Soy especialmente sensible a los diálogos de besugos en que se transforman a veces las discusiones científicas que, aún hablando de lo mismo, destacan el mínimo punto de discrepancia hasta el absurdo. Es por eso que he disfrutado con este libro por partida doble. Por una parte, por la aclaración de ideas, conceptos y hechos históricos que recopila para dar al lector una visión amplia y no sesgada del hecho evolutivo. Por otra, por la calidad dialéctica, el encuentro de lugares comunes y la elegancia con que, gracias a un ameno repaso histórico, nos acompaña desde la visión más ortodoxa y reduccionista de la evolución hacia una visión más estructuralista y moderna. Siempre con un vínculo claro –la teoría de la evolución–, el libro en-globa explicaciones que van más allá de los límites de la biología. Lo hace de manera sutil y delicada, a modo de diálogo entre todas las conocidas ciencias de la complejidad. Este diálogo se manifiesta sobre todo entre dos grandes visiones de la evolución que a menudo se presentan enfrentadas: la contingencia y el estructuralismo. ¿Cómo aparece la complejidad y a qué restricciones está sometida? ¿Por qué asistimos en la evolución a largos períodos de estasis punteados por episodios súbitos de actividad? ¿Cuáles son los mecanismos ecológicos, evolutivos y coevolutivos que producen los patrones de red? Son algunas de las preguntas que encuentran respuesta en el libro, al mismo tiempo que se ponen en evidencia paradigmas clásicos, como la visión de la evolución como un proceso gradual de incremento de diversidad, la generalidad del proceso competitivo, la extinción de las especies menos aptas, el concepto de progreso y el papel dominante del gen en el proceso evolutivo. El lenguaje científico es apropiado y los términos y conceptos introducidos se explican claramente y con medida, para no aburrir al experto ni agobiar al neófito. Destacables son las analogías que facilitan la comprensión de los conceptos introducidos: el principio arquitectónico que reutiliza estructuras previas, la inoperancia del MS-DOS con las versiones sucesivas de Windows y las revoluciones en las sociedades humanas nos acercan a comprender la construcción y las restricciones de la complejidad o el cambio abrupto durante el proceso evolutivo. En cambio, muchos de los ejemplos expuestos son comunes en cualquier manual de evolución. Encontramos aquí de nuevo la solución poco elegante de la formación del ojo, la radiación adaptativa en la extremidad de los tetrápodos o la estirpe de los caballos para revisar la idea de perfección, funcionalismo, progreso y direccionalidad. El final de cada capítulo es un esclarecedor resumen que enlaza con las páginas siguientes para dar al libro una continuidad lógica y coherente a pesar de la diversidad de temas tratados. Es además un recordatorio: la ciencia son preguntas que plantean más preguntas, y estas deben resolverse desde diferentes enfoques. Ofreciendo una visión más rica y plural del fenómeno evolutivo es como se hace frente al analfabetismo científico de la sociedad actual, que es finalmente, responsabilidad nuestra. Estoy de acuerdo con los autores: este no es un libro más sobre evolución. Raquel Ortells. Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva (UV).
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Evolución y complejidad |
© Mètode 2012 - 75. El gen festivo - Otoño 2012