© M. Lorenzo |
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Gracias a sus más de treinta años de trabajo en Estados Unidos, Francisco J. Ayala (Madrid, 1934), catedrático de Ciencias Biológicas en la Universidad de California, se ha convertido en la máxima referencia de los estudios sobre evolución, considerado como «el hombre del renacimiento de la biología evolutiva», según le apodó el periódico The New York Times. Su trayectoria abarca aspectos tan diversos como el origen de las especies, la diversidad genética de los organismos, la evolución de la malaria o el reloj molecular de la evolución, y cuenta con un interminable listado de distinciones, entre ellos el de doctor honoris causa por la Universitat de València. En diciembre de 2006 viajó a Valencia para impartir la Conferencia Pelegrí Casanova con motivo del homenaje al evolucionista valenciano, que por tercer año celebró la Cátedra de Divulgación de la Ciencia y el Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universitat de València. En el mes de julio de 2005, Lawrence Krauss, Kenneth Miller y usted enviaron una carta al papa Benedicto XVI, a fin de clarificar la posición de la Iglesia católica en relación a la teoría de la evolución y el «diseño inteligente». ¿Qué les motivó a escribirla? ¿Cuál fue la respuesta que tuvo esta carta? Pero no fue la única consecuencia de su carta. Últimamente en Europa algunos ministros de Educación de gobiernos conservadores han planteado la introducción de la teoría del diseño inteligente en la enseñanza. ¿Tiene tanta aceptación el ID en la comunidad científica como para que sea una materia docente? |
«No parece que haya habido un cambio de actitud de Benedicto XVI respecto al mensaje de Juan Pablo II. Habría sido desastroso»
«El diseño inteligente es una idea fatua que utiliza el argumento de que cuando la ciencia no puede explicar algo, la explicación está en Dios»
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© M. Lorenzo |
«Los partidarios del diseño inteligente consideran a dios como un incompetente» | |
¿Por qué el diseño inteligente no se puede considerar ciencia? Yo he tomado la posición de que el diseño inteligente no es ciencia porque no tiene contenido positivo. Es una idea fatua que utiliza el argumento de que cuando la ciencia no puede explicar algo, entonces la explicación está en Dios. Es la idea que en inglés se llama god of the gaps, el Dios de los vacíos. Pero la idea del diseño inteligente es mucho peor que eso. No sólo es mala ciencia, sino que, en relación a la religión y a la teología, es horrible, porque tiene implicaciones de blasfemia con respecto al Creador. Al contrario, el diseño de los organismos no es inteligente, sino una adaptación. Por ejemplo el ojo está diseñado para ver, pero es un diseño incompetente, también llamado diseño inepto o imperfecto. Puede tener estos tres significados, pero en ningún caso es inteligente. Así, uno puede empezar con el ojo humano, en el que las fibras nerviosas transmiten las señales que llegan de la retina hasta el cerebro, se forman y se juntan en el interior del ojo, pero llega al cerebro y tiene que regresar a la retina y entonces tenemos un punto ciego. Otro ejemplo es la mandíbula humana, que al parecer se le ha quedado pequeña al «diseñador» y por eso nos tienen que sacar la muela del juicio. Al ingeniero que no hubiese diseñado una mandíbula lo suficientemente grande para tener todos los dientes lo habrían despedido al día siguiente. O al que hubiese diseñado el canal del parto de la mujer no lo suficientemente grande para que la cabeza del niño pueda pasar fácilmente. No digamos ya la crueldad que existe en la naturaleza con los animales carnívoros, que llega a un punto de sadismo en el caso de los parasitoides, que sólo pueden vivir matando a otros. Un «diseñador» que hubiese planeado eso sería un sádico. Así que el ID considera a Dios como un incompetente. Después, también está el caso de la Mantis religiosa. La hembra trata de comerse la cabeza del macho antes de aparearse. Entonces, éste pierde el control de sus órganos sexuales, la hembra lo monta y las fertilizaciones son más exitosas, y, finalmente, se come el resto del cuerpo. Desde el punto de vista de la teoría de la evolución, lo mejor que le puede pasar al macho es que se lo coma la hembra. Pero, desde el punto de vista de un «diseñador», es bastante extraño. Existen centenares de especies en las que encontramos ejemplos de esto. De hecho, hay un tipo de insecto que se alimenta con una pequeña trompa que introduce dentro del animal y, mediante una sustancia enzimática, lo digiere. Se comen la parte interna porque el caparazón de los insectos no es muy nutritivo y, además, es difícil de digerir. Cuando van a aparearse, hacen lo mismo con el macho, pero éste tiene una especie de membrana que protege los órganos sexuales, dificultando de esta forma su digestión. La fertilización se produce internamente, después de que la hembra se haya tragado y digerido al animal. Y otra cosa más, el aborto, tan abominable desde el punto de vista de la Iglesia católica. Una consecuencia del ID es que el mayor abortista del mundo sería Dios, si éste fuese el que hubiere diseñado el cuerpo humano, porque aproximadamente el veinte por ciento de los embarazos acaban como consecuencia de procesos