Quienes nos dedicamos a la creación y difusión de conocimiento debemos hacer uso inteligente de su carácter contingente y provisional, para promover la idea de que lo que pueden parecer debilidades son, en realidad, los rasgos que permiten el progreso del conocimiento científico y su carácter disruptivo.
La buena práctica médica está ligada a la evidencia científica. En sintonía con este axioma, la administración pública sanitaria, como responsable y garante del derecho a la salud, está obligada a combatir las prácticas que vulneren este principio irrenunciable.
Sin duda, alcanzar una sociedad basada en el conocimiento es un reto que compete a muchos actores, y la universidad es uno de los que representan un papel fundamental. La ciencia cambia el mundo, pero también el mundo en su sentido más amplio puede cambiar la ciencia.