Un pingüino y la inmensidad

El pingüino barbijo, considerado un bioindicador de cambio de los ecosistemas antárticos, ha entrado en un dramático declive por los cambios en las temperaturas que afectan a la abundancia de sus presas.

Pingüino barbijo a la Antàrtida

En la Antártida, la fotografía «por comparación» suele ser la única en dar pistas fiables sobre la dimensión de lo que observamos. Los icebergs, diluidos en la distancia, pueden ser del tamaño de un gran autobús o grandes islas en donde podrían construirse varios edificios. Sin muchos otros referentes alrededor, la fauna se convierte en un excelente aliado para discernir cómo es el paisaje que tenemos frente a nuestros ojos. Un principio que puede aplicarse en otro tipo de fotografía de paisaje, como la que se hace en cuevas o a grandes profundidades.

En la presente imagen, la especie incluida es el pingüino barbijo (Pygoscelis antarcticus). Este ejemplar solitario descansaba en un gran iceberg, relativamente alejado de cualquier colonia a la vista. Esta especie, considerada como un bioindicador de cambio de los ecosistemas antárticos –debido a su dependencia del krill (Euphausia spp.) y de especies de peces como Pleuragramma antarcticum– ha entrado en un dramático declive en las últimas décadas. En solo cincuenta años, entre el 40-60 % de las colonias han visto un detrimento de sus efectivos, en su mayoría han sufrido declives superiores al 50 %. Los cambios en las temperaturas que afectarían directamente a la abundancia de sus presas y la competencia con otras especies de pingüinos más «todoterreno» son algunos de los principales factores que explicarían dicha situación. No es de extrañar, por tanto, que algunas predicciones ya alerten de que esta especie podría entrar en peligro de extinción en solo unas pocas décadas.

© Mètode 2023 - 119. #Storytelling - Volumen 4 (2023)

Doctor en Biología y socioecólogo (Girona). Miembro emérito del Institut d’Estudis Catalans. Fotógrafo de naturaleza y conservación. Entre otros galardones, su trabajo fotográfico ha ganado en tres ocasiones el Premio Capturing Ecology, organizado por la British Ecological Society.