naturales, durante los primeros meses de embarazo, frecuentemente sin que la madre sepa siquiera que está embarazada. Simplemente por defectos de diseño genéticos existen entre 20 y 30 millones de abortos al año debido a un diseño deficiente. Desde el punto de vista de la religión, esto es horrible. Últimamente usted se muestra muy activo en defensa de la teoría de la evolución frente al ID. En relación a esta cuestión, acabo de publicar dos libros. Uno que acaba de aparecer en castellano, que se titula Darwin y el diseño inteligente, y Darwin’s Gift to Science and Religion, «el regalo de Darwin a la ciencia y a la religión». Si los defectos biológicos son un proceso natural, no se puede recurrir a la intervención directa de Dios para explicarlos. Este es el problema que los teólogos llaman teodicea. Antes de la revolución científica se explicaban todos los fenómenos naturales como debidos a la acción de Dios. Si había erupciones o terremotos o tsunamis era porque Dios quería castigar a alguien, lo que era muy difícil de entender hasta que estos fenómenos catastróficos se explicaron como procesos naturales. Quedaron pendientes de resolver los problemas de los diseños deficientes de los seres vivos y esto lo resolvió Darwin, ya que ahora se explican también como resultado de procesos naturales. Por eso, lo he llamado el regalo de Darwin a la ciencia y a la religión. En la versión del libro en castellano le he dado un enfoque distinto, ya que la situación española es distinta a la americana. No hemos decidido cuál va a ser el título final. En cualquier caso, se trata de mostrar como la explicación evolucionista es mucho más compatible con la religión cristiana que la que expone el diseño inteligente o la explicación creacionista. Recientemente se ha debatido en el Congreso de los Diputados de España la ley que permite la investigación con células madre. ¿Cómo ve el estado de la cuestión? Prefiero llamarlas células troncales, porque lo de las células madre parece implicar una especie de crimen y de aborto. En el Congreso americano pasó una ley autorizando el uso de dinero del gobierno federal para la investigación con células troncales. Debido al sistema político americano, el presidente Bush prohibió que se usara dinero federal para apoyar esta investigación, a no ser que se usaran en las líneas ya existentes. Pero no es que prohibiera la investigación, lo que prohibió era que se gastara en ella dinero del gobierno federal, que es muy distinto. El gobierno en Estados Unidos no tiene autoridad para prohibir la investigación, tiene autoridad para prohibir el uso del dinero federal. De todos modos, por medio de instituciones privadas y de gobiernos como el de California se está apoyando esa investigación. Pero, además, algunos estados han aprobado estas investigaciones y le han dedicado fondos, como el caso de California, que ha destinado 3.000 millones de dólares. Las dos terceras partes de los fondos para la investigación en Estados Unidos provienen de fondos privados y sólo una tercera parte del gobierno federal o de gobiernos estatales o locales. En resumen, la investigación sobre células troncales está en marcha en los EEUU. ¿Qué papel tiene la investigación con células troncales en el debate entre evolucionismo y creacionismo? Creo que muy limitado. En su propaganda, los fundamentalistas cristianos partidarios del creacionismo y el diseño inteligente se manifiestan en contra de la experimentación con las células troncales, ya que para ellos supone cometer crímenes. Pero, ¿se puede llamar ser humano a un grupo de células del tamaño de una cabeza de alfiler, como son los embriones en este estadio, que se utilizan para iniciar esta investigación? Esto es una barbaridad que no tiene fundamento en la tradición cristiana teológica, ni muchísimo menos. En una charla con algunos periodistas en Valencia, les cité a Santo Tomás de Aquino, gran teólogo cristiano, que decía que no puede haber ser humano hasta que no haya forma humana. Por tanto, hasta después de la séptima u octava semana, por lo menos, no se puede llamar a ese embrión un ser humano. Y nos estamos refiriendo aquí a desarrollos correspondientes a cinco o seis días de la fertilización. Pero, sin embargo, los fundamentalistas siguen manteniendo que esto es un crimen y que es destruir a seres humanos. De todos modos, estos embriones nunca van a ser seres humanos. Se estima que en los Estados Unidos hay unos 500.000 conservados en nitrógeno líquido, y entre 50.000 y 100.000 en España, y un número semejante en Italia y Francia. Estas células se descartan y forman una especie de vertedero elegante, como aquellos en donde se acumula la basura y luego se cubren muy bien. Esto es lo que se hace con estos embriones, que se descartan, porque nunca se usarán para que se desarrollen seres humanos. Por tanto, tiene más sentido utilizarlos para la investigación científica, que va a beneficiar a la humanidad, en lugar de abandonarlos y que no aprovechen para nada. Kristin Suleng Furió.Estudiante de Periodismo, Universitat de València. |
© M. Lorenzo «La explicación evolucionista es mucho más compatible con la religión cristiana que la creacionista o la del diseño inteligente» |
© Mètode 2011 - 54. La especie mística - Contenido disponible solo en versión digital. Verano 2007