José Plumed
Técnico en arboricultura del Jardín Botánico de la Universitat de València
Hablamos con el «guardián» del Jardín Botánico de la Universitat de València contra el picudo rojo. El técnico en arboricultura José Plumed ha sido pionero en la utilización de prácticas de saneamiento vegetal en palmeras, un nuevo método que todavía se está perfeccionando.
¿Las palmeras van a desaparecer?
Si seguimos sin remedios eficaces, sí. Necesitamos un remedio cien por cien eficaz para acabar con el problema porque una sola hembra fecundada puede destruir el resto de palmeras. Lo que está claro es que va a ser difícil de controlar, como pasó con la hormiga argentina, que se introdujo en Europa desde América y ha conseguido desplazar a la europea y ya ha llegado al norte de África.
Desde que saltó la alarma del picudo, ¿cómo ha cambiado el trabajo en el Jardín Botánico?
Hemos tenido que dedicarle más tiempo a las palmeras. Las fumigamos una vez al mes y las vigilamos continuamente para ver si detectamos algún síntoma. Nos gastamos mucho dinero en prevención desde hace ya más de seis años. Tenemos tres infectadas; en esas he erradicado todas las fases vivas del insecto, pero no sé si ahora tengo 50 más infectadas porque hasta que no se manifieste, no lo sabré. Estamos previniendo y dando el máximo grado de protección a estas palmeras. Aun así, es necesario que todos los actores colaboren porque si no las estrategias individuales difícilmente funcionan.
«Es necesario que todos los actores colaboren porque si no las estrategias individuales difícilmente funcionan»
¿Qué métodos de prevención utilizan?
Siempre hemos hecho lucha ecológica. Si las palmeras infestadas se detectan rápido, las larvas, con suerte, no han llegado a la yema apical. Podemos podar rápidamente, eliminar todo lo que está afectado y, si no ha tocado la yema, la palmera vuelve a brotar y no ha pasado nada. Sufre un estrés fisiológico pero sobrevive. Ahora bien, si ha tocado la yema parcialmente y cortamos esa parte, puede ocurrir que la yema salga doblada, que salgan dos yemas… es una técnica muy reciente.
¿Una plaga como la del picudo puede afectar a la biodiversidad de la zona?
Sí, por supuesto. Las palmeras llevan asociada mucha fauna. Hay muchos insectos que ayudan a la polinización de las palmeras y que comen polen y mucha fauna, como los tordos, que dispersan sus frutos. Todos los loros de Valencia vienen aquí a comer y gran parte de su dieta son los frutos de las palmeras.
¿Cree que, ante la ya evidencia del mal que ocasiona el picudo a las palmeras, se va hacer más caso a la lucha contra la plaga?
No. Si el concejal dice que aún no hay picudo en Valencia, ¿qué caso van a hacer? Desde el Jardín Botánico reclamamos que traten todas las palmeras porque cuantos más picudos rojos haya fuera, más posibilidades hay de que se coman el palmetum del Jardín Botánico de Valencia, declarado Bien de Interés Cultural; pues este está en medio de una ciudad infectada. Pero los políticos ocultan a la población lo que está ocurriendo; uno, porque no tienen el remedio y otro, porque es extremadamente costoso hacer un intento de control. Además, hay una investigación sobre un hongo que es muy efectivo contra el picudo y ¿tú lo has oído? ¿Realmente hay alguien interesado por el picudo?
Pero si las palmeras atraen al turismo, ¿por qué los políticos no se involucran al cien por cien?
Las palmeras Phoenix por ejemplo, en Europa, no son reconocidas como especie europea. Para los europeos no es lo mismo un roble que una palmera. La conciben como una planta fuera de nuestra flora autóctona y por eso no aprueban normativas adecuadas para protegerla.