«The Martian», d’Andy Weir

Un naufragio (detallista) a veinte minutos luz

The Martian
Andy Weir
Broadway Books. Broadway, 2015. 435 páginas.

La ciencia está de moda: por todas partes afloran blogs de divulgación, canales en línea de ciencia recreativa, espectáculos con monólogos de carácter científico, charlas divulgativas en el bar… La astronomía, por ejemplo, vuelve a atraer el gran público y es probable que en este repunte tengan mucho que ver las recientes conquistas espaciales: hacía mucho tiempo que no se conseguía algo tan impresionante como aparcar una sonda en un pequeño cometa o hacerle un book fotográfico a Plutón mientras lo adelantamos. Seguramente ayudan también los últimos éxitos de Hollywood basados en «predicciones educadas» que se ajustan al conocimiento científico actual sin perder espectacularidad. En esta línea, en 2011 aparecía The Martian, de Andy Weir (obra reeditada posteriormente), una novela de ciencia ficción en sentido estricto pero con la intención de fomentar en el lector el amor por el pensamiento científico. ¿No estamos de alguna manera divulgando cuando, a pesar de no hablar de ciencia, hacemos crecer el interés por ella?

The Martian es un libro particular, a mi parecer, por dos motivos. Primeramente porque –a pesar de narrar una odisea humana que, de hecho, ha sido llevada a la gran pantalla– no es un libro especialmente tenso. No es un thriller, no se hace especial hincapié en el personaje principal –poco sabemos de su trasfondo o su psicología–, ni tan siquiera el planeta se presenta como una amenaza caprichosa sino como el espacio salvaje, remoto y en cierta medida predictible que es. The Martian es más bien una historia casi sosegada en su forma –está en gran parte escrita en formato logbook, así que no es sencillo proponer giros de guión inesperados– y que sirve de base a un compendio de ideas y cálculos verbalizados de cómo sobrevivir a un hipotético naufragio marciano. Una especie de manual de boy scout de una precisión técnica deliciosa que habla ahora de química, ahora de botánica, ahora de astronomía o de ingeniería y que, todo sumado, transmite la idea de que uno de los pilares del progreso humano es el pensamiento racional y la ciencia que deriva de él.

El otro motivo por el que The Martian es un libro particular es porque ha sido escrito apoyándose mucho en las nuevas tecnologías: es hasta un cierto punto colaborativo. El proceso de escritura consistía en subir cada uno o dos meses un capítulo al blog público del autor. Allá la ciencia del libro era sometida a análisis y debate por parte de los lectores e, incluso, de los padres de Weir (ella ingeniera electrónica, él físico de aceleradores). Este proceso de debate reproduce de alguna manera el funcionamiento de la ciencia: podríamos decir que es una versión débil del concepto peer review adaptado a la literatura, que da robustez, rigor científico y, por tanto, crédito a la historia.

Resumiendo, The Martian es una novela de ciencia ficción estrictamente dura pero que resulta extremadamente amable con el gran público y puede servir muy bien como puerta de entrada a la ciencia ficción, a la astronomía y también, por qué no, a la ciencia en general.

© Mètode 2016 - 89. Los secretos del cerebro - Primavera 2016