Del grito a la palabra

Fundamentos biológicos del lenguaje

La cuestión de los fundamentos biológicos del lenguaje ha interesado desde siempre a la humanidad (se supone que lo primero que hizo Adán fue dar nombre a los animales) y puede orientarse de dos maneras, según se conciban las lenguas prioritariamente como instrumentos de conocimiento o de comunicación. En el primer caso habrá que ver cómo funciona el cerebro humano en relación con el lenguaje —el cual aparece así como una emergencia adaptativa resultante de una mayor complejidad (véase el aspecto formal del problema en el trabajo de Rafael Beneyto)— y qué luz arrojan sobre lo anterior sus comportamientos patológicos (cuestión examinada en el de Carlos Hernández y José María Tormos). En el segundo caso, es decir, cuando el lenguaje se considera sobre todo en su dimensión comunicativa, habrá que plantear cómo son las relaciones comunicativas de los animales (es el contenido del artículo de Carles Riba) y cómo pudieron evolucionar en los homínidos (el de Sebastià Serrano). Aun así no todos están convencidos de que el lenguaje pertenece específicamente a nuestra dotación genética (aspecto desarrollado en el trabajo de Víctor Longa), pues prefieren relacionarlo con capacidades cognitivas generales desarrolladas junto con la cultura, la cual se refleja en la forma del lenguaje (es la propuesta de M. Josep Cuenca). El debate sigue –apasionante y apasionadamente– abierto.

© Mètode 2003 - 39. Del grito a la palabra - Disponible solo en versión digital. Otoño 2003

Departamento de Teoría de los Lenguajes, Universitat de València.