Howard Gardner

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22-78-howard-gardnerJordi Play

Para el psicólogo Howard Gardner, profesor de la Universidad de Harvard, el cerebro es como una orquesta. En lugar de secciones de viento o de cuerda, Gardner describe un paisaje formado por regiones de la corteza cerebral especializadas en números, en música o bien en socializarse. La particularidad es que cada sección actúa con relativa independencia y no toca con la misma destreza. Una persona se puede expresar corporalmente de manera desastrosa y ser un excelso orador, mientras que un gran músico puede no entender nada de números. Por eso Gardner afirma que tenemos múltiples inteligencias, en concreto ocho formas diferentes de procesar información y resolver problemas. El profesor Gardner, por tanto, plantea una teoría alternativa que sustituiría la noción tradicional de inteligencia –la inteligencia general, representada con la letra g– que considera que las habilidades mentales de un individuo son uniformes y están interconectadas, y que mediante un test se puede llegar a determinar el cociente intelectual (CI) de todo individuo. 

La teoría de Howard Gardner ha suscitado un gran número de críticas del campo de la neurología –hay científicos que llegan a considerarla como una seudociencia–, y se asegura por ejemplo que el número de inteligencias que establece la teoría es puramente aleatorio. A pesar de eso, el hecho es que la idea de un CI que mida de forma única todas las capacidades intelectuales tampoco es compatible con los resultados del estudio más amplio sobre la inteligencia realizado, conducido por Adán Hampshire y Adrian Owen, entre otros, en la Universidad Western Ontario de Canadá el año 2012. Según estos autores, «la inteligencia es una propiedad emergente de sistemas cognitivos anatómicamente diferentes, y cada uno tiene su propia capacidad». Es decir, la inteligencia tiene múltiples e irreducibles fachadas.

El profesor Gardner está considerado como uno de los intelectuales más influyentes del mundo. Galardonado con numerosos premios como el Príncipe de Asturias, sus ideas han inspirado miles de escuelas de los cinco continentes, donde se cultivan las diferentes capacidades intelectuales en cada alumno y se prueban todo tipo de métodos innovadores para conseguirlo. Las ideas de Gardner también incentivan la creatividad, proponen a los maestros que piensen en nuevas formas de acercarnos a los conceptos que se quieren explicar. Hay enfoques alternativos al lógico y verbal, como puede ser la música o la pintura, y cada aproximación contribuirá a hacer que cada vez más alumnos se involucren en lo que se está enseñando. 

El psicólogo afirma que la educación memorística es superficial. A los alumnos más bien hay que proporcionarles las herramientas intelectuales para que piensen tal como lo haría un científico o un pintor. Según Gardner, los alumnos desarrollan teorías sobre todo lo que les rodea antes de escolarizarse, y tan importante es enseñarles las nuevas ideas como combatir estas nociones previas. Cuando no se hace así, los nuevos contenidos pasan sin pena ni gloria y no sirven para transformar la mente del estudiante (que es justamente uno de los objetivos de la educación).

Con Howard Gardner se plantean las preguntas fundamentales sobre la educación: ¿Qué esperamos de la enseñanza? ¿Qué y cómo hay que aprender? En la educación laten cuestiones fundamentales sobre la sociedad que queremos construir. Nociones como las de verdad, bien y belleza articulan la sociedad y deben vertebrar también la educación (este es precisamente el tema de su último libro, Truth, Beauty and Goodnees Reframed: Educating for the Virtues in the Twenty-First Century?). En la entrevista no puedo evitar decirle que me parece un revolucionario por reivindicar estas virtudes, cuando es un tópico tildarlas de ilusiones.

Usted afirma que al mismo tiempo que enseñan, los maestros transmiten una idea de cómo tiene que ser el ser humano. 
Los profesores se convierten en modelos que enseñan cómo vivir y la clase de persona en que se puede convertir cada uno, lo que tiene que hacer y lo que no. En la elección del material curricular y en las formas de enseñar y evaluar, los maestros también modelan al ser humano digno de admirar. No es extraño que casi todo el mundo recuerde a un profesor que les haya influido de forma positiva; por desgracia, muchos de nosotros también recordamos a maestros que no eran admirables.

Usted defiende que en las escuelas, los estudiantes deben aprender habilidades intelectuales básicas. El problema es que parece que es mucho más fácil enseñar listas de nombres. ¿Cómo podemos cambiar viejas rutinas?
Los maestros (y aquellos de nosotros que no lo somos oficialmente) tienden a enseñar de la misma manera que aprendieron. En caso de que no tuviesen experiencias de aprendizaje más activas, creativas y basadas en proyectos, es necesario que las adquieran. Esta es la tarea de una buena formación del profesorado. Por supuesto, ya no tiene sentido memorizar listas, nombres o fórmulas, ya que toda esta información la encontramos en los smartphones y tablets. Incluso los maestros más mediocres se darán cuenta de ello pronto, que este tipo de enfoque ya no es aceptable. 

¿Cuáles de sus ideas piensa que han tenido más aceptación y cuáles cree que merecen más atención?
Con toda claridad, la idea que ha tenido más aceptación ha sido que los seres humanos poseen inteligencias múltiples. Y me gustaría que recibiesen más atención estas otras dos ideas. En primer lugar, la importancia de aprender a pensar en disciplinas, es decir, de la forma como piensa un científico, un artista, o un historiador. Y en segundo, la importancia de educar a los jóvenes a ser buenos ciudadanos y buenos trabajadores. Gran parte de mi trabajo en los últimos veinticinco años se ha dirigido hacia estos dos objetivos. ¡Pero las inteligencias múltiples son más fáciles de resumir!

Algunos neurólogos tildan de mito la teoría de las inteligencias múltiples.1 ¿Está preocupado por estas críticas? 

