«¿Por qué a los niños no les gusta ir a la escuela?», de Daniel T. Willingham

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Normalmente la neurociencia nos habla de la memoria, la atención, las emociones, etc., ingredientes básicos del aprendizaje individual, pero pocos autores se atreven a decir algo sobre las aulas, el lugar donde se produce la enseñanza formal en nuestra sociedad. Como se dice en física, hay un gap muy grande entre los dos niveles. Willingham trata de saltarlo en los nueve capítulos del libro, que son otras tantas preguntas. En el primer capítulo, «¿Por qué a los niños no les gusta la escuela?», plantea que la mente es poco apta para reflexionar y que prefiere la memoria. A partir de aquí, las preguntas se suceden: ¿Qué es mejor, enseñar competencias o conocimientos factuales? ¿Por qué hay información que se fija en la memoria y otra que se olvida? ¿Por qué las ideas abstractas resultan tan difíciles de comprender?

Willingham nos va desgranando sus recomendaciones, poniendo énfasis en la importancia de aspectos básicos del aprendizaje como la atención, la emoción o la repetición. Nos muestra que comprendemos las cosas mejor cuando se explican en un contexto familiar. Por tanto, en el aula hay que utilizar analogías, comparaciones y hacer explícitas las estructuras profundas. Señala que cuando se reflexiona sobre algo, es probable que se tenga que utilizar y que se necesite recordar. Además la mente humana parece hecha para comprender y recordar historias y anécdotas. Por tanto, se recomienda enseñar ejercicios que obliguen a pensar el significado y organizar la programación alrededor de historias.

En un capítulo particularmente curioso, el autor se dedica a comparar el funcionamiento de la mente de principiantes y expertos, que se distinguen no solo por la cantidad de conocimientos, sino por el orden de estos y por la forma de pensar, ya que los expertos clasifican los problemas por los principios, no por el tema. Como Pinker, Chomsky y otros, Willingham afirma que los niños y las niñas son más parecidos que diferentes en su manera de reflexionar y aprender. Utiliza la teoría de las capacidades o inteligencias múltiples de Gardner para explicar diferencias y cuestiona que haya una única inteligencia subyacente (CI). De hecho, señala que predomina una concepción innatista de la inteligencia que considera que se puede hacer poco con las dificultades. Pero aunque la genética influye, el entorno lo hace mucho más, como lo demuestra el efecto Flint (para sorpresa de los psicólogos, el CI medio ha aumentado entre quince y veinte puntos en este último medio siglo).

En resumen, este es un libro muy cognitivo y que hace aportaciones muy interesantes para el aprendizaje y enseñanza de los conceptos. Su lectura puede ser muy útil no solo para investigadores del tema, sino también para el profesorado en general. 

Jordi Solbes. Departamento de Didáctica de las Ciencias (UV).
© Mètode 82, Verano 2014.

 

 

93a-82¿Por qué a los niños no les gusta ir a la escuela? 
Las respuestas de un neurocientífico al funcionamiento de la mente y sus consecuencias en el aula
Daniel T. Willingham 
Graó. Barcelona, 2011.
275 páginas.

 

 

 

 

 

© Mètode 2014 - 82. Encuentros - Verano 2014
Doctor en Física y catedrático de universidad de Didáctica de las Ciencias Experimentales de la Universitat de València (España). Investiga en didáctica de la física, en formación del profesorado de ciencias y en pensamiento crítico y cuestiones sociocientíficas en la educación científica.