Andrés Laguna y el origen de la idea de Europa

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El concepto de Europa, entendido como entidad cultural y política, definida por unos valores y unas formas sociales como una realidad más cívica que geográfica, basada en la tolerancia religiosa, el pensamiento laico, el progreso científico, material y moral, procede de la Ilustración. Aunque un primer concepto de Europa como realidad política y espiritual, al margen de la república cristiana medieval con connotaciones puramente políticas, fue formulado en el pensamiento humanista del Renacimiento, netamente perfilado en la obra de Maquiavelo, la conciencia de pertenencia a una comunidad histórica que va asociada a las ideas de la cultura occidental, a la ciencia y la tecnología, y al concepto de modernidad sólo aparece y se va construyendo a lo largo de la Edad Moderna.

Posiblemente la crisis religiosa y las reformas institucionales, el referente de la cultura clásica, la expansión colonial y la confrontación con el universo medieval hicieron del Renacimiento un referente histórico ineludible en la construcción de la idea de Europa. No eran ajenas las ideas antropológicas y políticas de los grandes autores clásicos, como por ejemplo Platón y Aristóteles, ni los discursos de Cicerón.

Durante el siglo xvi, la fractura religiosa de la Cristiandad inspiró un concepto de Europa que partía de los ideales del humanismo y de la unidad del imperio y de la religión cristiana frente a las amenazas exteriores. Esta es la visión de Europa que inspiró el famoso discurso del médico humanista Andrés Laguna en la Universidad de Colonia.

Andrés Laguna, un médico humanista

Andrés Laguna (ca. 1499-1559) fue un médico europeo que pasó parte de su vida alrededor de la corte de Carlos V. Procedente de un linaje de médicos judíos conversos, nació en Segovia en la transición del siglo xv al xvi o durante los primeros años del xvi. Su padre, el médico Diego Fernández de Laguna, lo envió a París a estudiar artes (griego, lenguas clásicas) y medicina, en una etapa de gran esplendor del humanismo médico parisiense, donde tuvo maestros como Günter von Andernach y Jacobus Silvius. Al volver a Segovia en 1536 enseñó en la Universidad de Alcalá y en 1539 el emperador lo llamó para atender el parto que le costó la vida a la emperatriz Isabel al dar a luz a su hijo, quien a la postre sería Felipe II.

Durante el año siguiente, asociado a la comitiva imperial, Laguna viajó por Inglaterra, Alemania y los Países Bajos, fijando su residencia en la ciudad flamenca de Gante (1540), donde ejerció la medicina hasta 1545. Fue contratado también como médico por la ciudad imperial de Metz, capital del ducado de Lorena. Entre 1545 y 1554 vivió en Italia, entre Roma y Venecia, hasta que se trasladó de nuevo a los Países Bajos. En 1557, volvió a España y murió en Guadalajara dos años más tarde. Como se puede comprobar, su trayectoria biográfica va ligada a los principales escenarios del humanismo renacentista, Italia y los Países Bajos, y su condición de humanista dio lugar a una amplia obra, no sólo médica y científica, sino también de contenido literario, político y filosófico. Eruditos y expertos bibliógrafos, como por ejemplo Cesar Dubler y Marcel Bataillon, han discutido la posible autoría de Laguna del famoso Viaje a Turquía.

Sus obras médicas más relevantes fueron la Anatomica Methodus (1535), un manual de anatomía escrito cuando era un joven licenciado en París, y la actualización de la obra terapéutica de Dioscórides, Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal, y de los venenos mortíferos (1555), obra que fue reeditada durante siglos y utilizada en las facultades de medicina como principal manual de terapéutica.

Llamado por el rector de la Universidad de Colonia, Laguna fue invitado a pronunciar en el aula magna de la Universidad una lección magistral ante un amplio auditorio de príncipes, personalidades de la nobleza y de la élite dirigente, que se concretó en una oración fúnebre ajustada al ceremonial de difuntos, el domingo 11 de febrero de 1543 a las siete de la tarde. Eran momentos difíciles y de grandes tensiones políticas y religiosas. La oración de Laguna fue publicada con el título Europa […]: hoc est misere se discrucians, suamq[ue] calamitatem deplorans… (1543), es decir, La Europa que miserablemente se atormenta y deplora sus desgracias, texto de una treintena de páginas donde dibuja el panorama desolador de una Europa devastada por las guerras y las luchas fratricidas entre los príncipes.

Laguna mira a Europa, reclama unidad y señala al emperador Carlos como gran condottiero frente a la amenaza del turco, haciendo de los valores del humanismo y la religión cristiana las principales señas de identidad. Antes de que lo hiciera magistralmente Maquiavelo, Laguna habla del príncipe, en este caso del emperador, y, a pesar de las tensiones y diferencias, las fracturas religiosas y las guerras fratricidas, Laguna ve a Europa no sólo como un territorio, sino principalmente como un ente cultural y político construido sobre la tradición helénica clásica y el cristianismo. El de Laguna es el primer discurso humanista que aporta la idea de una Europa imperial, la cual, a pesar de rivalidades y diferencias, había sido destinada a conquistar el mundo y la modernidad. Un antecedente ineludible en un contexto histórico muy crítico para afrontar la construcción de Europa. Cinco siglos más tarde, posiblemente el futuro es menos prometedor.

Josep Lluís Barona. Catedrático de Historia de la Ciencia. Universitat de València.
© Mètode 67, Otoño 2010.

 

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© Extraído de: Andrés Laguna, 1968. Pedacio Dioscórides Anazarbeo (1555). Instituto de España. Madrid.
Arriba, retrato de Andrés Laguna.

«Laguna ve a Europa no sólo como un territorio, sino principalmente como un ente cultural y político construido sobre la tradición helénica clásica y el cristianismo»

 

 

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© Extraído de: Andrés Laguna, 1968. Pedacio Dioscórides Anazarbeo (1555). Instituto de España. Madrid.
Portada de la edición impresa del Discurso de Europa. En este texto del siglo xvi, donde Andrés Laguna clama por la unidad, ya podemos encontrar las nociones de humanismo y cristiandad unidas a la idea de Europa.

«Durante el siglo XVI, la fractura religiosa de la Cristiandad inspiró un concepto de Europa que partía de los ideales del humanismo y la unidad del imperio y de la religión cristiana frente a las amenazas exteriores»

 

 

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© Extraído de: Andrés Laguna, 1968. Pedacio Dioscórides Anazarbeo (1555). Instituto de España. Madrid.
Portada de la edición de 1566 de su Dioscórides, obra que durante siglos fue utilizada en las facultades de medicina como principal manual de terapéutica.

© Mètode 2011 - 67. Naturaleza humana - Número 67. Otoño 2010
Catedrático de Historia de la Ciencia de la Universitat de València.