Gaspar Jaén Urban

Gaspar Jaén Urban. Seis plantas de jardín, 2011. Acuarela y tinta xina, 51 x 37,5 cm.

Echar raíces en una tierra dura, regada con aguas salobres, marca un modo de entender la vida. Gaspar Jaén es hijo de ese medio. Cuando coge la azada y forma caballones para regar a manta el huerto, cuando toma el pincel para dar el toque sutil largamente meditado, cuando vuelve de nuevo sobre un texto hasta encontrar la palabra precisa, cuando afila el lápiz para trazar la geometría perfecta de un plano, cuando, viajero ávido, visita ciudades y países, cuando hace todo esto, su actividad aflora de un mismo rizoma. En cada ocasión el medio en el que se plasma su idea no puede eludir el sustrato común que la enraíza. Detrás de sus cultivos, poemas, pinturas o planos, se palpa la tensión contenida, casi imperceptible, el orden preciso, el frágil equilibrio que discurre por el filo entre la pasión y la rabia que le une a su tierra. Hay un sustrato común, oculto y profundo, que alimenta toda su obra.

El dominio de los distintos oficios con los que aborda su trabajo, fruto de la reflexión autocrítica y la práctica incansable, es lo que garantiza el control riguroso de los resultados en los diversos ámbitos donde se manifiesta. Solo el conocimiento profundo de los medios y las técnicas específicas de cada disciplina, adquirido a través de la acción consciente y meditada, puede controlar con eficacia el acorde entre el ojo que verifica si lo que la mano traza responde a lo que la mente inventa. Es, precisamente, el continuo ejercicio en cosas tan diversas lo que da unidad a manifestaciones situadas en campos alejados entre sí según las convenciones artísticas vigentes: la horticultura, la poesía, la arquitectura, la pintura. No se trata de una dispersión diletante sino de la capacidad que tiene Gaspar de enfrentarse con ámbitos distintos que reclaman el dominio del experto. Es el constante aprendizaje siempre afinándose lo que da consistencia y calidad a todo su trabajo.

Las plantas que cualifican el territorio y crecen en el huerto, que el botánico encierra entre dos vidrios aplastándolas, formando siluetas con el fin de estudiarlas, son las mismas que atraen la mirada del pintor y le despiertan las vivencias al poeta. Con ellas, Gaspar va formando distintos herbolarios de textos e imágenes, que se trenzan y explican mutuamente, creando una unidad heterogénea y coherente de palabras, colores y trazos. Cada uno se despliega en mundos que dibujan sus propias fronteras. Sería erróneo pensar que los libros de poemas explican los dibujos, o que los textos y estudios sobre la ciudad se reflejan en los cuadros y apuntes. No hay referencias cruzadas ni relaciones obvias. Y, sin embargo, más allá de esa autonomía que nos permite entender cada obra inserta en el conjunto expresivo del que forma parte, hay un aire común, un sentido, que alude a un idéntico impulso creativo.

La misma raíz, el control del oficio y el sentido compartido de las obras so los que dan consistencia a los poemas, los textos y la obra gráfica de Gaspar Jaén.

ARTÍCULOS DE SEIS PLANTAS DE JARDÍN DE GASPAR JAÉN
• Alhábegas
• Adelfas
• Geranios
• Jazmín
• Laureles
• Rosales

Juan Calduch. Profesor del Departamento de Expresión Gráfica y Cartografía,
 Universidad de Alicante
© Mètode 72, Invierno 2011/12.

«Es el continuo ejercicio en cosas tan diversas lo que da unidad a manifestaciones situadas en campos alejados entre sí según las convenciones artísticas vigentes: la horticultura, la poesía, la arquitectura, la pintura»

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