La estrella que cambió el mundo

estrella

A principios de noviembre de 1572, una nueva estrella apareció en el cielo. Entonces, la concepción aristotélica del mundo propugnaba un cielo inmutable y, por tanto, la presencia de una estrella desafiante en la constelación de Casiopea hizo que la sociedad desconfiara del orden divino del firmamento.

En la corte de Madrid estaban tan asustados que Felipe II encargó al más sabio de sus súbditos que le explicase qué era aquella estrella inesperada. Jerónimo Muñoz, catedrático de Astronomía y de Hebreo de la jovencísima Universitat de València, se puso a trabajar y redactó el Libro del nuevo cometa, donde detalló largamente sus estudios del fenómeno. Pese al nombre del tratado, afirma que «tenía más aspecto de estrella fija que de cometa». Muñoz fue también matemático, geógrafo e ingeniero. Este año, la Universitat de València celebra el quinto centenario de su nacimiento.

Así que, a pesar de las ideas de Aristóteles, el cielo era mutable y la nueva ciencia basada en la observación se abría camino y empezaba a superar la ciencia antigua. En toda Europa numerosos astrónomos observaron y estudiaron la estrella. El que más tiempo le dedicó fue el danés Tycho Brahe, el último de los grandes observadores pretelescópicos.

La maravilla celeste causó gran curiosidad en la sociedad ilustrada europea. Brillaba más que Venus y llegó a verse incluso de día. No debe extrañarnos que este extraordinario hecho influyera en numerosas manifestaciones culturales. Por ejemplo, la estrella tradicional situada en el escudo de Gandía sobre las murallas fue elevada y se le añadió una cola como stella caudata, para relacionar la muerte de san Francisco de Borja con la nueva estrella que empezó a brillar solo 36 días después, tal y como demuestra el astrónomo Josep Emili Arias en un detallado estudio.

También hallamos señales de la estrella en el Hamlet de Shakespeare: se la cita en el primer acto, primera escena, cuando los guardias del castillo hablan entre sí sobre el fantasma que han visto en las últimas noches:

BERNARDO

Anoche mismo, cuando esa estrella

que hay al oeste de la Polar se movía

iluminando la parte del cielo

en que ahora brilla, Marcelo y yo,

con el reloj dando la una…

Es lo que concluye el astrónomo forense de la Universidad Estatal de Texas, Donald W. Olson. La estrella al oeste de la Polar debe pertenecer a la constelación de Cassiopea, dado que la escena ocurre en otoño y a la una de la madrugada. Sin embargo, como no hay estrellas especialmente brillantes, la nueva estrella que apareció en noviembre en Casiopea concuerda perfectamente con la descripción del guardián Bernardo.

Explicaciones del fenómeno hubo muchas, a menudo para mantener el paradigma geocéntrico y de esferas cristalinas. El astrónomo John Dee propugnaba que la nueva estrella había bajado desde la esfera de las estrellas fijas hasta la esfera de Venus y después había regresado a su sitio original. Así se explicaría la repentina aparición estelar, el aumento de brillo y el descenso final. Y Shakespeare, al final del primer acto, escena V, se hace eco de ello.

FANTASMA:

Si no me hubieran

prohibido revelar los secretos de mi cárcel,

oirías una historia cuya más leve palabra

desgarraría tu alma, te helaría la sangre,

como estrellas te haría saltar los ojos

de sus órbitas, y erizaría tu liso cabello,

poniendo de punta cada pelo,

como púas de aterrado puercoespín.

La nueva estrella iluminó durante dieciséis meses el cielo de Europa en un momento clave de cambio de paradigma. Copérnico acababa de publicar De revolutionibus orbium coelestium, en el que proponía un nuevo orden celeste centrado en el Sol, mientras las ideas nuevas basadas en la razón se estaban imponiendo y desterraban los viejos argumentos de autoridad. Ahora sabemos que aquella luz intensa que brilló sobre Valencia en el otoño de 1572 fue el resultado de la explosión de una estrella enana blanca en un sistema binario de estrellas a unos 8.000 años luz de distancia, una supernova tipo Ia. Y de ese estallido, solo queda una gran nube de gas en expansión. 

© Mètode 2024 - 120. Ciencia a diestro y siniestro - Volumen 1 (2024)
Departamento de Astronomía y Astrofísica de la Universitat de València.