La cara del dolor

El dolor es el síntoma más frecuente en la enfermedad humana y ha acompañado a los seres vivos desde el inicio de su existencia. Se ha afirmado que el dolor conforma nuestra propia identidad como humanos, ya que no solo es una percepción desagradable, compleja desde el punto de visto neurológico, sino que se acompaña de componentes afectivos que nos hacen preguntarnos por nuestra razón de ser.

La lucha contra el dolor se remonta al origen de los tiempos. No es casualidad que los dos medicamentos de referencia para tratarlo, la aspirina y la morfina, tengan origen en remedios vegetales, el sauce blanco y la adormidera, sobre cuyo uso se pueden encontrar referencias en textos e imágenes muy antiguos y que se cultivan o crecen espontáneamente en casi cualquier lugar del mundo.

Con los avances en la investigación neurofisiológica y la proliferación de tratamientos analgésicos eficaces, el significado del dolor ha cambiado, al menos en el mundo que llamamos desarrollado, y ha pasado de ser un elemento inevitable de la mayor parte de las enfermedades, a convertirse en algo evitable por inútil y hasta degradante para el ser humano. Actualmente el tratamiento y, en la medida de lo posible, la evitación del dolor se han convertido en un derecho de todo paciente y el no tratarlo de forma efectiva, en un comportamiento poco ético.

Este monográfico intenta revisar los aspectos fundamentales del dolor desde un punto de vista conceptual y ético, y se aproxima al tratamiento planteando los medios disponibles, sus fundamentos científicos y la valoración tanto individual como colectiva del dolor y de los efectos de los analgésicos.

© Mètode 2011 - 71. La cara del dolor - Número 71. Otoño 2011

Catedrático de Farmacología del Departamento de Farmacología. Facultad de Medicina y Odontología. Universitat de València.