Por supuesto, cualquier teoría nueva que llama la atención resulta controvertida y suscita críticas. La teoría MI («inteligencias múltiples» en las siglas en inglés) se basa realmente en la especialización de diferentes partes del cerebro y, en este sentido, es coherente con la neurociencia. La teoría MI es una síntesis de hallazgos de muchos campos (antropología, biología evolutiva, etc.) y las observaciones de muchas clases de seres humanos (prodigios, individuos autistas, etc). Perdurará en la medida en que nuevos descubrimientos sean consistentes con la teoría. Después de treinta años, estoy impresionado por su solidez, pero ciertamente estoy dispuesto a modificarla si lo justifican nuevos datos.

¿Tiene alguna expectativa de que la neurociencia pueda llegar a mejorar la forma de enseñar y aprender?
Soy un entusiasta seguidor de los hallazgos de la neurociencia. Pienso que nuestra comprensión de las dificultades en la lectura ha mejorado gracias al trabajo realizado por los neurocientíficos y a los consejos que han dado para ayudar a individuos con dificultades de lectura desde la infancia. Creo que sucederá lo mismo con otro tipo de dificultades, como es el razonamiento espacial o la comprensión de las motivaciones de los otros. Pero ningún hallazgo neurocientífico nos puede dictar por sí mismo lo que hay que hacer. La educación es fundamentalmente un área donde los valores son primordiales. La ciencia no nos dirá qué enseñar, qué tipo de seres humanos queremos fomentar, nunca nos dirá cuál es la mejor manera de enseñar o de aprender. Los seres humanos somos mucho más variados, y tenemos diferentes objetivos y valores.

El psicólogo Geoffrey Miller hablaba recientemente en la web Edge2 sobre la eugenesia china y sobre el proceso de selección de embriones para obtener individuos más inteligentes implantado por las autoridades de este país desde la década de 1990. ¿Qué le parece este experimento social?
No me gusta que se juegue de forma deliberada y activa con la naturaleza. Me parece inmoral y peligroso. Sin duda, hay gente que lo hará, y no hay forma de pararlo. Me alegro de ser lo bastante viejo como para no tener que ver los resultados posiblemente horribles de esta arrogancia. Resultados terribles tanto para las personas que sirven como «conejillos de indias» como para el tejido de la sociedad.

En España, el informe Pisa indica que nuestros estudiantes obtienen pobres resultados en materias como las matemáticas o la lectura en comparación con otros países. El gobierno español ha impulsado una nueva ley educativa que en parte quiere poner remedio a esta tendencia negativa que se refleja en estos informes. ¿Estos tests son una buena guía? 
Por supuesto, a todos nos gustaría tener calificaciones altas, y no hay nada malo en alcanzar esa meta. Pero es mucho más importante decidir qué tipo de seres humanos y de sociedad queremos tener, y después trabajar estos objetivos. Ojalá los líderes políticos y ministros de educación hablasen más sobre valores y menos sobre resultados. La educación no debería ser como una liga de fútbol con sus clasificaciones, sino que tiene que ser un esfuerzo por crear un mundo mejor. De hecho, si dirigiésemos nuestra atención a tener una sociedad más sana, creo que tendríamos «puntuaciones de vida» [life scores] además de las «puntuaciones de exámenes» [test scores] de las que estar justamente orgullosos.

¿Cómo se imagina la escuela del futuro? ¿Las escuelas continuarán siendo necesarias?

Estoy seguro de que en el futuro la educación será muy diferente a como lo es en la actualidad. El aprendizaje se llevará a cabo principalmente por medios digitales, online, en casa o en el parque. Las aplicaciones y el software tendrán una gran calidad, y por este motivo la función de los educadores será más semejante a la del coach o como acompañantes, y menos como presentadores didácticos de información, como pasa en la actualidad. Es poco probable que los estudiantes continúen yendo a la escuela desde primera hora de la mañana hasta la tarde, y es menos verosímil aún que vayan a un único edificio llamado escuela. Pero todavía será necesario socializar a los individuos, la gente joven querrá estar con otros jóvenes, los padres deberán trabajar, y la sociedad querrá que los jóvenes tengan modelos de conducta positivos. Habrá que encontrar una respuesta a estas necesidades, que ahora están representadas por el centro escolar. A pesar de que me alegro de no estar por aquí para ver cómo se experimenta genéticamente para conseguir niños hechos a medida, ojalá pudiese volver a la Tierra en cincuenta años para ver cómo se lleva a cabo la educación… y si hacer un buen trabajo y ser un buen ciudadano se han convertido en las prioridades más elevadas. 

1. Se puede leer una crítica contundente a numerosas concepciones que influyen en la pedagogía, como es el caso de la teoría de las inteligencias múltiples, en el estudio de Paul Howard-Jones Potential Educational Developments Involving Neuroscience that May Arrive by 2025. (Volver al texto)
2. Se puede consultar el texto íntegro de Geoffrey Miller en la web Edge,en respuesta a la pregunta anual que plantea el portal, 2013: What Should We Be Worried About?. Hay una traducción al español disponible en La Tercera Cultura. (Volver al texto)

Roger Corcho. Periodista (Barcelona).
© Mètode 78, Verano 2013.

 

 

«Ya no tiene sentido memorizar listas, nombres o fórmulas, ya que toda esta información la encontramos en los ‘smartphones’ y ‘tablets’. Incluso los maestros más mediocres se darán cuenta de ello»

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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«Ningún hallazgo neurocientífico nos puede dictar por sí mismo lo que hay que hacer. La educación es fundamentalmente un área donde los valores son primordiales»

 

© Mètode 2013 - 78. La luz de la evolución - Verano 2013
Periodista, Barcelona.