Existe todo un género dentro de la divulgación de la ciencia dedicado a la paleoantropología. Y es bastante reciente: quizá unas de las primeras obras son los libros de Richard Leakey (Orígenes, La formación de la humanidad), donde explicaba con entusiasmo como, junto a sus padres (los célebres y aventureros Louis y Mary Leakey), descubrió las huellas fósiles de Laetoli, en el corazón de África. Aquellas huellas que sugerían que hace tres millones y medio de años un grupo de primates ya avanzaba erguido sobre sus piernas. Después seguiría el bello texto de Donald Johanson (El primer antepasado del hombre), y la emoción con la que describe el formidable descubrimiento de los restos de Lucy, el primer esqueleto de australopiteco. Y muchos trabajos más, como todo el linaje dedicado al fabuloso yacimiento de Atapuerca, donde Juan Luis Arsuaga, Eudald Carbonell y José Ma Bermúdez han llevado a cabo una excepcional tarea de divulgación. El profesor Jordi Agustí también ha sido un destacado divulgador de la antropología humana (con títulos tan recomendables como Del Turkana al Cáucaso. La evolución de los primeros pobladores de Europa) y en este número de Mètode coordina un grupo muy destacado de investigadores que dan las nuevas claves para entender la evolución humana. Todo eso, acompañado por los dibujos de Moisés Mahiques, de cuerpos retorcidos y laberínticos, que de alguna manera resume muy bien el intrincado y, a veces, casi inextricable camino que han seguido nuestros ancestros. Aún queda mucho por saber (y mucho por divulgar), pero sin duda nuestra historia evolutiva es fascinante. Como bien muestra este nuevo número de Mètode.
© Mètode 2017 - 94. Sapiens - Verano 2017