Además del aislamiento protector, el aumento de la capacidad sanitaria, una sociabilidad más segura y un estímulo económico orientado a la salud, tendremos que preparar nuestros corazones, nuestras manos y nuestras mentes para un esfuerzo para volver a hilar y reforzar nuestro complejo y vital tejido social.
La tragedia de la epidemia de ébola de 2014 en África occidental empeoró por culpa de la retórica que empleó la OMS, que mostraba al personal médico como los salvadores de una población irracional e impulsiva.