«Triviacat Ciència», de Daniel Closa Autet

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Todo el mundo ha tenido alguna vez –o continúa teniendo– la curiosidad de los más pequeños para encontrar respuesta a todas las preguntas que se nos pasan por la cabeza. Quizá este fue el pensamiento de Scott Abbott y Chris Haney cuando inventaron el famoso Trivial Pursuit en 1979. Un tablero, un dado, quesitos de colores y dos o más jugadores enfrentándose a preguntas relacionadas con diferentes aspectos de la cultura: estos eran, hasta ahora, los ingredientes necesarios para jugar una partida de Trivial. Sin embargo, hace bien poco nació la colección de libros «Triviacat», de Angle Editorial (Barcelona), que propone una forma alternativa de jugar la partida. No necesitaremos ni tablero ni quesitos y podremos jugar solos o en compañía. Los libros de «Triviacat» recopilan una cincuentena de preguntas al estilo del Trivial tradicional, donde solo una opción es correcta y, además, se ofrece una breve explicación, amena y divertida, del porqué de cada respuesta. 

Triviacat Ciència es el segundo número de esta colección. Su autor, Daniel Closa Autet, es doctor en Biología e investigador del CSIC en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona. Conocido por ganar el Premio de Novela Científica en 1995 y por ser el autor del blog de divulgación Centpeus, Closa acerca de nuevo la ciencia a la sociedad en general a través de una propuesta original. En la línea del tono sencillo y divulgativo de sus novelas y publicaciones anteriores, Triviacat Ciència nos propone y explica muchas cuestiones interesantes de diferentes ramas del conocimiento científico. Cada «microcapítulo» de este libro se compone de una pregunta y cuatro respuestas, de las que solo una es verdadera, una explicación científica de la respuesta y, a menudo, un dato impactante o un hecho curioso relacionado con la pregunta. Imagínate, lector, que te encuentras con la siguiente pregunta: «Ahora es un insulto, pero originalmente qué quería decir la palabra imbécil? a) Una persona con dislexia, b) Una persona con amnesia, c) Un perro sin habilidades para la caza, o d) Un nivel de retraso mental.» Curiosamente, la respuesta correcta es la d, ya que «imbécil» era una de las tres clasificaciones que hizo el psicólogo Henry H. Goddard para catalogar las personas con diferentes grados de retraso mental según su cociente intelectual. Un individuo con cociente intelectual entre cero y veinte era clasificado como «idiota», entre veintiún y cincuenta era «imbécil», y entre cincuenta y uno y setenta era un «cretino». Otra pregunta interesante de un ámbito completamente diferente que también podrás encontrar en el libro es: «¿Qué mide la escala de Bristol? a) La consistencia de las deposiciones, b) El color de la orina, c) La composición de los vómitos, o d) La textura de los mocos.» Ante estas intrigantes opciones, la única verdadera es la a. Como aprenderemos con la lectura de Triviacat Ciència, la llamada escala de Bristol surgió de la necesidad de los médicos de describir las características de las deposiciones de sus pacientes y relacionarlas con posibles patologías. Dejando a parte los detalles más escatológicos, esta escala clasifica las deposiciones con una gradación numérica desde el nivel 1, correspondiente a deposiciones totalmente líquidas, hasta el nivel 9, donde se encuadran pacientes con deposiciones duras como una piedra, ya me entienden… Y un último ejemplo, en este caso, de las matemáticas: «¿Cómo se llama el número natural 10100 (es decir, un 1 seguido de 100 ceros)? a) Google, b) Googol, c) Googleplex, o d) Googolplex.» Aunque es tentador pensar en la relación entre el gran número de búsquedas que se realizan cada día en el famoso Google y un número natural tan grande como este, la respuesta correcta es la b. Googol fue el nombre, completamente inventado, que un niño (sobrino del matemático Edward Kasner) encontró adecuado para tal magnitud numérica. Tenga un nombre muy gracioso o no, el googol no es un número de utilidad en absoluto, ya que no hay nada que poder contar con «googols»: ni las búsquedas de todos los usuarios de Google, ni la edad del universo, ni la suma de todos los átomos presentes en todo el universo conocido. Ahora bien, los matemáticos entran en discrepancia con esta afirmación e, incluso, emplean el googolplex (10 elevado a un googol) para algunos de sus cálculos y algoritmos computacionales. 

Todas las preguntas del librojuego están dirigidas a un público amplio, a quien no le hace falta ningún tipo de formación científica para «engancharse» al juego y continuar aprendiendo. El objetivo está claro: hacer que el lector aprenda y pase un buen rato a la vez. Sin embargo, y especialmente si el receptor es un miembro de la comunidad científica, Triviacat Ciència también persigue ponernos a prueba por si pensamos que ya somos lo bastante sabios. 

Es posible que algunas aplicaciones diseñadas para nuestros teléfonos inteligentes le hagan la competencia, pero no he encontrado ninguna alternativa tan ligera y rigurosa como esta. Y aunque, desde mi punto de vista, el encanto del juego del Trivial va más allá de las preguntas y respuestas y, quizá, se quede en el tablero, los amigos y la «lucha» por los quesitos, hay que reconocer que Triviacat Ciència es una alternativa bastante entretenida para viajes sin compañía, tiempo de espera y tardes de aburrimiento. Tal vez, en este caso el encanto se encuentra en nuestras inquietudes personales y, sobre todo, en nuestras ganas de aprender. Y así, quizá es verdad que (parafraseando la sentencia de Vasili Smyslov, virtuoso del ajedrez) en el Trivial –como en la vida– el mejor adversario es uno mismo.

Cristina Vilanova. Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva (UV).
© Mètode 87, Otoño 2015.

 

105-87Triviacat Ciència
Un llibre lúdic de preguntes i respostes
Daniel Closa Autet
Angle Editorial. Barcelona, 2015. 192 páginas.

«En la línea del tono sencillo y divulgativo de sus novelas y publicaciones anteriores, ‘Triviacat Ciència’ nos propone y explica muchas cuestiones interesantes de diferentes ramas del conocimiento científico»

 

 

© Mètode 2015 - 87. El origen de la vida - Otoño 2015

Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva (UV).