Hildegard von Bingen supo asumir el papel de visionaria para ganarse la tolerancia de una sociedad en la que las mujeres estaban condenadas al analfabetismo y la humillación, y consiguió así escribir sobre ciencias de la naturaleza y sobre medicina, arte que probablemente también practicó. Su obra representa una síntesis original de ideas procedentes de la tradición oriental, helénica y judeocristiana.