Jorge Riechmann es profesor de filosofía moral y política en la Universidad Autónoma de Madrid, poeta, ensayista y un conocido activista en movimientos de ecología social. Con este libro nos hace llegar un ensayo que corre el riesgo de ser adjetivado de múltiples formas en función de la óptica de quien afronta su lectura.
En nuestro huerto nos libramos de la necesidad de vivir de las cosechas y podemos pensar solo en la satisfacción personal. Aun así, no nos libramos de un gran condicionante: el clima local y la variabilidad del tiempo que tanto determina nuestro éxito.
Desplazar el cambio climático de la agenda mediática podría comportar el riesgo de que se endurezca el consenso de una narrativa a favor del crecimiento económico que deje la cuestión medioambiental en un segundo plano.
En el caso de la pandemia de COVID-19, vuelven a estar presentes muchos factores que han marcado el recorrido de las enfermedades emergentes en los últimos cincuenta años. Un tiempo en el que el control y la prevención de todas estas patologías tendría que haber sido uno de los objetivos prioritarios de la acción sanitaria internacional.
Estamos, efectivamente, en una emergencia. Que a nadie le quepa ninguna duda. Pero si hay algo que paraliza todavía más que no asumir la situación en que nos encontramos es decir que nuestra casa está en llamas y a continuación ponernos a ver, tranquilamente, la televisión.
El libro no es fácil de leer, con unos contenidos y una redacción complejos. De hecho, puede parecer escalofriante, puesto que presenta una exposición continuada de posibles «terrores» futuros.
El catedrático de la Universitat de València José Antonio Sobrino es contundente sobre la capacidad de reacción contra el cambio climático: «Limitar el aumento de temperatura a 1,5 ºC es prácticamente irrealizable».
El Centro de Documentación Europea organizó el viernes pasado una jornada para debatir el papel de la Unión Europea en la lucha contra el cambio climático.
El bioquímico Héctor Tejero y el antropólogo Emilio Santiago dejan clara una cosa: el Green New Deal no es la solución definitiva al cambio climático.
El investigador Max Boykoff acaba de publicar el libro Creative (Climate) Communications. Aquí nos ofrece algunas de las ideas clave que desarrolla en su nueva publicación.