Editorial núm. 70

Después del fuego, la ceniza aún quema,
y a su paso, no ha quedado nada vivo.
Han muerto de nuevo las sierras de Agullent
la fuente Maciana y la ermita de San Vicente,
la Peña Alta y el alto de El Torrater,
el Bancal Redó, el Pla de les Vinyes y Viverets.
El barranco de Bocairent, el de los Naranjos y Massarra,
el Pla de Llobregat, el de El Quincaller y la Peña Roja…

Després del foc (Poema de David Gironés/Música d’Atzukak)

Muy cierto lo que canta el grupo valenciano ­Atzukak: después del fuego no queda nada vivo. Cuando arde un bosque, no solo se quema un paraje vivo, con un ecosistema siempre singular, sino también una historia viva, unos recuerdos del pueblo que lo ha disfrutado. Los topónimos son importantes, porque a menudo la administración resume la catástrofe en el balance final de hectáreas quemadas. No, no es tan solo eso: el fuego lleva aparejada la destrucción de lugares concretos, cada uno con su nombre.

Quizá aquel incendio se podría haber evitado: el abandono de los campos, la falta de ganadería, la pérdida de caminos y, en definitiva, la incuria y pigricia de la administración convierten nuestros bosques en bombas incendiarias en potencia. Y cuando se produce el incendio –por un rayo, una imprudencia o bien de manera provocada– controlarlo es muy difícil. La naturaleza mediterránea es pirófita y pirófila, se beneficia del fuego, es parte de su idiosincrasia. En este monográfico, coordinado por Artemi Cerdà, uno de los investigadores sobre incendios forestales con más prestigio internacional, reflexionamos sobre todas estas cuestiones. Este año se celebra el Año Internacional de los Bosques, y nosotros hemos querido contribuir a la efeméride analizando el mayor peligro que los amenaza. El monográfico se completa con la interpretación artística de Javier Riera, que ha realizado para Mètode un trabajo exclusivo. La sierra quemada que capta con su cámara es la de Agullent, poco después del fuego. Estas imágenes, poéticas y reveladoras, condensan muchos sentimientos: pero básicamente los de la rabia y la esperanza.

© Mètode 2011 - 70. Cuando se quema el bosque - Número 70. Verano 2011