Jorge Carla: Arte y ciencia

Jorge Carla. Ilusión y cuatro peldaños, 2018. Técnica mixta sobre papel, 50 × 66 cm.

Las obras de Jorge Carla (Madrid, 1974) que aparecen en el presente número han sido realizadas expresamente como ilustraciones, buscando una posible relación con los artículos publicados sobre biotecnología, un tema del que no suelen saber mucho los artistas.

Inicialmente el artista se propuso mostrar una selección de sus últimos trabajos, una opción comprensible ya que los artistas siempre quieren enseñar sus obras más recientes. Carla lleva un tiempo trabajando de forma consistente y decidida en una línea coherente con sus principios y antecedentes –siempre cuestionando los límites mismos del arte– a la vez que estimulante y sugerente en cuanto a las variadas posibilidades que se despliegan a partir de ahí entre la pintura y la escultura. Sin embargo, estos trabajos –ensamblajes de maderas, cartones y telas, con manchas de pintura, que en principio remiten al constructivismo de Joaquín Torres García, aunque tienen mayor relación con los presupuestos del movimiento francés de los setenta Supports/Surfaces– no resultan adecuados como ilustraciones. Desde luego, en su carácter abstracto no tienen nada que ver con la tecnología y tampoco aluden a la biología.

El lenguaje figurativo, descriptivo, sería más indicado. Sin embargo, aparece solo de forma puntual en la trayectoria de Carla; una figuración esquemática y expresiva que toma como referentes tanto el art brut de Jean Dubuffet, como la rebeldía y el inconformismo de Jean Michel Basquiat o Willem de Kooning. Los años le han llevado hacia la abstracción.

La serie acaso más apropiada era «Ortopedia y furia», un proyecto corto, en colaboración con Luis Moscardó, donde experimentaron con las disonancias y estridencias de sus aportaciones sucesivas, para generar unas escayolas que recuerdan a los freaks de Tod Browning en clave neoexpresionista a lo Georg Baselitz. Pero habría resultado algo tópico y limitado.

«Cualquier parecido con la realidad es meramente circunstancial: a Jorge Carla no le interesa la representación fidedigna de la realidad»

Pensó entonces en unas pinturas abstractas, de retículas o secuencias de burdos cuadrados concéntricos de distintos colores, una serie que retoma cada cierto tiempo. Estas composiciones pueden interpretarse vagamente como representaciones de estructuras celulares o de algo orgánico. Los contrastes de color en los contornos irregulares emulan en cierto sentido la función del color en los diagramas de los libros de biología de nuestra adolescencia; al fin y al cabo, ¿quién no se imagina la estructura genética de los cromosomas como secuencias de colores puros?

Finalmente optó por una obra nueva, diferente de todo lo anterior. Obras abstractas, llenas de color y ricas en matices, salpicadas con elementos diagramáticos que en algún caso asumen la forma de la doble hélice. Cualquier parecido con la realidad es meramente circunstancial: no le interesa la representación fidedigna de la realidad.

Inquieto e iconoclasta, Jorge Carla está empeñado en la investigación del lenguaje plástico como disciplina autónoma, y su incidencia sobre la emoción y la manera de aprehender la realidad, sobre la vida misma, siempre desde una lógica de parámetros antieuclidianos. Se trata de desentrañar la fascinación que produce el efecto de trascendencia de la vivencia estética en el seno de la experiencia personal, los aspectos objetivos de la subjetividad; una fascinación, en definitiva, pareja a la producida por el carácter alquímico de los procesos en la biotecnología.

© Mètode 2018 - 97. #Biotec - Primavera 2018
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Comissari i crític d’art (València).