No es habitual que un profesor universitario sea presentador de la televisión (Cifras e letras, de Televisión de Galicia), coordinador de un programa de divulgación científica que tiene el honor de contar con destacados premios Nobel como invitados (ConCiencia), colaborador de prensa y, además, desarrolle con excelencia su tarea de investigación y docencia. Este es el caso de Jorge Mira, catedrático de Electromagnetismo en la Universidad de Santiago de Compostela, y que acaba de publicar el libro La ciencia en el punto de mira.
Esta obra es la versión en castellano de A ciencia no punto de mira, que ya va por la segunda edición, lo cual dice, por lo menos, dos cosas. Por una parte, que hay demanda del libro por parte del público al que va dirigido. Por otra parte, queda claro que es posible hacer divulgación científica en cualquier lengua (gallego, en este caso), porque la competencia lingüística de la población ha alcanzado un nivel más que suficiente para adentrarse en temáticas diversas.
De hecho, uno de los 63 capítulos de que consta el libro trata el tema del bilingüismo, el cual, según parece, contribuye a retrasar los síntomas de demencia senil. En el resto del páginas se tratan cuestiones tan diversas como la ley d’Hondt (perfecta para los grandes partidos, pero tremendamente lesiva con los partidos más pequeños, como los nacionalistas, por ejemplo), los patrones de conducta sexual de personas, primates y moscas, la probabilidad que tienen los jueces de línea de acertar o equivocarse en las valoraciones del fuera de juego, o la media de vida de los escultores comparada con la de los pintores.
Estos y otros temas curiosos se han investigado en instituciones prestigiosas y los resultados se han publicado en revistas tan reconocidas como Nature, Science o Proceedings of the National Academy of Sciences. Jorge Mira emplea un lenguaje sencillo (pero riguroso) y desenfadado para que los lectores se interesen y puedan entender lo más esencial de estos asuntos. Al final de cada capítulo se proporciona la correspondiente bibliografía, lo que agradecerán aquellas personas que tengan más curiosidad por algún tema específico.
Hay que destacar que el libro ha sido prologado por Ángel Carracedo Álvarez, que fue premio Rey Jaime I de Investigación Médica el año 2009.
La importancia y el nivel que está alcanzando la divulgación científica en los últimos años tiene dos excelentes ejemplos en la revista Mètode, donde se publica ahora esta reseña, y en el libro La ciencia en el punto de mira. Por ello, quizá es hora de que al acrónimo I+D+i se le añada una d al final, para que la divulgación de la ciencia sea reconocida, valorada y promovida como se merece.