Dejando a parte los lazos y diferencias entre la Renaixença valenciana y la Renaixença catalana, lo cierto es que ambas coincidieron en el tiempo y construyeron alrededor de la lengua un aparato ideológico de reivindicación identitaria. Si el año 1833 marca un hito inicial coincidiendo con la publicación de la Oda a la Pàtria de Carles Aribau –poesía cargada de influencias del romanticismo alemán identificador de lengua y patria–, en Valencia proliferaban aquellos años los poemarios en valenciano, los sainetes, los llibrets de falla y la premsa satírica, además de las primeras recopilaciones lexicográficas. La Renaixença valenciana tuvo una dimensión más literaria y cultural que política, como la catalana.
Los historiadores de la cultura valenciana distinguen dos etapas. Por una parte, una etapa inicial conservadora, que va del 1859 al 1874, en la que el principal representante es el periodista y escritor Teodor Llorente y su entorno arraigado en una sociedad agrícola, mercantil y políticamente conservadora. Por el contrario, entre 1874 y 1909 una nueva ola valencianista de talante progresista, articulada por Constantí Llombart, marcó una deriva más popular y activista alrededor de Lo Rat Penat. Es a partir de este segundo período cuando un puñado de figuras notables de la medicina valenciana desarrollaron una función importante. Me referiré a continuación a tres de los médicos más representativos: Faustí Barberà Martí, José Rodrigo Pertegàs y Francesc Bosch Morata.
Faustí Barberà Martí (1850-1924), nacido en Alaquàs, especialista en clínica de la audición y en la enseñanza del lenguaje de los sordomudos, escribió una tesis sobre el paludismo y participó activamente en la lucha contra las enfermedades epidémicas como el cólera o el paludismo. Perteneció al Instituto Médico Valenciano y fue director de su Boletín, además de fundar la Revista Valenciana de Ciencias Médicas e impulsar el Primer Congreso Médico Regional, del que fue secretario. Valencianista convencido, Barberà pronunció en 1902 un discurso muy reivindicativo como vicepresidente de Lo Rat Penat, que llevaba por título «De Regionalisme y Valentinicultura», en el que reivindicaba el uso del valenciano y una acción política valencianista, al tiempo que clamaba por la europeización modernizadora del país. En 1904 fue fundador de la Societat Regionalista València Nova, una entidad política que originó después el proyecto de Solidaritat Valenciana.
Sin embargo, José Rodrigo Pertegàs (1854-1927) tenía un perfil muy diferente. Médico con vocación erudita, mientras ejercía en la brigada de desinfección de los servicios médicos municipales Rodrigo Pertegàs se consagraba a una incansable tarea de recopilar informaciones y documentos para escribir una monumental historia de la medicina valenciana y de las enfermedades que habían afectado a los valencianos. Hizo un trabajo incansable de reconstrucción de biografías de médicos. En 1901 fue nombrado académico correspondiente de la Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona, desde 1915 dirigió el Centre de Cultura Valenciana y en 1922 entró como socio numerario en Real Academia de Medicina de Valencia.
Miembro de una generación posterior, Francesc Bosch Morata (1902-1952), médico estomatólogo originario de Xàtiva, fue el principal impulsor del Institut d’Estudis Valencians (IEV), fundado en 1937 mientras ejercía como consejero de Cultura del Consejo Provincial de Valencia. Bosch Morata era miembro de la Agrupació Valencianista Republicana (AVR) y colaborador habitual del semanario El Camí y del diario El Mercantil Valenciano, donde reivindicaba la autonomía para el País Valenciano y una nueva política lingüística y cultural. Como representante de la AVR trabajó sin descanso para conseguir el Estatuto de Autonomía, siempre con la oposición de los blasquistas, como proclamaba en el artículo «El Estatuto del País Valenciano», publicado en El Luchador de Alicante el 3 de junio del 1936. Consejero de Sanidad y después de Cultura, acabó en el exilio mexicano pasando por los campos de internamiento franceses hasta llegar a Mexicali, donde ejerció como médico y murió en 1952 con solo cincuenta años.
Los tres representan una medicina y una sanidad pensada a la medida de la sociedad valenciana. La salud y las enfermedades no eran para ellos un problema individual sino colectivo, y su mirada médica buscaba también recuperar la salud de una sociedad valenciana social y culturalmente enferma.
Josep Lluís Barona. Catedrático de Historia de la Ciencia de la Universitat de València.
© Mètode 87, Otoño 2015.