«Abans que es pins facin magranes i ses figueres melons»

Primeros datos de dos investigaciones etnobotánicas en Formentera y en Mallorca

El principal objeto de estudio de los trabajos que se presentan es la recopilación de los conocimientos tradicionales sobre plantas en Formentera y en Mallorca, con especial atención a los usos medicinales y alimentarios, antes de que sea demasiado tarde. La percepción holística de la etnobotánica da amplitud al estudio y permite fortalecer el saber popular sobre plantas, convertirlo en una referencia y sentirlo como un buen contrapunto a una sociedad que a veces se ha dicho que navega sin timón.

El interés etnobotánico por las Baleares

Algunos autores afirman que la fascinación científica por las islas empezó con los intereses evolutivos de Darwin en las Galápagos, y desde entonces las islas han sido investigadas en profundidad por otras razones, siendo siempre un objetivo bien atractivo, también para los botánicos y los antropólogos mediterráneos.

«La fascinación científica por las islas empezó con los intereses evolutivos de Darwin en las Galápagos, y desde entonces las islas han sido investigadas en profundidad»

Aunque se puede afirmar que el estudio de las plantas es una práctica tan antigua como la propia humanidad, en el caso de las Islas Baleares las referencias de los clásicos a su flora son escasas, y la información recogida sobre las plantas en estas épocas es muy dispersa y a menudo procedente de obras aplicadas de medicina, farmacia y literatura humanística. Más adelante y a lo largo del tiempo, han sido muchos los estudiosos ilustres y otros anónimos que desde el siglo xvii hasta hoy han descrito la botánica balear con más o menos profundidad (Payeras, 2006).

© Marina Mayans

Entre los autores más conocidos y con obras botánicas de reconocimiento académico y popular destacan Francesc Barceló (1820-1889) y Francesc Bonafè (1908-1994), cuyos trabajos ya incluyen apuntes etnobotánicos. Desde la vertiente naturalista, pues, la etnobotánica balear documentada nace y crece junto a catálogos florísticos y herbarios, en forma de notas a pie de página, y también en forma de relaciones de especies incluidas en documentos de disciplinas aplicadas como es el caso de la terapéutica. En su faceta antropológica o etnográfica, la etnobotánica bebe de los libros de viaje de unos visitantes también ilustres (como por ejemplo el archiduque Luis Salvador de Austria, 1847-1915), que abrieron el camino a la gente de fuera y progresivamente internacionalizaron las Baleares. Para la academia, las islas y el Mediterráneo en general adquirieron importancia por su lejanía, ruralidad intacta, y gente aún poco corrompida, que era lo que los estudiosos de entonces buscaban, y el momento y el estilo de vida donde nosotros también ambientamos nuestros trabajos. Asimismo, hay que destacar la labor de autores locales, como es el caso de Guerau y Torres (1981) en Ibiza y Formentera, y su importante tarea de recuperación de la memoria oral, también en el uso de plantas.

© Marina Mayans

«Encontramos plantas silvestres comestibles como la verdolaga y otras cultivadas desde hace muchos años en las Baleares, como las higueras. También encontramos usos domésticos, como la elaboración de almohadas en el caso del alga»

Con todo, y en la línea del grupo de investigación EtnobioFiC, nuestros trabajos dedicados a dos de las Islas Baleares tienen el objetivo de establecer el catálogo etnoflorístico de la áreas de estudio, o sea, recopilar los inventarios de las plantas que son conocidas, apreciadas y usadas por la gente que vive en las islas, especificando sus nombres y usos diversos. Centramos la atención en aquellas plantas con mayor originalidad en su potencial etnofarmacológico y etnoalimentario. El método de trabajo es mayoritariamente descriptivo, siendo la entrevista semiestructurada a los informantes el punto de partida para la confección de un catálogo etnoflorístico, o sea, de la flora útil del territorio. Al mismo tiempo, este catálogo es el referente para el análisis tanto cualitativo como cuantitativo de los datos etnobotánicos (para más detalles, véase Vallès, 2007).

