Editorial núm. 65

La naturaleza compone algunos de sus más bellos poemas para el microscopio y el telescopio.

Theodore Roszak.Where the wasteland ends (1972)

En efecto, la naturaleza se muestra verdaderamente admirable cuando la magnificamos con el telescopio o el microscopio. Si en el último número de Mètode, dedicado a la vigencia de la obra de Galileo, nos admirábamos de la inmensidad del cosmos, en este lo que nos maravilla es lo infinitamente pequeño, lo nano (es decir, entre uno y cien nanómetros). Tanto el microscopio como el telescopio nos descubren infinitas posibilidades y, como se ve en este número de Mètode, estas tienen unas posibilidades visuales espectaculares. El uso de las nuevas tecnologías permite a muchos artistas realizar nuevas aproximaciones a la naturaleza, lo que se ha denominado nanoarte. Pero también, como dicen los profesores Guillermo Muñoz-Matutano y Fernando Sapiña, la nanotecnología está abriendo muchas perspectivas científicas y tecnológicas, y sin duda se trata de una de las ramas de la ciencia más potentes y con mayor futuro. En este nuevo número de Mètode también contamos con una interesante percepción de la obra de Gaudí, así como con un atractivo artículo sobre la obra de Kropotkin escrito por el prestigioso historiador de la ciencia Álvaro Girón e ilustrado por la artista valenciana Ana Donat. Así pues, un conjunto de propuestas que se adentran por los más inesperados vericuetos del arte, la cultura y la ciencia. Lo que, al fin y al cabo, es la verdadera raison d’être de Mètode.

© Mètode 2011 - 65. Nano - Número 65. Primavera 2010