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Desde que el primer homínido decidiese dar un uso específico a los distintos materiales que le rodeaban, la relación entre la inteligencia humana y la tecnología no ha dejado de desarrollarse. Durante la primera mitad del siglo xx, la industria y la ingeniería herederas de la revolución industrial produjeron grandes cambios tecnológicos que sacudieron las costumbres sociales de la época, como, por ejemplo, los cambios en las comunicaciones o el establecimiento de los montajes en cadena y el nacimiento del consumo de masas. Sin embargo, paralelamente, nacía una nueva ruptura científica: la mecánica cuántica ofreció un nuevo campo de posibilidades tecnológicas. Poco a poco fueron desarrollándose artilugios basados en esta forma de acercarse a la materia, una forma que nos hacía pensar en sus constituyentes básicos y nos sugería mirarla a través de los ojos de los más sofisticados microscopios. La nanotecnociencia, la ciencia y la tecnología de lo extremadamente pequeño, es una de las parcelas científicas donde más inteligencia se está aplicando en la actualidad. La sociedad industrial y económica de hoy en día vive una primavera tecnológica aliada con la miniaturización, una nueva revolución industrial. Pero, ¿qué se puede esperar de esta revolución tecnológica invisible? Amador Menéndez Velázquez, investigador del Instituto Tecnológico de Materiales de Asturias, nos responde a este tipo de preguntas con una gran precisión histórica y un minucioso cuidado en contenidos y detalles. Su libro, Una revolució en miniatura. Nanotecnologia al servei de la humanitat, Premio Europeo de Divulgación Científica «Estudi General» 2009, ofrece un completo viaje por la casi totalidad de las áreas salpicadas por el término nano. La nanotecnología es un área científica intrínsecamente interdisciplinar, que ha abierto la era de las disciplinas permeables. El trabajo de Menéndez emula magistralmente a un director de orquesta, afinando y dando ritmo con su batuta tanto a los conceptos del área de la física, la química o la biología, como a los temas relacionados con el problema energético, los nuevos materiales o las nuevas perspectivas de la medicina. Como nos recuerda al empezar su libro, átomo, gen, bit y neurona son los elementos básicos de la tecnología y la inteligencia de la vida, aquella que hoy en día los científicos pretenden emular para definir una nueva industria y una nueva forma de hacer ciencia. El viaje a lo diminuto que podemos recorrer en su libro nos descubre cómo el ser humano copia las propiedades del mundo natural a partir de su nanoestructura, o cómo se puede crear una nueva rama de la medicina que ofrece métodos de diagnosis y de cura menos agresivos, más completos y eficientes. Nos permite soñar con superar las deficiencias de nuestros propios cuerpos y pensar en vencer la ceguera o las disfunciones motoras, o comprender los procesos de la lógica de nuestro propio cerebro. Pero la revolución no necesariamente se enroca en el territorio de lo tecnológico. En el origen de la física cuántica, los estudios fotométricos con interés industrial llevados a cabo en el Instituto Imperial Físico Técnico de Berlín fueron determinantes para dar el pistoletazo de salida a la gran revolución de la física. Los increíbles cambios tecnológicos y la gran expectativa industrial que genera la nanotecnología también podrían formar el caldo de cultivo que provocase nuevos planteamientos y descubrimientos en la ciencia. Como Menéndez nos recuerda, el ser humano siempre ha utilizado los materiales y sus propiedades para dar rienda suelta a la inteligencia, la imaginación y la creatividad. La nanotecnología hoy en día ofrece una de las formas más evolucionadas para hacerlo. Al fin y al cabo, el mundo natural fue el primer nanotecnólogo. Guillermo Muñoz-Matutano. Instituto de Ciencia de los Materiales, Parque Científico, Universitat de València. |
Una revolució en miniatura. Nanotecnologia al servei de la humanitat |