Podemos destacar seis tipos de ambientes en la isla de Formentera: matorral con pinar, tomillar, sabinar, vegetación dunar, halófila y matorral de romero. / © Marina Mayans

Los conocimientos etnobotánicos baleares, un contrapunto al turismo

Para contextualizar el saber etnobotánico en los territorios estudiados, es importante introducir el medio físico y humano que los caracteriza. Las islas de Mallorca y Formentera forman parte del archipiélago Balear, conjuntamente con Menorca, Ibiza, Cabrera y otras islas deshabitadas. Mallorca tiene una extensión de 3.600 km2 y en ella se distinguen tres áreas muy diferentes: la llanura central y las marinas del sur, la sierra de Tramontana al oeste, con el monte Puig Major de 1.435 metros, y las sierras del Levante de una altitud menor. La temperatura y la pluviosidad media anual son, respectivamente, de 16 ºC y 550 mm. Estas características permiten encontrar siete clases de vegetación, que incluyen los campos de cultivo, el encinar, las tierras pobres y pedregosas de la montaña, así como las costas rocosas que soportan un calor sofocante en verano y las embestidas del mar en invierno. Formentera es la más pequeña de las cuatro islas habitadas y aquella donde llueve menos y hace más calor. El terreno es llano, pero destacan dos promontorios: uno de 195 metros y el otro de 108. En el paisaje vegetal destacan seis tipos de ambientes: matorral con pinar, tomillar, sabinar, vegetación dunar y halófila y matorral de romero.

En Mallorca tenemos tres áreas de paisajes bien diferenciados: la llanura central y las marinas del sur, la sierra de Tramontana, al oeste, y las sierras del Levante, de menor altitud. En las imágenes, diversos paisajes de la isla. / © Esperança Carrió

«Podemos señalar el caso de alga, denominación aplicada a una planta vascular por su hábitat marino, que ha originado topónimos en varios lugares de nuestro dominio lingüístico, como es el caso bastante conocido de la ciudad de L’Alguer»

Para la elaboración de estos trabajos se han seleccionado en cada isla informantes de edad avanzada, que han tenido una relación más o menos directa con el trabajo en el campo y que, por tanto, tienen un gran conocimiento del medio que los rodea. Las entrevistas han permitido recoger un total de 129 táxones en Formentera y 228 en Mallorca, con usos muy diversos, desde los medicinales y alimentarios, hasta los domésticos y también de carácter mágico-religioso. Los nombres de las plantas también presentan diferencias y similitudes entre islas, e incluso podemos encontrar diferencias dentro de una misma isla. En lo referente a la fitonimia, podemos señalar el caso de alga, denominación aplicada a una planta vascular (filogenéticamente bastante alejada de las algas, por tanto) por su hábitat marino –que, ciertamente, comparte con las algas–, que ha originado topónimos en varios lugares de nuestro dominio lingüístico, como es el caso bastante conocido de la ciudad de L’Alguer. En una de las islas a las que hace referencia este artículo, Formentera, se encuentra el torrente de S’Alga y S’Algar está en otra de las Baleares, Menorca.

Las figueres de moro (Opuntia maxima) se cultivaban desde hace muchos años en las islas. Sus frutos son comestibles, y por tanto han formado parte de la dieta de los isleños. / © Joan Vallès Xirau

El alga, de hecho, es un buen ejemplo de uso de una planta marítima muy ligada a la vida cotidiana de los isleños de hace más de cincuenta años.

La nomenclatura médica es la más subjetiva a la hora de ser expresada por los informantes, y en este sentido al elaborar un estudio etnobotánico es necesario sistematizar la terminología de las utilizaciones. Entre las especies medicinales escogidas, destacan los usos antiinflamatorio y diurético. En general, aunque en la restringida muestra expuesta en la tabla de la página siguiente no es del todo apreciable, podemos decir que los usos curativos de las plantas en las islas, así como hemos visto que ocurre en otros trabajos hechos en nuestra área cultural, son sobre todo destinados a enfermedades cotidianas y leves. Por lo que respecta a los usos alimentarios, distinguimos entre alimentación humana y animal. Encontramos, por ejemplo, plantas silvestres comestibles como la verdolaga y otras cultivadas desde hace muchos años en las Baleares, como las higueras. También encontramos usos domésticos de las plantas, como la elaboración de almohadas en el caso del alga, por ejemplo.

