Cuando arde un bosque, no solo se quema un paraje vivo, con un ecosistema siempre singular, sino también una historia viva, unos recuerdos del pueblo que lo ha disfrutado.
Entre las miles de especies de insectos con que convivimos las hay que nos preocupan en especial. Y, en general, cuando a los humanos nos preocupa una especie animal quiere decir que sacamos provecho económico de ella o bien que amenaza nuestros intereses. Algo lógico, por otro lado.