En uno de sus cuadernos preparatorios para Bouvard et Pécuchet (1881), Gustave Flaubert dejó anotado lo siguiente: «La línea recta inmoviliza. El aspecto pintoresco consiste precisamente en la elección de las formas más agradables, en la elegancia de los contornos, en la degradación de la perspectiva. Que todo forme un conjunto y todo esté bien unido.
Hace falta unir el jardín con la tierra». Se trata de una reflexión que de seguro tiene su acomodo en las páginas de la novela, quizás transformada hasta conseguir la forma adecuada, labrada, de las frases, apuntalando así las desventuras enciclopédicas de sus dos personajes satíricos por conocerlo todo del mundo. Pero aquí nos interesa porque supone un buen mirador para acercarnos a las pinturas de Nuria Rodríguez con las que se ilustran estas páginas de Mètode dedicadas a la biodiversidad.
Nuria Rodríguez es artista y profesora en el Departamento de Pintura de la Universidad Politécnica de Valencia, doctora en Bellas Artes y titulada en Diseño Industrial por la Escuela Superior de Diseño de Valencia. Para ella, la pintura es un proceso de ensamblaje entre imágenes preexistentes de cualquier naturaleza, que se reconstruyen en escenarios y situaciones ficticias en las que cada elemento, cada fragmento «importado», actúa como ingrediente escénico contribuyendo con su interacción a insólitas fusiones y significados posibles en su teatro del mundo. Y esa es la clave flaubertiana: todo compone «un conjunto» y todo está «bien unido» en estos cuadros en los que se acierta en «la elección de las formas y la elegancia de los contornos sobre una degradación de la perspectiva» que resulta altamentesugerente. Se trata de la mejor descripción para unas obras en las que el juego de imágenes (semillas, plantas, animales, atletas, exploradores, instrumental científico, mapas…) y registros (ilustración, grabados enciclopédicos, pintura clásica, imagen fotográfica, gestualidad) se solapan sin seguir ninguna línea recta –más bien todo lo contrario, muy dinámicamente– sobre fondos desdibujados y «degradados» –pura materia, pintura, la abstracción capaz de toda perspectiva– en los que se ordenan constelaciones de sentido y crece una diversidad que recordaría a la construcción de los jeroglíficos o al desconocido significado del Códice Voynich (s. XV), el libro más misterioso del mundo.
«Las obras de Nuria Rodríguez reúnen una variedad de especies e imágenes de todo tipo que tienen como medio la pintura y, como ambiente, el cuadro»
Dice el Diccionario de la RAE que biodiversidad es la «variedad de especies animales y vegetales en su medio ambiente». Y esta colección de obras reúne una variedad de especies importante, al azar;especies e imágenes de todo tipo que tienen como medio la pintura y, como ambiente, el cuadro, el papel en el que crece y evoluciona el ecosistema plástico de Nuria Rodríguez.
Entre sus exposiciones individuales destacan «El desorden de las cosas. [Pensar, mirar, pintar]» (galería Cuatro, Valencia, 2014), «Historia Natural [tomo XXIII]» (galería Estampa, Madrid, 2015) e «Historia Natural, la colección infinita» (Sala de la Muralla, Colegio Mayor Rector Peset, Valencia, 2016), así como la más reciente «Cronologías del azar» (galería Shiras, Valencia, 2017). En la actualidad prepara nuevas series y una nueva presentación de su trabajo en el Centre Cultural La Nau de la Universitat de València, en la que el patrimonio científico de la Universitat de València será protagonista.