del acierto al cuestionarse el mundo que nos rodea y A. J. Osuna, biólogo de formación, investigador en paleontología y evolución, y también divulgador científico, mira lo que le circunda –incluso sus mascotas– con el espíritu de un verdadero científico. De la mano de un pavo enamorado de un surtidor de gasolina –una puesta en escena genial y que te atrapa desde el principio–, Osuna hace un recorrido por la forma en que la evolución nos ha modelado a los humanos, organismos conscientes y autoconscientes, haciendo paradas clave: los qualia, el altruismo, el lenguaje, la moral. «Nada tiene sentido si no es a la luz de la evolución», dijo Dobzhansky, y a lo largo del libro se nos hará patente el acierto de la cita. Aporta el autor, en este apasionante recorrido, numerosas referencias: juntar en una misma página, en la que se habla del sentido de la vida, la Guía del autoestopista galáctico de D. Adams, la serie de dibujos Padre de famila, los Monty Python y Maquiavelo es algo que no está al alcance de todo el mundo, especialmente si la mezcla funciona. El libro está repleto también de conceptos rompedores (como el zombi filosófico), preguntas que la ciencia ficción se ha hecho desde hace décadas, detalles de curiosísimos experimentos y un sentido del humor que hace la lectura fluida y muy entretenida. Quizá –todo hay que decirlo– el texto ganaría con frases más cortas, y más puntos en lugar de comas: conceptos complejos piden, a menudo, frases breves. Al final, el autor acaba presentando al lector la tesis difícilmente rechazable de que somos animales, y que las diferencias, cuando existen (y es que son mucho menos habituales de lo que nos pensamos), son de grado: una conclusión, cuando menos, turbadora, y un buen puñetazo a nuestro antropocentrismo.
Y es que quizá, al fin y al cabo, y como si se tratase de una ilusión óptica de las que aparecen en el libro, hacerse estas preguntas es justamente lo que nos hace humanos. O quién sabe si tenía razón Vázquez Montalbán, y es la gastronomía lo que verdaderamente nos diferencia de los animales…
El error del pavo inglés, pues, no es un libro más sobre evolución, sino un soplo de aire fresco en un campo dema-siado a menudo dominado por textos académicos o hiperespecializados, y que utiliza –con éxito– multitud de recursos para atrapar al lector y presentarle un mundo fascinante, el de nuestra sustancia como humanos a la luz de la evolución. Después de leerlo, lo contemplaréis todo –muy especialmente a los animales– de una forma muy distinta. Será, no lo dudéis, la mejor prueba de que la lectura habrá valido la pena.