«Despilfarro», de Tristram Stuart

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Todos recordaremos aún de cuando éramos pequeños aquellas recomendaciones u órdenes a la hora de comer o cenar que nos aconsejaban dejar el plato muy limpio, sin dejarnos nada de la comida que teníamos a nuestra disposición. Eran otros tiempos, en los que nuestros padres y nuestros abuelos habían aprendido, a la fuerza, la necesidad de sacar el máximo rendimiento de los alimentos tras pasar una guerra y una posguerra durísimas.

Este libro es un grito de protesta contra este mundo en el que se producen alimentos para poder abastecer sobradamente a la población que acoge, pero en el que cada día mueren personas por falta de una alimentación en condiciones. Una situación generada por las desigualdades, por los intereses comerciales, por problemas políticos y técnicos, pero que no hace más que echar leña a un fuego que va consumiendo a los que disponen de menos recursos.

Esta pérdida continua de alimentos se centraliza principalmente en los países del Primer Mundo, a pesar de que en los países pobres también se da, principalmente por problemas de falta de infraestructuras para conservarlos y distribuirlos, mientras que en el Primer Mundo los alimentos se pierden por producción excesiva, descartados por razones simplemente de aspecto, problemas derivados de la legislación que se aplica o por pura desidia y falta de conciencia.

Ante esta problemática global, la publicación aporta una abundante información sobre cómo se pierden los alimentos y por qué, dónde y quién es el responsable en muchos casos, y finalmente nos aporta soluciones para tratar de paliar el problema, tanto de forma general como también para hacer actuar a sencillos ciudadanos y a ciudadanas a través de sus hábitos diarios de consumo.

No hay que profundizar mucho para comprender que este problema tiene carácter ambiental, ya que producir, manipular, transformar, transportar, comercializar y consumir cualquier alimento conlleva una serie de impactos ambientales asociados, desde el consumo de agua o energía hasta la generación de ingentes cantidades de residuos, o desde la transformación de tierras vírgenes o bosques en espacios agrícolas con la pérdida consiguiente de biodiversidad hasta la contribución al cambio climático global, pero también es un problema social y ético, es un problema humano, porque, mientras que unos vivimos en un mundo sin carencias, donde se arrojan toneladas y toneladas de alimentos a los vertederos, otros no tienen nada que llevarse a la boca.

Así pues, el objetivo final del libro es remover conciencias para tratar de paliar este problema aprovechando al máximo los recursos, de forma que se reduzca la presión sobre los sistemas naturales por la producción de alimentos y que la población a escala global pueda acceder mejor a estos recursos alimentarios como elemento básico para su calidad de vida. En este proceso, todos podemos poner nuestro granito de arena: simplemente, recordemos qué nos decían nuestros abuelos.

Víctor Benlloch Tamborero. Biólogo. Técnico del Centro de Educación Ambiental de la CV.
© Mètode 74, Verano 2012.

 

 

 

95-74Despilfarro
El escándalo global de la comida
Tristram Stuart
Traducción de María Hernández Díaz. 
Alianza. Madrid, 2011. 462 páginas.

© Mètode 2012 - 74. La cala encantada - Verano 2012
Centro de Educación Ambiental de la Comunidad Valenciana.