Josep Jacas

Catedrático de Producción Vegetal en la Universitat Jaume I de Castellón

 Josep Jacas, catedrático de Producción Vegetal en la Universidad Jaume I de Castellón, se muestra sereno frente a la acción devoradora del picudo. El investigador, que lleva años detrás de la plaga y que en la actualidad colabora con su grupo de trabajo en un proyecto de la Unión Europea, en el que también participan la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad de Córdoba, prefiere no ser alarmista y nos advierte que, si bien falta mucho camino por recorrer, ya hay casos en que la erradicación ha funcionado. Aún queda lugar para el optimismo.

¿Qué diagnóstico actual hace usted de la plaga? ¿El panorama es tan negro como lo pintan?
Lo que tenemos es una plaga instalada y cada vez tenemos más. Yo creo que lo esencial es asumir que la erradicación quizá es un objetivo a largo plazo pero que a corto plazo se deben dar soluciones para contener la plaga y, sobre todo, para que no llegue a ningún sitio más, y atacarla. La erradicación, lo sabemos en entomología agrícola, solo es posible en épocas muy tempranas y, además, el esfuerzo económico que hay que hacer es muy grande. Aquí se han gastado cerca de 44 millones de euros, pero realmente la plaga nos ha superado. Se tiene que ser proactivo con medidas preventivas.

Se ha criticado mucho que las administraciones han tardado demasiado en reaccionar. ¿Qué errores se han cometido hasta llegar a este punto? 
Tanto propietarios como ayuntamientos tienen que reaccionar antes de ver los síntomas, no pueden esperarse a tener palmeras plagadas. Es muy importante la prevención y que la gente sea consciente del problema, quizá no se ha debatido lo bastante. No se conoce la plaga, es posible que no se haya hecho una buena divulgación de cuál es el problema y, sobre todo, la gente en general, tanto si son ayuntamientos como si son particulares, suelen reaccionar cuando ven unos síntomas muy evidentes, cuando la palmera está perdida. Hay que ser consciente de que quien tiene una palmera tiene que protegerla, no solo por la suya, sino por el resto de la comunidad.

«No se conoce la plaga, es posible que no se haya hecho una buena divulgación de cuál es el problema porque la gente suele reaccionar cuando la palmera está perdida»

Se están investigando multitud de remedios para hacer frente al problema. ¿Cuál es más efectivo?
Hay diferentes métodos de detección, con pros y contras. Ultrasonidos, visión con infrarrojos, perros amaestrados. Hay que saber cuál emplear y en qué situación, los perros quizá son muy útiles en un puerto o un punto de entrada de palmeras, pero no en una avenida. En cuanto a los métodos biológicos, hay diferentes nematodos y diferentes especies de hongos que se han mostrado efectivas. Con todo, la preferida es la gestión integrada, la combinación inteligente de todos los métodos que tienes a tu alcance. ¡Se está investigando incluso con pinturas!investigant fins i tot amb pintures!

¿Pintura contra el picudo?  
Es la pintura con la que se pintan los trajes de los militares que se van de misiones por el mundo. La desarrolló una empresa, nosotros hicimos los ensayos, lleva insecticidas microencapsulados. Las microcápsulas lo que hacen es que tengamos una emisión a lo largo del tiempo, el producto no se gasta al principio: puede tener una persistencia de prácticamente un año.

¿Cree que queda algún motivo para ser optimistas?

Sí. Hay un lugar donde la erradicación ha tenido éxito y es en Canarias. Allí la palmera es un símbolo, la plaga solo había aparecido en resorts, pero hay que decir: «señores, si estas personas lo han hecho bien, ¿por qué no nosotros? ¡Hay un sitio donde se ha conseguido!» En primavera del año que viene, si no tienen capturas en los últimos focos, las islas estarán libres de plaga. La erradicación habrá funcionado.

© Mètode 2012 - 74. La cala encantada - Verano 2012

Estudiante de periodismo de la Universitat de València.