NOMBRE CIENTÍFICO NOMBRE POPULAR USO
Herniaria glabra Trencapedra (F, M)
Herba trencapedra (F)
Herba roca (F)
Herba de mal de pedra (M)
Diurético (F, M)
Litotríptico renal (M)
Antiséptico urinario (M)
Antiinflamatorio renal (M)
Analgésico (M)
Malva sylvestris  Malva (F, M)
Vauma (M)
Bauma (M)
Antiinflamatorio (F, M)
Laxante (F)
Descongestivo broncopulmonar (F)
Cicatrizante (F)
Antiequimótico (M)
Vulnerario (M)
Antitusígeno (M)
Opuntia maxima  Figuera de pic (F)
Figuera de moro (M)
Descongestivo broncopulmonar (F)
Antihemorroidal (F)
Antidiarreico (F)
Antitusígeno (F, M)
Analgésico (M)
Antiequimótico (M)
Antiinflamatorio (M)
Antipirótico (M)
Diurético (M)
Litotríptico renal (M)
Portulaca oleracea  Verdolaga (F, M) En ensaladas (F, M)
Alimentación animal (M)
Ficus carica  Figuera (F, M) Cuajo (M)
Alimentación humana y animal (F, M)
Posidonia oceanica  Alga (F, M) Elaboración de almohadas (F)
Abonos (F, M)
Conservación de alimentos (M)

En esta tabla se muestran algunos ejemplos de usos de las especies más citadas en Formentera (F) y Mallorca (M), con algunos de sus nombres populares en catalán. El 24% de toda la flora de estas islas son plantas útiles, lo que nos demuestra la importancia de los conocimientos sobre plantas.

Una de las participantes en el estudio en Mallorca seca un ramillete de trencapedra (Herniaria cinerea), una hierba empleada como diurético, antiinflamatorio renal y analgésico, entre otros usos. / © Esperança Carrió

El índice de etnobotanicidad (el porcentaje de plantas útiles respecto al total de la flora del territorio) de las dos áreas en conjunto tiene un valor aproximado del 24%. Este indicador nos permite poner de manifiesto la amplitud de los conocimientos sobre plantas que tienen nuestros abuelos, que han vivido en conexión con el medio que les rodea. Estas personas ejemplifican la unión de los dos mundos que hemos referido en el apartado anterior: el saber identificar y conocer las especies vegetales y el aprovechamiento de ellas que hacen (o hacían) las personas.

Esta información se perderá muy pronto debido al cambio de rumbo que han tomado nuestras islas, si no ponemos remedio antes de que «es pins facin magranes i ses figueres melons». Parece que las Baleares, así como muchos otros territorios por todos conocidos, se han entregado al turismo y han dado la espalda a todo lo que les había ayudado a sobrevivir hasta los años sesenta del siglo pasado. Hay que tener presente que recopilar todos estos conocimientos puede ser un valor añadido y, si lo sabemos aprovechar, un atractivo más para nuestros visitantes. De hecho, creemos que esta idea de retorno y valoración de las «cosas de antes» ya es una realidad, ahora hay que hacerla aún más cotidiana y general. Además, si nosotros no hacemos de embajadores –los portadores de la cultura, también la de las plantas–, ¿quién lo hará?

BIBLIOGRAFÍA Barceló Combis, F., 1879-1881. Flora de las Islas Baleares. Pedro J. Gelabert. Palma de Mallorca. Bonafè Barceló, F., 1978. Flora de Mallorca. Moll. Palma de Mallorca. Guerau d'Arellano, C. y N. Torres, 1981. Nova aportació al coneixement de les plantes d'Eivissa i Formentera. Institut d'Estudis Eivissencs. Ibiza. Payeras, A., 2006. «Història de la Botànica a les Illes Balears: plantes vasculars». Bolletí de la Societat d'Història Natural de Balears, 49: 155-172. Vallès, J., 2007. «La recerca en etnobotànica a Catalunya: objectius, mètodes, zones estudiades, alguns resultats i comentaris generals.» RIDEC (Recerca i Difusió de l'Etnologia Catalana), 2 – ix – 2011: 1-10.

© Mètode 2012 - 72. Botánica estimada - Invierno 2011/12

Investigadoras del Laboratorio de Botánica. Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona.

Investigadoras del Laboratorio de Botánica. Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona.

Catedrático de Botánica. Laboratorio de Botánica. Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona.