La nueva cultura del agua, la directiva-marco y la política hidráulica española

The new water culture. The directive outlines the Spanish water management policy. The New Water Culture is fundamentally a movement that proposes the equal distribution of water between all the species. La Directiva Marc de l’Aigua, on the other hand, may represent a key instrument  to bring about an important qualitative change in water management and a transition from an old to a new water culture. The PHN has turned its back on the DMA and its initiation has done no more than to increase these contradictions. Water management in the XXI century requires integrated action, aimed at maintaining and improving the ecological condition of our aquatic and riverside ecosystems  and demands a change in mentality and a different investment policy.

    El nacimiento formal del concepto de nueva “cultura del agua” puede situarse en la publicación del libro La nueva cultura del agua en España (Martínez-Gil, 1997). El libro mencionado se puede considerar el manifiesto fundacional de un movimiento que surgió mucho antes en multitud de iniciativas y aportaciones.

La nueva cultura del agua propone, en síntesis, que el agua sea utilizada por todas las especies, de tal modo que se mantengan sus funciones ecológicas, económicas y sociales. Hoy en día una sola especie, la humana, utiliza de manera directa o indirecta una gran parte del agua dulce del planeta, sea para beber, para regar, para producir electricidad o para navegar, y esto nos lleva a una era de escasez del recurso (Postel, 2000). Pocos rincones quedan sin su intervención, y en algunos casos el cien por cien del agua que circula por una cuenca es consumida para usos humanos. El río Segura es un ejemplo paradigmático, puesto que se ha conseguido que el río no llegue al mar. La nueva cultura del agua, además de tratar de evitar que esto se repita en otros ríos, propone cambios para recuperar los ríos estropeados, cambios que impliquen una revolución en la forma como ahora se gestiona el agua en España. Esto es un reto para la sostenibilidad futura de los sistemas gestionados por los humanos (Tello, 2001).

La directiva marco del agua

La propuesta de directiva marco sobre el agua (DMA) fue aprobada en diciembre del año 2000 (UE, 2000). Es una directiva que apuesta por la calidad y su objetivo esencial es conseguir, para los ecosistemas acuáticos de la comunidad, un buen estado ecológico. Este se define como “una expresión de la calidad de la estructura y del funcionamiento de los ecosistemas acuáticos asociados a las aguas superficiales clasificados de acuerdo con el anexo V”. La directiva se pone como objetivo temporal llegar a este buen estado ecológico antes del año 2015.

De todas formas, aun cuando centrada en los temas ambientales, la directiva es mucho más amplia y en conjunto puede ser un instrumento clave para un cambio cualitativo importante en la gestión del agua y para una transición desde la vieja a la nueva cultura del agua.

El concepto de estado ecológico es una novedad de la DMA, puesto que no se encuentra como tal en los libros de ecología, limnología o hidrología. Su referente más parecido puede ser el concepto de salud de los ecosistemas. En este último caso también se utilizan diferentes tipos de parámetros biológicos o fisicoquímicos para caracterizar la situación general de un ecosistema. En ambos casos se da una gran importancia a los parámetros biológicos, que son el elemento clave de la medida del estado ecológico.

La puesta en marcha de la DMA será un proceso relativamente complejo que requerirá un ejercicio de intercalibración para poder comparar los datos entre países o ecorregiones de Europa.

Un resumen muy simplificado de los pasos a realizar para establecer el estado de una masa de agua es el siguiente:
1. Delimitar la demarcación hidrográfica (la cuenca).
2. Identificar las categorías de masas de agua presentes.
3. Establecer los tipos que hay utilizando los parámetros indicados en la DMA en el anexo II.
4. Parámetros que hay que medir, según el anexo V de la DMA.
5. Normalización de los protocolos de muestreo para todos los parámetros a medir.
6. Para cada tipo, establecer las condiciones de referencia de acuerdo con las especificaciones del anexo II de la DMA.
7. Habrá que establecer para cada tipo las cinco categorías de estado ecológico y las dos de estado químico para cada uno de los parámetros biológicos, hidromorfológicos y químicos establecidos en el anexo V de la DMA.
8. Los límites entre clases se establecerán también de forma clara.
9. Si es necesario, se establecerá un control de investigación para resolver todos los problemas que no queden aclarados en este momento. También se elaboraran los ejercicios de intercalibración necesarios entre estados para asegurar que las cinco categorías de estado ecológico son comparables entre diferentes tipos.
10. A partir del momento en que se tengan los tipos y la forma de medir el estado ecológico, se establecerá un control de vigilancia con una frecuencia y densidad de puntos regulada.

Con todo esto se tendrá ya una herramienta para establecer cuál es el estado ecológico de cualquier masa de agua de la Unión Europea. Los programas de seguimiento de estado de las aguas tienen que ser operativos antes del 2006, es decir, que todo el proceso anterior ha de realizarse antes de ese año. Este será un momento importante, puesto que se tendrá que decidir cuáles de los puntos estudiados están muy modificados y por tanto los objetivos ambientales que se les asignen serán menos estrictos. En trabajos anteriores hemos desarrollado de manera más detallada la estructura de la DMA (ver Prat et al., 2000).

La planificación y la gestión del agua en España

En España el agua se ha gestionado sin prestar ninguna atención a los aspectos ambientales. El ejemplo paradigmático es el PHN, del que se ha dicho casi todo (Arrojo, 2001). El PHN es el producto final de la concepción del agua como recurso para ser usado, de lo que llamamos gestión de la oferta. Los usuarios del agua son quienes deciden qué se hace con el recurso, y el medio natural queda olvidado a pesar de las leyes autonómicas o normas de la confederación que fijan (aun cuando haría falta discutir cómo) un caudal ecológico. El PHN se ha hecho a espaldas de la DMA y la puesta en marcha de ésta no hará más que incrementar estas contradicciones. Como ya dije hace tiempo, con la DMA, los planes hidrológicos de cuenca y el PHN tendrían que tirarse a la basura y empezar de nuevo (Prat, 2001). De hecho, la DMA pide un plan de gestión de cuenca que integre la parte marítima de la demarcación hidrográfica. Por esto se necesita una verdadera revolución en el sistema de gestión del agua del estado español que no tenemos claro que se realice a corto plazo.

Hacia un nuevo modelo de gestión del agua

La gestión del agua requiere una gestión integrada, destinada a mantener y mejorar el estado ecológico de nuestros ecosistemas acuáticos y pide un cambio de mentalidad y una política de inversión diferente que la que se hace ahora, centrada sólo en construir colectores, depuradoras o abastecimientos de agua (Prat, 1999). Si se pretende lograr un buen estado ecológico de los ecosistemas acuáticos en los Países Catalanes, hay que construir nuevos planes de gestión de cuencas como los sugeridos por la DMA con las condiciones siguientes:
1. Integración de todo el ciclo del agua. El control de la demanda tiene que ser uno de los aspectos clave de esta gestión integrada.
2. Una política muy activa y decidida en la utilización de recursos alternativos como el agua regenerada de las depuradoras o el desalado de aguas salobres de los acuíferos litorales.
3. Cambios en los diseños y en la construcción de los colectores y depuradoras. Para los primeros pedimos respeto a las riberas existentes en el supuesto de que se tenga que pasar el colector obligatoriamente por el lecho o la ribera del río, o al menos su restauración posterior. El diseño de las depuradoras ha de tener en cuenta el caudal del medio receptor, especialmente en los ríos mediterráneos con caudal pobre o secos.
4. Consideración del amonio como un elemento clave para la recuperación de la vida en los ríos y diseño de un plan de acción para reducirlo inmediatamente en las depuradoras que superen valores de 1 ppm a su salida. También hay que estudiar la problemática de los microcontaminantes orgánicos y cómo afectan a las redes tróficas.
5. Estudio en profundidad de la salinidad que queda en los ríos derivada de las aguas industriales y urbanas, que puede comprometer la regeneración futura de la fauna y flora de muchos ríos donde se construyen depuradoras.
6. Medida detallada de los niveles de eutrofización y acciones para minimizarlos. Esto requerirá tratamientos terciarios en las depuradoras y buenas prácticas agrícolas, así como solucionar el problema del exceso de purines.
7. Resolución definitiva del problema de los caudales de compensación de las minicentrales hidroeléctricas, que hacen que muchos tramos de los ríos estén secos.
8. Estudio detallado de la problemática de las especies introducidas (cangrejo americano, peces) y de sus efectos sobre los ecosistemas. Esto supone también revisar totalmente la gestión de la pesca, que hoy en día está destinada a mantener “cotos-granja” de fin de semana.
9. Un programa de regeneración de las riberas degradadas que incluya un control de la ganadería que pasta en ellas y un sistema de protección de las avenidas que no sea la canalización de los ríos.
10. Establecimiento de un sistema de control del estado ecológico que permita evaluar, mediante las comunidades de organismos, la salud de los ecosistemas acuáticos. En el caso de los ríos, el uso de índices biológicos y de estado de conservación de las vegas es una herramienta imprescindible.

Un programa de educación ambiental que sea transversal a todas las actividades del plan de gestión es absolutamente imprescindible para poder lograr el cambio hacia la gestión ecosistémica. Este sistema de gestión es imposible implantarlo con las instituciones y los profesionales que hoy en día tienen a su cargo la gestión del agua. Y, muy especialmente, es necesario que los ingenieros, que ahora son los amos absolutos del agua, dejen paso a equipos pluridisciplinares que actúen de una manera absolutamente diferente.

Bibliografía
Arrojo, P. (ed.), 2001. El Plan Hidrológico Nacional, a debate. Bakeaz. Bilbao.
Martínez-Gil, J., 1997: La Nueva Cultura del Agua en España. Bakeaz Ed.. Bilbao.
Postel, S. L. , 2000. “Entering a new era of water scarcity. The challenges ahead”. Ecological Applications
Prat, N., 1999.  “Ecologia i gestió de l’aigua a Catalunya. Aigua: gestionar l’escassesa”. Medi Ambient, Tecnologia i Cultura, 25: 5-15.
Prat, N., 2001.  “Afecciones al Bajo Ebro derivadas del PHN, alternativas y necesidad de un nuevo modelo de gestión del agua”, en: ARROJO, P. (ed.): El Plan Hidrológico Nacional a debate, Bilbao, Bakeaz: 413-426.
Prat, N., Munné, A., Reradevall, M. y N. Bonada, 2000. “La determinación del estado ecológico de los ecosistemas acuáticos en España. La aplicación de la directiva marco del agua en España”, en Fabra, A. y A. Barreira (eds.).  Madrid-Barcelona. Instituto internacional de derecho y medio ambiente:  47-81.
UE (2000): Directiva 2000/60/CE de 23-X-2000. Marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas.
Tello, E., 2001. “Dèficits hídrics o ciutats insostenibles?”, Primeres Jornades Catalanes per una Nova Cultura de l’Aigua, 22 pp 10 (4): 941-948.

Narcís Prat. Departamento de Ecología, Universitat de Barcelona.
© Mètode 38, Verano 2003.

 

Pieza muy importante de la DMA es la comparación del estado actual de los ecosistemas con lugares de referencia. Para el 2016 se habrán de restaurar los ríos del mismo tipo que estén degradados a un estado similar a los de referencia, a excepción de los que se declaren como masa de agua muy modificada.
Foto: A. Aguilella

 

 

La DMA obligará en el futuro a conservar y restaurar las riberas. En una actuación que se realizó en L’Alt Llobregat en el año 2000 para construir un aparcamiento se puede ver cómo se destruyó un bosque de ribera. El estado ecológico del río se ha alterado y, según la DMA, habría que restaurar el sistema a su estado anterior.
Fotos: N. Prat

© Mètode 2013 - 38. Caminos de plata - Disponible solo en versión digital. Verano 2003

Departamento de Ecología, Universitat de Barcelona.