El descubrimiento de la estructura en doble hélice del ADN fue cosa de cuatro, y el papel de Franklin está a l’altura de la contribución de Wilkins, Watson y Crick.
El rol de víctima atribuido dentro de la leyenda de la doble hélice no tendría que eclipsar las brillantes aportaciones de Rosalind Franklin, a menudo ninguneadas en las narraciones esquemáticas de su trayectoria científica.