«El futuro de la humanidad» de Michio Kaku

Turismo de masas por el espacio-tiempo


El futuro de la humanidad

Michio Kaku
Traducción de Juan Manuel Ibeas Delgado.
Debate.
Barcelona, 2018. 416 páginas.

El profesor Kaku nos conduce en un viaje a través del tiempo y del espacio. El libro analiza brevemente la historia de la exploración espacial para centrarse en seguida en su futuro. Desde el principio, el autor deja claras prioridades e intenciones. Ninguna coyuntura sociopolítica o climática que ocurra en nuestro planeta puede ser impedimento para embarcarnos en el viaje que nos propone. Kaku hace de Cicerón de los escenarios que nos encontramos por el camino, aprovechando para dar alguna pincelada bastante superficial a los conceptos físicos que podrían ser relevantes en la futura exploración del cosmos por parte del ser humano.

Los amantes de la ciencia ficción disfrutarán del viaje porque el autor hace menciones constantes a los clásicos del género y, de hecho, usa las ideas de sus autores como cimiento para lo que él espera que sean viajes reales. A veces, sin embargo, no se sabe si efectivamente se está leyendo un libro de homenaje a los clásicos de la ciencia ficción o un libro de divulgación científica.

No deja de ser cierto que la ciencia ficción ha inspirado descubrimientos científicos recientes. Un caso que aborda el libro es la solución que el físico mexicano Miguel Alcubierre propuso para las ecuaciones de Einstein. Esta solución, que permitiría viajes superlumínicos plegando el tejido del espacio-tiempo, encontró inspiración en un capítulo televisivo de Star Trek. Pero tampoco podemos caer en la trampa de pensar que toda la ciencia relacionada con la exploración espacial acabó surgiendo de novelas y series. En este sentido, el libro traza un camino lineal basado en las ideas y el marco historicocultural del autor (como toda obra que pretende hacer una proyección futura), sin ninguna garantía de que las cosas vayan por donde se plantea en el texto.

Precisamente, la devoción de Kaku por el desarrollo de la carrera espacial lo hace alabar tímidamente la gestión del presidente Trump en esta línea, o dar como bueno el principio de autoridad de los grandes empresarios, solo por serlo, que pretenden dar impulso a la carrera espacial por medio de la inversión privada. De hecho, se considera positiva esta iniciativa y se destacan vías de negocio que pueden hacer rentable la inversión en viajes espaciales en nuestro entorno más inmediato, el Sistema Solar. Así, se propone el turismo o la minería como posibles fuentes de rendimiento del capital invertido. Aunque en algún punto del libro plantea la opción de usar robots para la segunda actividad, eso no queda claro en las primeras menciones a la idea, lo cual resulta bastante preocupante para el lector sensibilizado en la vertiente social del progreso. Kaku pasa por alto consecuencias y sufrimientos de cualquier avance que trata, da por bueno el modelo actual y lo proyecta en el tiempo y en el espacio. Y lo hace desde una perspectiva norteamericana que se acerca a la caricatura en algún momento. Además, sorprende que solo en la segunda mitad del libro el autor haga una reflexión relativamente menor sobre los peligros actuales de ciertas políticas o actividades económicas depredadoras para la vida en nuestro planeta.

«Los amantes de la ciencia ficción disfrutarán del viaje porque el autor hace menciones constantes a los clásicos del género»

En cuanto a la vertiente profética, todo físico es consciente de que las relaciones que se establecen entre las personas, la economía, la difusión de ideas… pueden ser estudiadas, a lo sumo, como procesos no lineales, es decir, guiados por el determinismo pero imposibles de predecir con cierta antelación a causa de su sensibilidad extrema a unas condiciones iniciales inabarcables en cuanto a cantidades de información, o muy difíciles de fijar con la precisión necesaria. El futuro está sometido a esta complejidad. Aun así, el volumen nos da la visión de un cientifista con un optimismo en el poder del avance tecnológico que se acerca a la fe.

Ciertamente, la tecnología, en general, ha mejorado y prolongado la esperanza de vida de los seres humanos… pero sobre todo de los occidentales. Y, sin duda, cuando lleguen los adelantos que profetiza el autor mejorarán la vida de muchos, salvo que estos cambios puedan marcar diferencias fundamentales entre unos y otros. Es el caso preocupante de la ingeniería genética aplicada al ser humano, o la inmortalidad. En este caso Kaku sí que se muestra cauto, pero aun así, renovadamente optimista. Creo que hemos visto abusos destructivos de la tecnología y esto nos tendría que invitar a ser muy cautos (incluso desconfiados) a la hora de expresar ciertas convicciones. En el mundo de la ciencia, sin embargo, Kaku no es el único ejemplo de optimismo impenitente.

Volviendo al contenido de la obra, el optimismo del autor le lleva a luchar contra todas las dificultades evidentes de los viajes interestelares a base de soluciones cada vez más complejas tecnológicamente: inteligencia artificial avanzada, plegamientos forzados del espacio-tiempo, aceleradores del tamaño de un sistema solar, esferas de Dyson… Si no nos autodestruimos antes, quizás haremos viajes así y se harán realidad algunos de los sueños húmedos de Kaku, pero no serán tan lineales y sencillos como podría interpretar el lector ingenuo.

En resumen, si usted es un lector de ciencia ficción, y le interesa ponerse al día en las ideas que existen acerca de la exploración del espacio, la búsqueda de exoplanetas o la física que está detrás de todo, el viaje que Kaku propone es su viaje. Ahora bien, si, por el contrario, la pervivencia de la especie humana no le parece una necesidad cósmica, o si simplemente quiere entender conceptos físicos con cierta profundidad, no se lo recomiendo más allá de una lectura de entretenimiento que se tiene que coger con perspectiva y cierto grado de cinismo.

© Mètode 2019 - 101. La memoria de los huesos - Volumen 2 (2019)

Investigador del Departamento de Astronomía y Astrofísica, Universidad de Valencia.