La creciente interacción con máquinas plantea una serie de cuestiones sobre las que no hay experiencia y tampoco una predicción fiable para saber cómo influirán en la evolución de la sociedad.
El objetivo último de la inteligencia artificial es uno de los hitos más ambiciosos que se ha planteado la ciencia, con una dificultad comparable a otros grandes objetivos como explicar el origen de la vida o el origen del universo.